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El gran Comercio exterior de mexico


Enviado por   •  28 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  1.939 Palabras (8 Páginas)  •  122 Visitas

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NOMBRE: Stephani Gabriela Moreno Frausto[pic 1]

MATERIA: Comercio Exterior y Aduanas

PROFESOR: Lic. Jesús Alberto Hernández Talonia

CARRERA: Comercio internacional y Aduanas

Grupo: CIA1MA111

TITULO: El comercio exterior de México

INTRODUCCION.

En el siguiente ensayo describiré de historia del comercio exterior de México desde el periodo azteca hasta la presidencia de J. Abelardo L. Rodríguez, las características de cada una de estas etapas así como también los acontecimientos más importantes para el comercio exterior mexicano.

La cultura azteca logro un grado importante de desarrollo, el comercio entre los aztecas alcanzo una evolución extraordinaria. Los pochtecas (comerciantes aztecas) habían logrado ser reconocidos por los nobles como una clase de importancia primordial para el desarrollo de las funciones del estado azteca. Respecto a la calidad moral que se exigía de los comerciantes azteca cabe mencionar el principio que gobernaba no solo a las relaciones si n a la vida legal azteca in cualli, in yectli (lo que es deseable, lo que es recto). Es correcto que el individuo busque lo que le conviene mejor a sus intereses; pero al mismo tiempo se exige que haga lo que es recto en ci mismo y que al aplicarse no cause ningún daño a los intereses del resto de los miembros de la comunidad. El comercio en México se cree que inició en la época prehispánica cuando los aztecas comenzaron a realizar sus trueques, regiones donde había gran conglomeración de gente como en la ciudad de Tenochtitlán donde establecieron tianguis así comercializaban, productos como esclavos, hierbas, animales, granos y textiles, llevando cada quien los productos de su especialidad, siendo reconocido como el mercado más grande de la región. Hasta la actualidad los tianguis siguen siendo una forma común de comercio en nuestros tiempos, ya que por medio de ellos se obtienen productos más económicos y a su vez el vendedor obtiene mayores ganancias ya que no es un comercio formal, en el que se paguen impuestos, así que se ha convertido en una forma popular de comprar y vender que ha permanecido sin desaparecer con el tiempo.
La conquista de América Latina trajo consigo la depredación y el exterminio de la masa de la población indígena, ya que aporto a los conquistadores riquezas gracias a la explotación de los yacimientos de metales preciosos.
 
La mayor aportación de México al proceso de acumulación originaria del capital”, se manifestó con mayor vigor a través de la explotación brutal de la mano de obra de las minas de metales preciosos, que fue la actividad que con mayor ímpetu desarrollaron los conquistadores, haciendo suyas las ideas económicas mercantilistas (s XVI y XVII).
 
Por esta razón, las primeras ciudades importantes durante la época de la Colonia, fueron las que estaban ligadas a la extracción y explotación intensiva de metales preciosos, tales como Pachuca, Zacatecas, Taxco y Guanajuato, a más el puerto de Veracruz, especialmente habilitado para exportar los metales preciosos, que en forma de monopolio ejercía al ser único autorizado para realizar comercio con España. El oro y la plata fueron los principales artículos de exportación desde 1825 hasta 1851.

Cuando nuestro país fue colonizado por España, se dio inicio al comercio exterior entre América y Europa, ya que las colonias americanas dependían de los países europeos y viceversa, España comenzó a importar de la Nueva España oro, plata y metales preciosos, y la Nueva España importaba productos de primera necesidad como la harina, el aceite y vinos, esto creó una mutua dependencia, que hasta hoy opino ha marcado la economía de nuestro país, ya que principalmente exporta materia prima y pocos productos terminados, ya que la industria mexicana no se ha desarrollado, así que el país solo aporta mano de obra barata y materias primas porque no tiene la tecnología necesaria para transformarlos en productos. Con esto se observa que desde el inicio del comercio exterior en nuestro país existe un patrón que se continúa repitiendo.

