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Elizabeth Perez Rincon


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2013  •  8.237 Palabras (33 Páginas)  •  325 Visitas

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Prospectiva Estratégica

ACT 10. Trabajo Colaborativo 2

ELIZABETH PEREZ RINCON

37.541855

Tutor

Edward Yecid Torres

Grupo 102053_16

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA “UNAD”

ESCUELA DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS, CONTABLES,

ECONÓMICAS Y DE NEGOCIOS

CEAD SANTA MARTA

JULIO 2013

.

Producir un escenario de desarrollo y ordenamiento territorial municipal basado en la

equidad social, la solidaridad, la sostenibilidad, la competitividad y la eficiencia

administrativa e institucional

Crear un escenario probable y diferentes escenarios alternos para identificar las consecuencias de la desigualdad entre ricos y pobres en Colombia.

BRECHA ENTRE RICOS Y POBRES EN COLOMBIA

CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA.

Un largo y degradado conflicto armado, como ninguno otro en la región, ha pauperizado a la población. Según encontró la Segunda Encuesta Nacional de Verificación de los Derechos de la Población Desplazada, 760.000 familias campesinas fueron forzadas a huir para salvar sus vidas entre 1998 y 2008, dejando atrás, por abandono o por despojo, 5,5 millones de hectáreas de tierra.

Si antes del éxodo la mitad de esas familias eran pobres y una tercera parte tenían ingresos de miseria, después, el 97 por ciento quedó en la pobreza y el 80 por ciento en la indigencia. Esa catástrofe social perdura hasta hoy. Según el Dane, la pobreza entre los habitantes del campo está por encima del 65 por ciento, lejos del promedio nacional de 46 por ciento. Y la indigencia urbana también aumentó en el último año.

La desigualdad, además, se profundizó con el conflicto de la última década. Según investigó Ana María Ibáñez, del Cede (Universidad de los Andes), desde 2005 el índice Gini de concentración de la propiedad aumentó hasta 0,875, el más alto de la región después del de Paraguay, un país mucho más pequeño. "Los de por sí pocos propietarios de la tierra compraron aún más predios y la propiedad se concentró a estos extremos", explica Ibáñez.

LA CORRUPCIÓN EN COLOMBIA

El otro gran problema es la corrupción. Se han desviado miles de millones de pesos de gasto público social a políticos inescrupulosos o a los actores armados, como se hizo evidente en el escándalo de la para-política. Según el Índice de Transparencia Internacional que mide la percepción de corrupción del sector público en 180 países, Colombia viene empeorando en los últimos años, y en 2009 bajó del puesto 70 al 75.

Pero además hubo políticas públicas que impidieron que Colombia aprovechara la bonanza para mejorar de manera más radical la calidad de vida.

Algunos datos y cifras de la problemática de corrupción en Colombia. ¿Cuáles son los riesgos de corrupción en las instituciones públicas? ¿Cuál es la percepción de corrupción de los colombianos? ¿Este problema social es prioritario entre los ciudadanos?

En el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional, Colombia partió de un puntaje de 2,2/10 en 1998. Tras alcanzar un puntaje de 3,9/10 en 2006, en 2011 tuvo una puntuación de 2,8 y se ubicó en el puesto 80 entre 183 países y territorios.

Según LAPOP – Barómetro de las Américas 2011, la percepción de corrupción en el país es de 81%, frente a 78,2% en 2010. Es el valor más alto que se ha encontrado desde 2004, el primer año en que se realizó el estudio. Sin embargo, solo es un problema prioritario para el 12% de los entrevistados.

En la opinión de los empresarios, la corrupción es el factor que más dificulta la competitividad para las empresas privadas colombianas, según estudia el estudio Doing Business 2012, del Banco Mundial.

La Segunda Encuesta Sobre Prácticas Contra el Soborno en Empresas Colombianas 2010, realizada por Transparencia por Colombia y la Universidad Externado de Colombia, arroja que el 93% de los empresarios considera que hay empresarios que ofrecen sobornos en sus negocio, mientras que el 26% de ellos afirma tener programas e inversiones contra el soborno.

Según el Barómetro Global de la Corrupción 2010, un 52% afirma que las prácticas corruptas van en aumento. Un 35% piensa que las medidas tomadas han sido eficaces mientras que un 46% percibe lo contrario.

Los partidos políticos y el Congreso reciben una calificación de 4,2/5, donde 1 es nada corrupto y 5 muy corrupto. Los sectores mejor calificados por los colombianos encuestados son la educación, las ONG y los medios de comunicación, con calificaciones de 2,5/5, 2,6/5 y 2,7/5 respectivamente.

En el Barómetro, los colombianos calificaron con 3,8 el nivel de percepción de corrupción de la rama judicial. Según el estudio LAPOP 2011, el sistema de justicia nacional fue catalogado por los colombianos, en una escala de 0 a 100, con un nivel de confianza de 51,8, por debajo del promedio de confianza del total de instituciones (53,4).

Los resultados del Índice de Transparencia de las Entidades Públicas señalan que sólo el 8% de las entidades públicas evaluadas (exceptuando las de naturaleza especial) se ubican en bajo riesgo de corrupción.

La cuenta del número de escándalos de corrupción sigue creciendo. Hoy está de moda hablar de ‘carruseles’, ‘pulpos’, ‘carteles’, ‘mafias’, ‘venas rotas’ y ‘ollas podridas’. El de la salud, el de las pensiones, el del polémico programa Agro Ingreso Seguro, por solo nombrar algunos.

