El objetivo de este informe es analizar la obra “Decir Sí”

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        El objetivo de este informe es analizar la obra “Decir Sí”, de Griselda Gambaro; conocer a la dramaturga; presentar una síntesis argumental de la obra e investigar sobre los personajes y las temáticas.

        Para comenzar se debe aclarar ¿Quién es Griselda Gambaro? Nació el 28 de julio de 1928 en Buenos Aires;Argentina. Es escritora, periodista y dramaturga.Durante la dictadura militar argentina se exilió en Barcelona entre los años 1977 y 1980 debido a que figuraba en las listas negras elaboradas por la misma dictadura.

        La dramaturga Grilseda Gambaro posee una concepción  de “Teatro Ético” donde la preocupación por las condiciones humanes, tales como la justicia, la dignidad, el perdón, entre otras, son planteadas desde las relaciones humanas.Se la considera como una autora con gran importancia dentro del contexto social y cultural de su época tanto para el panorama teatral como narrativo.

        “Decir sí” es una obra de teatro breve que fue estrenada en el contexto de Teatro Abierto en el año 1981. la misma transcurre en el interior de una peluquería donde se encuentran  sólo dos protagonistas. El Peluquero y Hombre. El peluquero ojea una revista mientras espera que llegue su último cliente del día. Los objetos que se ven en el escenario (un espejo, un sillón giratorio, utensilios de afeitar, pelo cortado por el suelo) representan una peluquería convencional. No obstante, la actitud del peluquero, ante la llegada del cliente (no saludarlo, darle la espalda para mirar por la ventana) constituye el primer indicio de ruptura con la cotidianeidad, con los códigos de comportamiento socialmente aceptados.. Esta vez, el cliente es el que charla, el que canta, el que busca adular y complacer, el que nunca manda, el que jamás tiene razón.. El peluquero compensa con el silencio la charla del cliente y se comunica, casi exclusivamente a través de signos no lingüísticos tales como gestos con el rostro. El cliente, por su parte,interpreta, aterrado, los silencios, los gestos, las miradas y las vagas palabras del peluquero, como órdenes a las que obedece sin rebelarse. Así, limpia el sillón, junta los pelos del piso, limpia el espejo y termina afeitando y cortándole el cabello al propio peluquero. Convencido de que su indisimulable falta de destreza provocará la ira de éste, el cliente termina "confesando", aceptando la responsabilidad de una supuesta culpa. El peluquero, ante esto, le propone invertir la situación. Invita al hombre a sentarse en el sillón pero, en vez de afeitarlo, lo degüella con un rápido y certero tajo. Luego se quita la peluca y la arroja sobre el cadáver del cliente.

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