El proyecto que casi se nos escapa de las manos.

Institución Educativa Malabar

Crónica

Miguel Ángel Londoño Salgado

11~2

08/09/2016

El proyecto que casi se nos escapa de las manos  08/09/2016

Todo comenzó hace un año atrás, cuando al colegio llegó a nuestro colegio (Institución Educativa Malabar), la escuela activa urbana, tal sistema educativo acompañado por una gran oportunidad: ‘’La universidad en tu colegio’’, ofreciéndonos un programa de mecánica industrial, quizá nunca pensamos que algún día iríamos a una universidad, y mucho menos a una privada y de alto prestigio como es la autónoma de Manizales, realmente fue una grata sorpresa, como hace algunos años atrás había desarrollado cierto gusto por tal tema, no podía desaprovechar tal oportunidad, así que no dudé en inscribirme. Al principio como en toda carrera, no parecía tener que ver con tal tema, ya que veíamos inicialmente matemáticas básicas y algunas otras cosas que la mayoría ya sabíamos, pero aun así, la idea de desistir no era una opción, si la carrera tenía tal nombre había de ser por algo, así que solo debía ser paciente. Un tiempo después, debíamos asistir a clase en el taller de la universidad, la carrera comenzaba a enfocarse hacia las expectativas que por mi parte tenía, tal día debíamos calcular algunas relaciones de poleas, hasta el momento nada interesante, el ejercicio solo constaba de hacer unas cuantas medidas y dividir, lo que realmente valió la pena de tal día, fue que cuando la clase finalizó, y pudimos hacer un recorrido por el taller, además de observar  todas las máquinas que había allí. En especial, me llamó mucho la atención un mecanismo de piñones que había, así que no pude retenerme y tuve que ir a detallarlo más de cerca, me di cuenta que era parte de un automóvil, tras un rato de haber querido descubrir cómo funcionaba y un par de fotos salí hacia mi casa, quizá próximamente, descubriría cómo funcionaba, pero por ahora, no era muy importante…

Al finalizarse el año escolar y el semestre de la universidad, no quedaba más que quedarse todo el día en casa, sin hacer nada, ya no había que hacer tareas, no era necesario madrugar, podía quedarme viendo televisión todo el día o jugando play station. Y quizá lo hubiera hecho, pero una noche, recuerdo, casi a las 9 p.m. navegando por internet, específicamente en la página ‘’YouTube’’, se me recomendó un video, cuyo título decía: ‘’Maqueta de Motor de Combustión Interna’’, por su portada no parecía de mucho interés, pero solo su encabezamiento hizo que fuera irresistible para mi hacer click en el. Luego de haber visto tal maqueta, sentí que debería hacer una propia, pero tenía que ser original, algo que no fuera fácil encontrarlo, sabía que no iba a ser nada fácil ya que simplemente tenía algunos conocimientos muy básicos, sería un gran reto si lo intentaba, pero lo que trata de mostrarse como “imposible”  siempre me ha gustado, así que estaba dispuesto a hacerlo. Necesitaba de materiales, pero no contaba con ellos, pensé en pedirle ayuda a mis padres, aunque quizá hubieran pensado que era muy acelerado lo hice, finalmente decidieron apoyarme y colaborarme con la mayoría de materiales, lo malo, era que no tenía ni la más mínima idea de cómo ir a la fija, pero si en algo me habían servido las clases de dibujo técnico que en ese momento recibía, todo debería comenzar a tomar forma a partir de un simple plano, simplemente respiré, pedí ayuda a Dios, y comencé a dibujar. Realmente fue genial cuando todo comenzó a tomar forma a partir de tal plano. Fue un arduo mes de trabajo e investigaciones, pero finalmente, lo conseguí, tenía mi maqueta de un motor de combustión interna, totalmente hecho de materiales reciclables puesto que no tenía maquinaria para haberlo hecho en metal u otro tipo de material similar, y lo mejor, era que funcionaba sin desbaratarse. Fue un proyecto de vacaciones, pero no tenía idea de que quizá en un futuro podría traer beneficios…

Finalizadas las vacaciones, ingreso a grado once y a tercer semestre de la carrera, hasta el momento, mi maqueta no había sido útil, su única función era ser un adorno de la sala y en algunas ocasiones darme motivación a seguir cuando sentía que no podía continuar con las cargas académicas…

El 12 de Abril del año en curso, comenzamos una nueva clase de la universidad, pero tal día no fue muy extensa, puesto que el docente tenía un compromiso y debía irse, pero antes que nada, nos avisó que para final de semestre, debíamos presentar un proyecto, un proyecto que quizá podría afectarnos o beneficiarnos totalmente, en ese momento lo primero que se me vino a la mente fue mi proyecto de vacaciones, pero unos instantes después pensé ‘’si es tan importante tal tarea debería ser algo mucho más grande, algo que realmente cause impresión a las demás personas’’, así que recordé el mecanismo que algunas fechas atrás había visto en la universidad, si conseguía hacerlo sabría que podía ser algo significativo, pero  sería realmente difícil. La idea de intentar hacerlo quedó rebotando en mi mente, aunque no tenía los conocimientos, además ya tenía un proyecto hecho. Pero como dije anteriormente, los retos de este tipo son cosas  que inexplicablemente me atraen. Así que allí estaba otra vez, dispuesto a realizar un nuevo proyecto. Pero esta vez no solo, tenía tres compañeros conmigo, Andrés, Juan Esteban y Sergio. Les propuse la idea, y aunque al principio parecía algo imposible, finalmente la aprobaron. Una vez más, no tenía ni la más mínima de que hacer, contaba con escasas ocho semanas para descubrir el funcionamiento del mecanismo, hacer planos para la construcción de este, repartir el trabajo y construirlo. Así que no había tiempo que perder, la investigación minuciosa inició al día siguiente, esta sin dar muchos resultados, fueron aproximadamente 5 días de intensa investigación para tratar de comprender lo que la máquina en sí comprendía y cómo funcionaba, 5 días en los que incluso fuimos a la universidad a detallar mejor tal máquina. Luego de esto debía comenzar con los planos, pero antes necesitaba los cálculos necesarios, si ya había sido difícil el proceso de investigación, este sería mucho peor, estuvimos a punto de desistir del proyecto, dado que un número, tan pequeño pero tan importante, hacía que no fuera posible el acoplamiento de algunas de las piezas, era necesario saber cuál era tal valor para darle lugar en los planos, intentamos sacarlo por todos los medios que hasta el momento conocíamos, reunimos en total 44 años de matemáticas que entre los cuatro sumábamos, matemáticas que comprendían los 11 años escolares que hasta el momento había cursado cada uno, pero aun así mis tres compañeros y yo no tuvimos éxito en la tarde que teníamos destinada para ello. Así que por lo visto, no podíamos realizar tan anhelado proyecto. Un rato después mis compañeros salieron, yo no pude simplemente acostarme y dormir, en mi mente no cabía como era posible que un número pudiera hacernos desistir, seguí intentándolo un rato más, pero el sueño me venció…

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