DESEMPLEO EN COLOMBIA

Terminó el año 2000 y las cifras de desempleo no son del todo alentadoras. La cifra siguen en aumento bordeando ya el 20.5 por ciento, según estadísticas del Dane, lo cual implica que en las siete principales ciudades del país y sus áreas metropolitanas hay más de 1.522.000 personas desocupadas, y aún no se alcanza a visualizar un panorama claro que nos permita mejorar la situación actual. Para impulsar el empleo es necesario que la economía crezca como un todo, a una tasa igual o mayor al 6.0 por ciento.

Terminó el año 2000 y las cifras de desempleo no son del todo alentadoras. La cifra siguen en aumento bordeando ya el 20.5 por ciento, según estadísticas del Dane, lo cual implica que en las siete principales ciudades del país y sus áreas metropolitanas hay más de 1.522.000 personas desocupadas, y aún no se alcanza a visualizar un panorama claro que nos permita mejorar la situación actual. Para impulsar el empleo es necesario que la economía crezca como un todo, a una tasa igual o mayor al 6.0 por ciento.

También resulta necesario establecer políticas claras en cuanto a los contratos laborales se refiere. Estos implican compromisos de largo plazo que las empresas no están dispuestas a asumir dadas las condiciones actuales de la economía. Pese a las expectativas de un mejoramiento de ésta, las empresas se resistirán a aumentar su planta de personal. En este aspecto es necesario contar con mercados laborales más adaptables al cambio tecnológico y a los nuevos ciclos económicos, pero además se sugiere la flexibilización de éstos, fuerte debate que aún no ha sido resuelto y que en ocasiones ignora el capital humano con que cuenta cada trabajador y los altos costos en que incurrirían las empresas a la hora de despedirlos.

Ahora, el verdadero drama laboral lo sufren los jefes de hogar, personas de quienes depende en su mayoría el sostenimiento de la economía familiar, la educación de los niños y la calidad de vida en los hogares y quienes se han visto gravemente afectados con el entorno de crisis que obliga a las empresas a prescindir de sus servicios, al igual que el de las personas mayores de 40 años, quienes una vez desempleados, les resulta bastante difícil reintegrarse al mercado laboral y terminan involucrándose en el creciente mercado de trabajo tradicional.

Es necesario volver a crecer a tasas razonables, combinándolas con un claro y eficiente manejo de las tasas de interés, las finanzas públicas y promoción de la inversión extranjera directa. La confianza en el país es vital para este propósito y mientras no exista claridad en cuanto al tema del conflicto armado y el proceso de paz, tales objetivos serán difíciles de obtener. Un entorno económico estable mejora el crecimiento y facilita la generación de empleo.

FALTA DE EDUCACIÓN EN COLOMBIA

La educación en Colombia está ligada a una política de desarrollo cuyo énfasis radica en la cobertura, la calidad y la eficiencia. Por alguna razón existe una contraposición entre estos tres pilares, pues al aumentar uno, disminuyen los otros…

La educación por definición es un factor primordial, estratégico, prioritario y condición esencial para el desarrollo social y económico de cualquier conglomerado humano. Asimismo es un derecho universal, un deber del estado y de la sociedad, y un instrumento esencial en la construcción de sociedades autónomas, justas y democráticas.

Desde este punto de vista podemos decir entonces que la educación es el único medio por el cual una nación aumenta sus posibilidades de éxito, “De su cobertura y calidad dependen las posibilidades que tiene un país de competir en el concierto de las otras naciones”.

Aunque estas definiciones y planteamientos son claros y no se esconden a una realidad (son de conocimiento general) podríamos concordar con lo preceptuado en el plan sectorial del Ministerio de Educación, A pesar de los esfuerzos realizados Colombia esta lejos de abarcar a la totalidad de los niños y jóvenes con una educación básica de calidad. Y es que según los mismos esquemas estadísticos que maneja el gobierno nacional los indicadores de cobertura, eficiencia y calidad de nuestro sistema educativo señalan que los avances han sido lentos e insuficientes.

La calidad en la educación es el problema más importante en Colombia, y es el gran punto de quiebre entre la escuela pública y la privada, puesto que aunque la educación ofrecida por el estado es gratuita, en la gran mayoría de las instituciones no se le ofrece una educación idónea al estudiante.

Existen algunos colegios estatales buenos, pero generalmente para poder ingresar se necesitan “palancas” ya que que los cupos son muy pedidos, y generalmente no cubren la demanda. Entonces, los padres se ven obligados a buscar un colegio privado para sus hijos en busca de calidad, pero muy pocos lo logran, debido a que la mayor parte de la población no puede acceder a estas instituciones por sus altos costos. Aunque en el mercado de lo privado se pueden conseguir colegios desde 70.000 pesos, y hay colegios parroquiales que ofrecen una formación íntegra en valores a bajos costos (en comparación con otros colegios privados), para una familia que sobrevive con un salario mínimo al mes es imposible invertir esos 70.000 pesos, puesto que existen otras necesidades como la alimentación, el transporte, los servicios públicos, etc. Sin estos gastos el ser humano no puede vivir o trabajar, por lo que el joven sólo puede acceder a lo que el Estado ofrece.

Al ingresar a la escuela pública el estudiante no va a recibir una educación de calidad, por lo que al presentar el examen de estado ICFES obtendrá un mal puesto que no le permitirá acceder a la universidad pública, y al graduarse no encontrará en qué ocuparse.

El problema de calidad en la educación pública tiene dos causas: el fomento de la mediocridad por parte del estado y la falta de apoyo al docente.