Toda esta estructura descrita fue modificada en la conquista y sus consecuencias. En aquella época en España imperaban las ideas mercantilistas bullonistas, las cuales favorecían al comercio dirigido y de monopolio. Además abogaban por la concesión de privilegios a aquellos que fueran de ascendencia peninsular o de origen peninsular. Desde tiempos muy antiguos el comercio y el poder económico se han vinculado muy estrechamente; se puede afirmar que el comercio exterior fue patrocinado por los monarcas y la aristocracia, en su constante lucha por la hegemonía del poder. En esta época surge la casa de contratación de Sevilla el 10 de enero de 1503, fue una empresa particular de los reyes católicos con el objeto principal de salvaguardar la administración de la participación que a ellos les correspondía por la personal aportación del embargo, después se convirtió en algo así como un ministerio que se dedicaba a la administración de todo el comercio en España y la nueva España. Además del consulado de México también existieron consulados en Veracruz, Guadalajara y puebla. Debido a la liberalización dogmática del comercio que se dio a partir de 1178 ya que no era práctico llevar los casos hasta la ciudad de México, pudiendo hacer en las ciudades en que ellos se encontraban. Existían clases principales de comercio en  nueva España el que provenía de la metrópoli a la nueva España que abastecía artículos de primera necesidad como harina de trigo, aceite, vinos, ropa, caballos y armas y el que provenía de otras tierras americanas, de la nueva España a la metrópoli que exportaba oro, plata, perlas y algunas piedras que se tomaron entonces por esmeraldas. Se podría decir que el gobierno español siempre estuvo dispuesto a proteger los intereses de los mercaderes españoles sin importarle el efecto que estas decisiones tuvieran en la nueva España.

En el siglo XVIII Carlos III decide instalar una política más liberal para el comercio de España con sus colonias, pero sin abandonar el principio del monopolio de la metrópoli.

Entre 1810 y 1820, si bien la producción de plata no decayó en volúmenes considerables, la exportación de monedas se vio reducida por los problemas político militares que se vivían en Europa. La Real Casa de Moneda enfrentaba, por lo demás, la aparición de las piezas acuñadas por los jefes insurgentes que producían un desorden en la circulación monetaria y obstaculizaban el sistema de recaudación fiscal. La crisis se profundizaba por las dificultades para el transporte de la escasa producción del campo a través de los caminos primitivos de la Colonia, sobre todo en la zona del Bajío, ocupados por las tropas ya fueran realistas o insurgentes.
Si se considera que la producción de metales preciosos, a pesar de no representar sino poco más del 10 por ciento del producto interno, constituía la base más importante de los ingresos por exportación, cálculos estadísticos indican que el período de transición entre el fin del Virreinato y la consumación de la Independencia provocó una reducción sensible en el sector. Tomando la acuñación de plata como indicador de la actividad minera, entre 1811 y 1825 el valor de la amonedación sufrió un fuerte quebranto, al pasar de un promedio de 21.7 millones de pesos anuales en los años anteriores, a 9.5 millones. Entre las causas de este deterioro se identifican el abandono o destrucción de minas en las luchas insurgentes y la escasez del azogue proveído anteriormente por el monopolio real. Y no sería sino hasta 1880 cuando la producción argentífera y aurífera recuperaría los niveles del período tardío de la Colonia. Cuando en 1814 se le declara a México como un país libre de la influencia española, el futuro del comercio exterior se vuelve incierto. En 1822, México se transforma en Imperio, en donde el emperador es Agustín de Iturbide. Iturbide llega al poder haciendo ciertas reformas al comercio exterior, ya que anteriormente existía una enorme influencia española. "…para atender las necesidades urgentes, logró que la Junta Provisional Gubernativa expidiera un arancel general interno de aduana marítimas en el comercio libre del Imperio…" (En l8l0 comienza la lucha de independencia, peor en 1814 José María Morelos y Pavón declara formalmente independiente a México de la influencia española.) Este documento fue el primer arancel que se aplicó en el periodo independiente de México. Así, cuando México comienza una carrera comercial en su periodo independiente, éste aplica un libre comercio en donde abre las puertas a otras naciones que quisieran comerciar con productos mexicanos, ya estando abolidas las reglamentaciones que anteriormente los unía a España.

