El profesor como intelectual transformativo

“...El llamamiento actual al cambio educativo representa al mismo tiempo una amenaza y un desafío para los profesores de la escuela pública...” Henry A. Giroux, 1990

El autor, de manera muy sencilla y clara nos describe la situación actual de muchos docentes en nuestro país. Desde hace un par de años se unieron en una lucha hacia una reforma educativa que pretendía cambiar el sistema educativo, donde los principales objetivos que levantaba dicha reforma era fortalecer la educación gratuita y laica.

Tanto se ha hablado de dicho tema, que constantemente escuchamos que lo que busca la reforma educativa era quitar algunos bienes y derechos a los trabajadores de la educación. Pero, lo que realmente importa es la labor como docente que miles y miles realizan en nuestro país, algunos de ellos significan un grado de amenaza porque como intelectuales y personas dedicadas al favor de los estudiantes de la nación provocan formas de pensar un tanto radicales y críticas. Se desprestigia su capacidad e inteligencia debido a que las personas que realizan estas normas están bastante alejados de la realidad que día con día se vive en las aulas.

“...Una manera de repensar y reestructurar la naturaleza del trabajo docente es la de contemplar a los profesores como intelectuales transformativos.”

De esto pueden surgir distintas opiniones, pero primero hay que pensar que todas las actividades realizadas por el hombre requieren de una forma de pensamiento, desde el trabajo más sencillo hasta el más complejo, es por esto que debe tomarse al docente como intelectual. Desde este punto de vista, si el docente es intelectual tendrá la capacidad para analizar lo que está a su alrededor y a partir de dicho análisis poder tomar una actitud crítica, por esto mismo la labor de un docente es demasiado importante, porque aquel profesor que es crítico consigo mismo, puede llevar a ser críticos a un grupo mayor de personas de una sociedad y poder influir en distintos aspectos de la vida cotidiana; estos intereses pueden ser políticos, sociales y económicos.

Al ver al profesor como un intelectual le estamos dando ese sentido de calidad de su trabajo, se ha tomado de tan poco a los maestros, y nos remontamos a nuestra época. El profesor a perdido valor en distintas esferas de la vida, pero al entender y poner a un docente como un intelectual transformador le regresamos el sentido a su labor, pero esto sólo es el aspecto social, dentro del centro de trabajo las cosas son completamente distintas, el profesor tiene poca decisión, es aquí la contradicción, el profesor se ve obligado a utilizar pedagogías de las que seguramente no tuvo conocimiento previamente, de ser así, el docente debería decidir bajo qué principios pedagógicos trabajará para que sea capaz de transformar.

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