GUERRILLA: Entrar a discutir qué fue primero, si la pobreza o la guerra, sería como caer en el dilema: la gallina estuvo primero que el huevo o el huevo estuvo primero que la gallina. Para muchos la criminalidad no es consecuencia directa de bajos niveles de actividad económica, pero estos desempeños sí pueden darse como consecuencia de altos índices de criminalidad. Sin embargo, en nuestra primera parte vimos que la incapacidad del Estado para satisfacer las necesidades básicas de muchos ciudadanos (educación, salud, seguridad, empleo, etc.) es causa directa de nuestro conflicto armado. En lo que si todos coincidimos es en que la guerra genera pobreza. En la medida en que el conflicto armado le quita competitividad a nuestros productos, provoca una fuga masiva de capital tanto económico como humano, produce desempleo, etc. El problema adquiere más bien la dimensión y las características de un círculo vicioso. Cada día que pasa la guerra destruye "riqueza", cada vez nos volvemos más pobres. Al ser más pobres nuestras necesidades se incrementan y tenemos mayores dificultades para satisfacerlas. La violencia se convierte así en una alternativa para aplacar nuestras carencias, o en una señal de protesta por no lograr saciarlas. Y de esta forma la historia vuelve y se repite.

De pronto la pobreza como tal, no es tanto la causa de la guerra. ¿No será más bien nuestra falta de simpatía, de la cual hablaba Amartya Sen (premio Nobel de Economía en 1998), la culpable de nuestro conflicto armado? Esa indiferencia que nos caracteriza a nosotros los colombianos, el hecho de no meternos en el "pellejo" de los demás, de los menos favorecidos. En el coloquio sobre pobreza que hubo en nuestra Universidad, se concluyó que existen los recursos necesarios para solucionar los casos de miseria. Entonces, ¿no sería saludable si nos detuviéramos a pensar qué puede hacer cada uno de nosotros para disminuir nuestros actuales niveles de pobreza?

Tras 40 años de conflicto, ni el Estado ni los grupos armados han conseguido sus objetivos y la violencia ha llevado a la transformación del sistema económico del país y a la militarización de la sociedad. Un elemento importante es que la sociedad civil colombiana, la principal víctima del conflicto armado, se esta involucrando activamente en el Proceso de Paz con propuestas esperanzadoras que buscan el final de la violencia y que crean una dinámica que podría ser germen de integración social en la que la convivencia se imponga a la confrontación y a la violencia.

GOBIERNO: La política de Colombia lleva medio siglo signada por el terrorismo de Estado la historia de Colombia desde mediados de siglo 20 con la muerte por asesinato político del líder popular del Partido Liberal Eleizer Gaitán, marcó décadas de violencia popular y social, hasta el surgimiento de las guerrillas que comenzaron liberales, hasta llegar a constituir grupos marxistas. Se produjo una agudización de la lucha de sectores sociales, que tuvieron como respuesta mayores niveles de violencia, no solo con los actores políticos de las guerrillas, sino que se amplió a los campesinos, a los trabajadores, a estudiantes, políticos (senadores, diputados, concejales, dirigentes políticos, abogados, jueces, etc.,). El estado colombiano sustentó su poder en el ejercito y la policía, ampliando con paramilitares un plan de exterminio sobre los opositores. Algunas cifras de medicina legal de Colombia reflejan que 38.255 personas han desaparecido en sólo 3 años (2007al 2009) en Colombia, así como existen 7.500 presos políticos con sumario bajo montajes judiciales.

Hemos manejado algunas cifras cercanas a la gestión de Uribe y del nuevo presidente Santos. En un informe del 2011 de la Central Unida de Trabajadores (CUT), sus dirigentes denuncian que “En Colombia se cometen el 60% de los asesinatos de sindicalistas que se presentan en todo el mundo (…) una violencia histórica, estructural, sistemática y selectiva que se convirtió en pauta de comportamiento del Estado colombiano: esta violencia deja por lo menos desde 1986, 2.778 sindicalistas asesinados, 196 desapariciones forzadas y más de 11.096 hechos de violencia, que constituyen un genocidio contra el movimiento sindical colombiano.”

EMPRESARIOS: En Colombia, a los peces gordos del mundo empresarial se les conoce como cacaos. Y en un país tan diverso, son varios los que entran en esa lista. Aquí mostramos el quién es quién entre los grandes hombres de negocios del país cafetero. Aquellos que se preparan para hacer frente a la competencia chilena o bien les están abriendo las puertas a los empresarios locales que apuestan fichas en esa economía. Por Antonieta de la Fuente

Al chileno se le hace fácil desembarcar en Colombia. Quienes lo han hecho dicen que no es difícil entenderse con ellos y que los códigos del mundo de los negocios son similares a los de Chile. “Los colombianos son muy receptivos a la inversión extranjera. Pasaron muchos años malos por la guerrilla, nadie se fijaba en Colombia y, de alguna manera, por eso ahora son abiertos a tener socios”, comenta un ejecutivo que conoce de cerca los códigos del empresariado colombiano.

Pero para llegar e instalarse hay que conocer los códigos del mundo empresarial colombiano. Tarea nada fácil considerando la diversidad que presenta ese país.

A diferencia de los chilenos, la elite empresarial de Colombia es amplia y heterogénea. “Los tres principales grupos provienen de diferentes ciudades, lo que equivale a decir que vinieran de países distintos. Es muy diferente un empresario que se formó en Barranquilla –como Julio Mario Santo Domingo– una zona costeña en pleno caribe, que uno que armó su imperio en la zona industrial de Medellín –como el paisa Carlos Ardila Lülle– o en las alturas de Bogotá, como Carlos Sarmiento Angulo”, dice un chileno que vivió varios años en Colombia.