Siendo Vicente Guerrero presidente de la República, se tomaron algunas disposiciones en mayo de 1829; se prohibió la introducción de espuelas de hierro, aguardientes de fábrica extranjera, toda clase de instrumentos de labranza que se usaran en el país. A pesar de las medidas arancelarias que se estaban tomando, el comercio internacional de México se estaba desarrollando y abriendo caminos comerciales con otros países aparte de su antigua colonia española, estos eran Inglaterra, Holanda, Francia, China y Estados Unidos.

El Auge del Comercio Exterior Mexicano durante el Porfiriato (1884-1911).

Durante el periodo de mando de Porfirio Díaz, la economía mexicana se vio favorecida como nunca antes, hubo desarrollo y estabilidad. Hubo inversión extranjera estadounidense sobre los recursos minerales del país, en este periodo el comercio exterior aumentó considerablemente, lo característico de este periodo fue el proteccionismo y la sustitución de importaciones para la protección del mercado.

En el Porfiriato, el sector más dinámico en la economía fue el exportador. "Entre 1874 y 1910 el valor de las exportaciones pasó de 27.5 millones a más de 146 millones de dólares”. El comercio exterior de México era muy activo en este periodo. Las desigualdades que se han generado en las relaciones comerciales entre México y estados Unidos han sido causas para establecer ciertas medidas en esta actividad comercial; el Porfiriato no fue la excepción.

En 1883 se presentó un proyecto de Tratado de Comercio, en el cual se establecía la exención total de impuestos a los productos de uno y otro país se establecía la reciprocidad absoluta, curioso concepto si se considera que EUA admitía la importación sin impuestos de 28 productos, en tanto que México se obligaba a admitir 73.

Mediante los aranceles, se favoreció la sustitución de importaciones en algunos rubros, principalmente manufacturas destinadas al consumo de los grupos urbanos. Dada su estructura arancelaria, México era a finales del siglo XIX uno de los países más proteccionistas del mundo. Como actividades importantes dentro del periodo de Porfirio Díaz existen varias con miras al expansionismo comercial dirigiéndose no solamente a los Estados Unidos y a su antigua colonia, sino a otros países de Europa y Asia; todo esto para buscar un desarrollo mutuo entre las potencias comerciales y México.

La Transición del Comercio Exterior Mexicano durante la Revolución Mexicana

Para 1911 el capital extranjero dominaba en varias de las principales actividades económicas del país: minería (97.5%), petróleo (100%), electricidad (87.2%), ferrocarriles (61.8%), banca (76.7%) e industria (85%). La economía de enclave no era ni es la solución para el desarrollo industrial de un país, ya que el estancamiento económico viene siendo característico de este modelo. El crecimiento del sector industrial se ve estancado debido a dos factores:

a) La orientación de la economía hacia el mercado exterior implica que el sector industrial tiene que enfrentar a la competencia externa, por lo que la industria nacional no puede seguir.

b) El ahorro y la acumulación del capital provienen prácticamente de rentas, intereses y beneficios, los cuales aunque originados internamente, pertenecen a manos extranjeras.

En cuanto a las tarifas de importación en gobierno de Venustiano Carranza redujo los derechos a aquellas mercancías de indispensable consumo en el país, cuando la producción nacional fuera insuficiente, disminuyendo así la protección a las industrias nacionales. Debido a lo anterior, en la economía mexicana se ve necesario el rompimiento con la economía de
enclave para impulsar la industrialización nacional.

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