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El proceso vocacional de Francisco de Аsís


Enviado por   •  10 de Marzo de 2015  •  Ensayos  •  1.532 Palabras (7 Páginas)  •  171 Visitas

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EL PROCESO VOCACIONAL DE FRANCISCO DE ASÍS

LOS SEIS ENCUENTROS QUE DETERMINARON SU VIDA

En nuestra reflexión daremos preferencia a las fuentes hagiográficas más pri-mitivas y, dentro de éstas, a las que ofrecen más datos sobre la ju¬ventud de Francis-co, en particular la llamada Leyenda de los tres Compañeros (Trium Sociorum [TSoc]) que re¬cupera el periodo juvenil de Francisco. No obstante, tendremos en cuenta las dos "vidas" escritas por Tomás de Celano y, en ciertos casos, centraremos también nuestra atención en algunos pasajes de la Leyenda Mayor (LegM) de San Buenaven-tura, dado el valor que tienen sus reflexiones.

La vocación inicial de Francisco o, para ser más exactos, la respuesta que é1 dio en un primer momento a la llamada que el Señor le hizo, se llevó a cabo durante un proceso lento, en el cual se pueden distinguir seis pasos sucesivos de gran signifi-cado, cada uno de los cuales es identificable con un encuentro que resultó determi-nante en su proceso vocacional, en cuanto aportó un elemento nuevo a su visión de la vida o significó un cambio fun¬damental en la misma. Los encuentros son los si-guientes: 1) consigo mismo; 2) con los pobres; 3) con el leproso; 4) con el Crucifijo; 5) con el Evangelio; 6) con los hermanos.

Aquí daremos una cierta importancia al primer paso del proceso, el encuentro consigo mismo, en cuanto constituye, según nuestra modesta opi¬nión, el que más re-lación tiene con la primera etapa del discernimiento vo¬cacional.

1.- PRIMER ENCUENTRO: CONSIGO MISMO

No existe en las fuentes hagiográficas un único episodio que narre el encuentro de Francisco consigo mismo. Siguiendo el normal proceder de la psicología huma-na, también en el caso del hijo de Pedro de Bernardone se dio un proceso lento, pero que se nota en la búsqueda creciente de momentos de soledad reflexiva, en va-rios gestos que denotan una situación interior de mayor pon¬deración y de una diver-sa toma de posición frente a su presente y su futuro. Este gradual proceso de interio-rización se puede ver en diversos episodios de su vida; aquí resaltamos sólo algunos, ocurridos durante su juventud.

a) La cárcel:

En el comportamiento de Francisco cuando se hallaba prisionero en la cárce1 de Perusa, podemos descubrir uno de los primeros signos de que en su corazón se estaban dando algunos cambios fundamentales. A decir verdad, sobre su permanen-cia en esta cárcel no existen muchos datos en las primiti¬vas fuentes. Los más abun-dantes son los que nos da la TSoc 4, en donde se afirma que fue colocado junto con los caballeros, dado que era noble por sus costumbres (quia nobilis erat moribus) y se narra un episodio de gran interés en estos términos:

«Un día en que sus compañeros de cautiverio estaban tristes, é1, que por naturaleza era alegre y jovial, lejos de aparecer triste, se mostraba gozoso. Por ello uno de los compañeros le reprochó como si fuese un insensato, pues se alegraba estando encarcelado. A esto respondió Francisco con voz firme: '¿Qué pensáis de mi? Todavía he de ser honrado en el mundo entero'» (4,2-5).

Además de la alegría natural de Francisco desta¬cada por el texto, en la res-puesta que éste da a las críticas de su compañero se puede entrever no tanto su capa-cidad profética sino, sobre todo, la acti¬tud de un joven que ya comienza a preocu-parse seriamente por su futuro. Tal vez no sea adecuado ver en su respuesta a una persona presuntuosa, sino a alguien que está buscando ideales nobles y grandes, co-ma podría ser la ca¬ballería. Es verdad que aún no parece tener ideas muy claras so-bre el tipo de grandeza que desea y sobre cómo lograrla, pero sus palabras dejan entrever que el ambiente de la cárcel, con todo lo que comporta a nivel de grupo, es-taba dejando secuelas también en su corazón después de haber pasado varios meses privado de la libertad y en contacto con la angustia y desesperación de sus compa-ñeros. Es muy posible que aquellos meses de crisis le hubieran obligado a entrar dentro de si y a comenzar a mirar la vida de manera dife¬rente a como la había mi-rado hasta entonces.

b) Enfermedad:

Esta situación de limitación se prolongó con la enfermedad que sufrió Fran-cisco poco después de haber salido de la cárcel. En ese momento igno¬raba todavía los planes de Dios sobre él y estaba dedicado las actividades comerciales de su padre que le distraían. Buenaventura dice que «todavía no había aprendido a contemplar las realidades celestiales ni estaba acostum¬brado a gustar las cosas divinas», pero luego agrega:

«dado que el sufri¬miento hace comprender la lección espiritual, se posó sobre

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