Por años, la guerrilla hacía imposible para esta elite moverse libremente por su país, por lo que muchos optaron por manejar sus negocios desde el extranjero y enviar a sus hijos a realizar pregrados en universidades de Estados Unidos y Europa. Por eso, a diferencia de los chilenos, son más abiertos al resto del mundo, hablan varios idiomas y no tienen una estructura tan marcada por la Iglesia, según comenta un ejecutivo chileno que conoce bien la idiosincrasia colombiana. “Son más globales que los chilenos, porque se acostumbraron a estudiar y trabajar fuera de Colombia”, dice.

En Bogotá es común que los grandes empresarios viajen los fines de semana a sus fincas, donde están las “tierras calientes”, debido a que la capital colombiana, con sus 2.600 kilómetros de altura, es fría.

Son fanáticos del golf. Sólo en los alrededores de Bogotá hay más de 20 canchas de golf y si de negocios se trata, los centros de reunión son el Club El Nogal, donde los cachacos, como se les dice a los habitantes de Bogotá, se juntan a almorzar, jugar tenis y comer. Otro concurrido club para estos fines en la capital colombiana es el club Gun

LOS RICOS EN COLOMBIA

La consultora Wealth-X identificó, en su Reporte Mundial sobre la Ultra Riqueza 2011/2012, que en América Latina existe un total de 15.100 personas en esa categoría. En donde Brasil, que se instala como el tercer país con más ultra millonarios del mundo, con 4.725, una cifra casi igual a la de todo Medio Oriente, también se lleva el liderato en la región.

La segunda nación latinoamericana con mayor número de ultrarricos es México (que tiene casi 1.900, más que el conjunto del continente africano), seguido con 1.050 ultra millonarios, Argentina, y Colombia con 900 personas, para cerrar en quinto lugar, Perú con 775.

En Colombia, la Encuesta de Ingresos y Gastos del Dane registró que de 75.000 hogares en Colombia de un total de 8 millones y que ganan en promedio US$76.581 anuales.

Los cinco países que se integran a los diez con ultrarricos son Chile (750), Venezuela (500), Guatemala (310), Ecuador (275) y República Dominicana (225).

Según el informe, los altos precios de las materias primas han llevado una extraordinaria bonanza a la región, que en la última década ha favorecido el surgimiento de nuevas fortunas, sobre todo en países de alto desarrollo agrícola. La investigación, también indica que la cantidad de ultramillonarios es menor al número de superricos de Europa, pero su patrimonio conjunto supera en casi 3 veces más a éstos.

POBRES

Hay 20 millones de pobres en Colombia

de esa cifra, 7 millones viven en la indigencia, dice informe del Dane y Planeación.

Colombia cerró el año 2009 con 20 millones de personas que viven en la pobreza y 7 millones que habitan en la indigencia o pobreza extrema. Si bien las cifras son altas muestran un ligero descenso respecto a los reportes del 2008.

En la vigencia anterior el índice de pobreza en el país fue de 45,5%, mientras que en 2008 estaba en 46%.

Por su parte, la pobreza extrema bajó de 17,8% a 16,4%.

Las cifras oficiales de pobreza e indigencia en Colombia las dio a conocer la Misión para el empalme de las series de empleo, pobreza y desigualdad (Mesep), en la que participan el Dane, Planeación Nacional y expertos independientes, entre ellos Manuel Ramírez, quien es vocero de la Misión.

Ramírez dijo que durante 2009 el ingreso per cápita de los hogares disminuyó 2%.

Pobres e indigentes

Los pobres en Colombia suman 19'899.144, en tanto que las personas que están sumidas en la pobreza extrema o indigencia suman 7'159.172.

Así mismo, la desigualdad, medida a través del Coeficiente de Gini, bajó de 0,589 en 2008 a 0,578 en 2009.

La ciudad con mayor número de pobreza es Manizales, con 45,4%. Bogotá tiene 22% de pobreza. La ciudad con menor pobreza es Bucaramanga. De igual forma, la ciudad con mayor pobreza extrema o indigencia es Manizales, con 11,7%. Bogotá tiene 4,1%. La que menos registra este fenómeno es Bucaramanga con 2,2%.

El informe destaca que las reducciones más importantes de pobreza, entre 2008 y 2009, se presentaron en Bucaramanga, Ibagué y Manizales, mientras que Pasto, Pereira y Cali presentaron los más altos incrementos.

PRIMER ESCENARIO

DE GRIS A OSCURO

La guerra también nos afectó de otra manera. En la última década el país se concentró en una prioridad, reducir la violencia. A eso le apostó el gobierno de Álvaro Uribe buena parte de los recursos y de su energía institucional. Por eso, a pesar de haber aumentado tanto el gasto social, éste sigue estando por debajo de países como Brasil o Costa Rica.

El debate por la definición de «conflicto interno», al referirse a la confrontación de grupos armados ilegales contra el Estado en Colombia, obtuvo trascendencia durante la presidencia de Álvaro Uribe. El 7 de febrero de 2008, el principal asesor del presidente Uribe, José Obdulio Gaviria, calificó a las guerrillas de amenaza terrorista y no un grupo beligerante, que ya no tenía ningún proyecto político, y que si se aceptaba un "conflicto interno" les daría cierto poder a las FARC y eso entorpecería lograr la paz.16 Las FARC perdieron el estatus de 'beligerante' tras el término de los diálogos de paz con el gobierno de Andrés Pastrana Arango. Según el Derecho Internacional Humanitario (DIH) un grupo beligerante, es aquel "grupo de población de un Estado que se alza en lucha armada contra un orden constitucional legal y vigente establecido". En el Derecho Internacional, para que pueda un Movimiento, Comunidad o Grupo beligerante ser reconocido, es necesario que se les otorgue reconocimiento jurídico internacional por parte de otros sujetos del sistema jurídico internacional, además de reunir las siguientes condiciones:17

Todo esto asido un gran resumen de esta guerra que nos mantiene encarcelados a todos los colombianos. Aun que desde hacía ocho años para acá las guerrillas, los paramilitares y el narcotráfico se había apaciguado con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez ya que este estaba con un régimen de no al terrorismo llamado seguridad democrática la cual estaba resultando muy efectiva ya que no se estaba presentando tanto desorden público como en anteriores mandato donde un presidente no tenía el control ni si quiera de una cuidad.

el conflicto armado en Colombia es una guerra interna, que ha causado mucha polémica en mucho países del mundo porque incluso algunos países de la latino amerita están relacionados con este tema, que incluso ha afectado las relaciones diplomáticas de Colombia con muchos países, tales como Venezuela, ecuador, estados unidos, etc.

Para completar la corrupción nos acoge en su pecho como si fueramos bebes indefensos y solo podríamos sobrevivir junto a ella. Más de la mitad de la población colombiana cree que en los dos últimos años la corrupción en el sector público ha aumentado en el país; buena parte admite que ha pagado sobornos y que son necesarios los contactos en el sector público para agilizar los procesos.

Así lo concluye una gran encuesta que hizo la ONG Transparencia Internacional que es presentada hoy martes y que midió la percepción que tienen los ciudadanos sobre ese flagelo en 107 países. En Colombia, el estudio se hizo entre septiembre del 2012 y marzo del 2013, y se le preguntó directamente a 1.001 ciudadanos en 16 ciudades Entre las conclusiones está que el 56 por ciento de los colombianos cree que el nivel de la corrupción ha aumentado en los últimos 24 meses. Sin embargo, la percepción es mayor, si se tiene en cuenta que un 28 por ciento adicional afirmó que este ‘cáncer’ se ha mantenido inalterable en el mismo lapso.

También llama la atención que el 62 por ciento de los que respondieron considera que la corrupción es un problema “muy grave” en el sector público. A este panorama se suma que seis de cada 10 cree que el Gobierno ha ejecutado acciones ineficientes para combatirla.

La encuesta también les preguntó a los colombianos si han sobornado a funcionarios públicos, y llama la atención que una buena parte admite haberlo hecho. Cabe resaltar que pagar sobornos es un delito en el país que puede llevar a condenas de entre 6 y 12 años de cárcel, según el Código Penal.

El 27 por ciento de los encuestados dijo que sí ha pagado sobornos a la Policía, mientras que el 19 por ciento lo ha hecho a operadores del sistema judicial, siendo las instituciones donde más sobornos se pagan. Llama la atención que el 10 por ciento dijo que ha tenido que pagarlos para servicios relacionados con tierras.

En este punto, la mayoría de los encuestados (49 por ciento) afirmó que lo hicieron porque necesitaban acelerar los procesos y los trámites, mientras que el 36 por ciento lo hizo porque “era la única manera de obtener el servicio”. Otro indicador es que para el 66 por ciento de los ciudadanos tener contactos personales son importantes para que se logren hacer las cosas en las entidades.

Así lo concluye una gran encuesta que hizo la ONG Transparencia Internacional que es presentada hoy martes y que midió la percepción que tienen los ciudadanos sobre ese flagelo en 107 países. En Colombia, el estudio se hizo entre septiembre del 2012 y marzo del 2013, y se le preguntó directamente a 1.001 ciudadanos en 16 ciudades Entre las conclusiones está que el 56 por ciento de los colombianos cree que el nivel de la corrupción ha aumentado en los últimos 24 meses. Sin embargo, la percepción es mayor, si se tiene en cuenta que un 28 por ciento adicional afirmó que este ‘cáncer’ se ha mantenido inalterable en el mismo lapso.

También llama la atención que el 62 por ciento de los que respondieron considera que la corrupción es un problema “muy grave” en el sector público. A este panorama se suma que seis de cada 10 cree que el Gobierno ha ejecutado acciones ineficientes para combatirla

La encuesta también les preguntó a los colombianos si han sobornado a funcionarios públicos, y llama la atención que una buena parte admite haberlo hecho. Cabe resaltar que pagar sobornos es un delito en el país que puede llevar a condenas de entre 6 y 12 años de cárcel, según el Código Penal.

El 27 por ciento de los encuestados dijo que sí ha pagado sobornos a la Policía, mientras que el 19 por ciento lo ha hecho a operadores del sistema judicial, siendo las instituciones donde más sobornos se pagan. Llama la atención que el 10 por ciento dijo que ha tenido que pagarlos para servicios relacionados con tierras.

En este punto, la mayoría de los encuestados (49 por ciento) afirmó que lo hicieron porque necesitaban acelerar los procesos y los trámites, mientras que el 36 por ciento lo hizo porque “era la única manera de obtener el servicio”. Otro indicador es que para el 66 por ciento de los ciudadanos tener contactos personales son importantes para que se logren hacer las cosas en las entidades.

A esto se le suma el desempleo. Colombia tiene un problema de desempleo especialmente agudo. Desde 1999, una de cada cinco personas dispuestas a trabajar no encuentran donde emplearse. Este nivel de desempleo es el más alto que haya conocido el país, y también el más elevado de todos los países de América Latina.

El desempleo en Colombia afecta en forma desproporcionada a los jóvenes y a las mujeres: las tasas de desocupación de estos dos grupos son cerca del doble de la de los hombres mayores de 25 años, y superan ampliamente las de los demás países de la región. Esto quiere decir que el problema se encuentra muy concentrado en estos grupos. Pero además, quienes se encuentran desempleados enfrentan períodos cada vez mayores de desempleo. La duración típica del desempleo se ha doblado desde mediados de los noventa, y en la actualidad es de más de siete meses, bien por encima de cualquier otro país latinoamericano. Puesto que la tasa de desempleo ha aumentado menos que la duración del desempleo, está implícito que no ha aumentado la probabilidad de quedar desempleado, pero sí la carga del desempleo para quienes quedan en esa situación. Para completar el cuadro, téngase en cuenta que cerca de la mitad de quienes están ocupados, trabajan en actividades informales o en empresas pequeñas, donde la productividad suele verse limitada por la reducida escala de los negocios y el acceso limitado a los recursos productivos y a las oportunidades de mercado. Consideradas todas estas dimensiones, no cabe la menor duda de que Colombia tiene el problema laboral más grave de América Latina y que no se trata apenas de un fenómeno coyuntural, ni en su origen, ni en las secuelas que dejará.

La educación en Colombia está en coma Gracias a este análisis estadístico conoceremos el resultado de una serie de problemas que atraviesa nuestro país; ahora intentemos observar cual es la raíz o raíces de donde proviene este insuficiente resultado, y donde los más perjudicados tienden a ser los estudiantes, o mejor decirlo, los futuros profesionales y demás de nuestro país.

• Empecemos entonces por el principio…

• Problemática de la educación en Colombia

• Casi 2.5 millones de niños y adolescentes están por fuera del sistema escolar.

• El 18% de los niños de primaria abandonan la escuela.

• El 30% de los niños del campo desertan.

• De cada 100 matriculados en primer grado, sólo 33 terminan la secundaria.

• Sólo el 17 por ciento de los jóvenes en edad de estudiar entra en la educación superior.

• Sólo el 9% de los matriculados proviene de los estratos uno y dos, mientras que el 52% de los universitarios pertenece a una familia de estrato cinco.

El promedio de años de educación de la población mayor de 15 años en Colombia (7.7) es igual al que tenían los países desarrollados en 1970.

SEGUNDO ESCENARIO

DESPUES DE LA TORMENTA LLEGA LA CALMA

El Proceso de Paz en Colombia, se resume en conversaciones y diálogos de paz entre el gobierno nacional y los grupos revolucionarios con miras a acabar el conflicto armado en Colombia. El proceso de paz comienza desde la presidencia de Belisario Betancur con los acercamientos con grupos insurgentes, llevando a que la guerrilla del M-19 se desmovilizará en 1989. El proceso de Paz luego se reanudó en la presidencia de Andrés Pastrana, donde el gobierno adelanto diálogos de paz con las FARC en San Vicente del Caguán, durante la fallida zona de despeje. Durante la presidencia de Juan Manuel Santos, se reinicia el proceso de paz en Colombia, el cual comienza con los diálogos de paz que se llevarán a cabo en Oslo.

Siempre hay días extremadamente oscuros en los procesos de paz. Después de todo, nadie ha dicho que sería fácil sanar heridas que han estado supurando dolorosamente por décadas.

Sin embargo, el asesinato de 21 soldados por parte de las Farc fue un acto sin sentido y cruel. Esta guerrilla solo pudo culparse a sí misma por lo que pase como respuesta, probablemente ataques con drenes, de los que no se han visto casi en tiempos recientes del conflicto.

Es lamentable que se den pasos en reversa, pero no es algo inusual. Tuvimos días oscuros similares en el proceso de paz en Irlanda, pero como todos sabemos, al final tuvimos un final exitoso. Uno de esos pasos en reversa que dimos ocurrió en 1996 cuando el Ira detonó una bomba masiva en la zona comercial de Londres, en lo que se podría considerar el centro económico del Reino Unido. La bomba mató a dos personas y arrasó con vastas zonas del centro de la ciudad, aunque creíamos también que había acabado con el proceso de paz. Ciertamente sacudió sus ya inestables cimientos, pero de alguna forma logramos resucitarlo y curarlo. ¡Gracias a Dios lo hicimos!

A diferencia de algunos, le creí a ‘Iván Márquez’ cuando dijo que era posible lograr firmar algo para este año, ¿por qué?, por una razón: al igual que el Ira, las Farc saben que no van a ninguna parte con su campaña militar. Al igual que el Ira, ellos entienden que el Estado tiene muchos más recursos y que su objetivo de derrotar al Estado es como lanzar rocas a la luna.

Otra gran razón, quizás la principal, es que por fin las Farc se han dado cuenta de que es hora de acabar la guerra, de nuevo, al igual que le sucedió al Ira. Puede ser que exista un agotamiento, pero en la raíz está el despertar de una realidad de que las ideas políticas que tienen no se van a cumplir y sus objetivos no se van a lograr mientras continúen justificando su propia marginalidad al escoger las armas por encima de las urnas.

Comprendo exactamente el tiempo de lavado de cerebro por el cual pasó en sus tiempos en Moscú, cuando estaba el régimen de la Unión Soviética. Lo digo porque, como terrorista del Ira, a mí se me dio la oportunidad de llevar mis ideales por el mismo rumbo, para ser más preciso, se me ofreció un proceso de adoctrinamiento.

Como al líder de las Farc, me pidieron que ingresara a la Lenin School of Economics, por lo que me pagarían generosamente (¡lo mismo que a un doctor!).

Incluso en mi radical juventud me cuestioné cómo eso podría ser justificado en el esquema marxista cuando a los ciudadanos soviéticos les pagaban muchísimo menos.

Las circunstancias hicieron que no pudiera aceptar la oferta así que mi conciencia no tuvo que enfrentar esa disyuntiva. Nunca viajé a Moscú y a veces me pregunto dónde estaría ahora si lo hubiese hecho. ¿Habría renunciado a la vía terrorista? ¿Hubiese sido uno de los reaccionarios que aún siguen determinados en acabar con la frágil paz en Irlanda del Norte?

Él hizo el curso, y en ese proceso vendió su alma y espero que su conciencia lo atormente hasta este día, especialmente desde que es claro que ha tenido recientemente una epifanía. Después de creer por tantos años en la utopía de un Estado soviético, se ha visto forzado a aceptar que su sueño está muerto y enterrado, y que lo ha estado desde el otoño de 1989.

‘también sabe que no importa cuán inteligentemente redactada y estimulante sea la propaganda de las Farc, así sea en sus nuevas páginas web, eso es únicamente lo que es, propaganda. Y como me dijeron en mis días en la guerrilla: “El mayor peligro de tu propia propaganda es que empieces a creértela”.

En poco tiempo, ha crecido. Cuando uno es un comandante y comienza a darse cuenta de que está hiriendo gente en una escala más allá de lo imaginado cuando se radicalizó –y que después de des radicalizarse la culpa aumenta exponencialmente–, comprende que no puede borrar lo hecho. Uno no puede revivir los miles de muertos… lo único que uno puede hacer es tratar de salvar a todos aquellos alrededor de uno que se tragaron la propaganda y que posiblemente aún no han cruzado el límite del irremediable extremismo. En poco tiempo uno enfrenta la terrible realidad de que uno ha creado no solo un monstruo sino miles de asesinos a su imagen.

Creo que las Farc saben, como dijo Antonio Navarro Wolff, que este es su último chance. Esto significa que su destino está en las manos del presidente Santos, quien solo ha tenido la visión y el coraje de arriesgarlo todo para que esta horrible guerra de 50 años pueda finalmente terminar.

Ellos saben que si no llegan a acuerdos este año y cambian las AK-47 por las urnas, ese será su fin. El Gobierno colombiano perseguirá a todos los líderes de las Farc en una devastadora ofensiva. Serán sencillamente aniquilados como los Tigres de Liberación del Eelam Tamil en Sri Lanka. Nadie gana. No hay victoria para ningún bando, solamente una cosecha sin sentido que recogerá la muerte.

Así que parece que las Farc han puesto sus ojos en un futuro distinto. No es coincidencia que ‘Iván Márquez’ haya repentinamente cambiado su destino y su agenda, admitiendo que faltando seis meses para que se acabe el año es posible llegar a algún acuerdo. Hay que recordar que hace poco decía que el proceso podría durar años.

Por todas estas y muchas más razones, las Farc eligieron a elegir las urnas, y lo harán pronto. ¿Por qué hay tantas conversaciones en sus cuentas de Twitter?¿Por qué la avalancha de hasta dos o tres ruedas de prensa cada día si escasamente hablaban una vez al mes?

No les quepa ninguna duda de que este grupo está pasando del armamento al Armani. Con esto dicho, no creo que las Farc se unan a alguna de las fuerzas de izquierda tradicionales en Colombia –no arriesgarían perder el control sobre los miembros desmovilizados–. Me imagino que tomarán como modelo el Sinn Féin, el ala política del Ira que ahora ha sido electa y trabaja pacíficamente en Irlanda del Norte solo a través de las urnas.

TERCER ESCENARIO

GRANO A GRANO, SE LLENA EL GRANERO

Colombia se ha venido hundiendo en un mar de pesimismo. Al peso de un conflicto interno (o mejor, de varios conflictos) que no encuentra salidas pacíficas, pese a esfuerzos de negociación impulsados por los últimos cinco Presidentes de la República y por diversas organizaciones de la sociedad civil, y a los efectos acumulados de la enorme degradación que ha generado el narcotráfico en las formas de los conflictos y en la sociedad colombiana en general, se unió en años recientes la peor crisis económica desde los años treinta. Ante esta realidad, nos hemos inmerso en una catarsis colectiva, en múltiples formas de polarización y en esfuerzos inquisidores desconocidos en varias décadas de vida nacional.

La conjunción de viejos y nuevos problemas, algunos similares a los que enfrentan otros países latinoamericanos --las excesivas desigualdades sociales, la incapacidad de los sistemas políticos de canalizar las demandas sociales, la falta de conciencia de “lo público”--y otros más específicamente colombianos --el peso del narcotráfico y la fragmentación del poder sin mecanismos apropiados de gobernabilidad democrática--, explican por qué la convivencia se ha erosionado hasta llegar a las fronteras de nuestra inviabilidad como sociedad. La crisis económica revela, asimismo, elementos comunes con otros países --patrones de manejo económico que reproducen en vez de corregir la excesiva vulnerabilidad frente a los ciclos de financiamiento externo y un ajuste insuficiente ante la apertura económica-- y otros más específicamente nuestros (al menos en épocas recientes) --la crisis decrecimiento del Estado--.

Al mismo tiempo, nuestra sociedad y nuestra economía tienen, sin duda, reservas importantes para enfrentar los inmensos desafíos actuales. Nuestra diversidad, que hoy aparece como un obstáculo para la convivencia, es, al mismo tiempo, la fuente de nuestra riqueza democrática, que se expresa en la fuerte tradición republicana y en la capacidad para abrir nuevos canales democráticos en nuestra reciente carta política. En cierto sentido, no es la falta sino el desbordamiento de la vitalidad nacional, íntimamente asociada a la diversidad, lo que explica nuestra situación actual y de ella debemos nutrirnos para encontrar los elementos para avanzar. Los avances, ciertamente ambivalentes y ahora en riesgo, que logramos en materia social en la década de los noventa –la ampliación de la cobertura educativa, de la seguridad social y de los servicios públicos.

La solución a la crisis que enfrentamos no consiste, por lo tanto, en eliminar alguno de los elementos de este complejo reto, sino en encontrar la forma de hacerlos compatibles. En este sentido, los desafíos que enfrentamos no son muy diferentes a los que se plantearon hace una década, y que han resultado tan esquivos hasta ahora. Sin embargo, en la medida en que las redes de cohesión social se han venido erosionando a un ritmo acelerado, habrá que agregar esfuerzos adicionales orientados a reconstruir dichas redes, a “formar sociedad”. Y, todavía más, todo ello no será posible sin lograr avances sustanciales en la lucha contra el narcotráfico, en estrecha colaboración con la comunidad internacional.

CUARTO ESCENARIO

UNO PARA TODOS Y TODOS PARA UNO

Colombia tuvo apoyo de barios países, estos dieron el visto bueno a la Colombia que quería la paz. Fue cada habitante del territorio colombiano comprometiéndose con la paz.

Los últimos 6 años han sido para Colombia años de revolución política, social, económica y hasta geopolítica. Nunca habíamos vivido una época más prospera y más convulsionada al mismo tiempo. Tenemos el crecimiento más alto en décadas, y también el mayor número de políticos en la cárcel en décadas, acompañados por uno de los escándalos más grandes que ha llevado al “destape” de las verdades más ocultas, pero evidentes para muchos colombianos, de nuestro sistema político y social.

Una Colombia que es un país en paz, o al menos un país sin un conflicto tan destructivo, sin la influencia del narcotráfico y su decisivo papel en el poder que han tomado estos grupos terroristas.

El banco mundial describe a Colombia como un país emergente, es decir, no es rico, pero no es pobre. Al 2006, Los Colombianos teníamos una capacidad de compra similar a la de los panameños, los peruanos y los venezolanos en América Latina, países que no han sufrido conflictos de ningún tipo, o siquiera similares al Colombiano. Nuestro producto interno bruto está al nivel de Países como Chile, Singapur, la republica checa o Malasia. Solamente Brasil, México, Argentina y Chile nos superan en la región.

En términos de población estamos a los niveles de España, Ucrania, Sudáfrica y Corea del Sur.

Claro está que al factor de la guerra se le ha sumado, tristemente en muchos casos, una clase política corrupta y con poca o ninguna visión de patria. Pero hasta en eso los colombianos hemos demostrado, a diferencia de lo que ocurre con muchos de nuestros vecinos, que también lo podemos manejar, y de manera democrática. Nuestro gobierno es, sin lugar a dudas, el más popular de América y quizás del mundo, un estado totalmente respaldado en su lucha por recuperar el país. Los gobernantes locales en Ciudades como Bogotá, Medellín y Bucaramanga por mencionar algunas; y los gobernadores en muchos departamentos han demostrado que en Colombia los líderes políticos si pueden ser buenos y que la gente reacciona y actúa dentro de lo democracia para apoyarlos.

La sociedad Colombiana empezó a despertar del letargo que ha generado indiferencia y por ende permitido a los violentos tomarse el país. Posiblemente lo que ha pasado, como le pasó a cada colombiano que vive en este lindo país y los que están lejos de él, es que durante ese letargo tuvimos la oportunidad de soñar, de ver cómo sería nuestro país sin esa “maleza”, hasta adonde hubiéramos podido llegar y al despertar nos dimos cuenta que si era posible, y mejor aun, a pesar de todo, llevamos un buen camino recorrido de ese futuro al que inevitablemente queríamos llegar, porque Ya nos decidimos como nación a hacer ese camino una realidad.

Por más imperfección que tuvo, el proceso de paz con la guerrilla fue un ladrillo positivo en la construcción de la casa de la civilidad, siempre significara menos sangre derramada.

Una Colombia sin guerra tendrá tres veces más inversión extranjera y cinco veces más inversión interna, en el sector agro industrial. Sin pesca milagrosa ni quemaduras de buses la industria turística terrestre se disparó cuatro veces más.

Un país con dos mares, tres estaciones al mismo tiempo, selva virgen, sábanas y paramos con una biodiversidad única además de los ríos más bellos del mundo es un país destinado a grandes cosas.

Con el decisivo apoyo militar y económico de los Estados Unidos, se ha lanzado una campaña agresiva contra las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), dando lugar a algunos logros importantes, como son el debilitamiento considerable de las FARC, la reducción en la cifra de secuestros y, en particular los centros urbanos en Colombia, una reducción de los altos niveles de inseguridad del pasado.

En este contexto, la sociedad colombiana no parece haberse desplegado como un campo de lucha no violenta exitosa y tanto la sociedad en general como el Estado permanecen en gran medida indiferentes a la movilización civil. La mayoría de la sociedad colombiana parece apoyar la postura una acción militar importante para acabar con la actividad de la guerrilla.

La movilización social ha tenido la aceptación de diferentes grupos de la sociedad colombiana, de acuerdo a las demandas que ésta ha hecho y los sectores sociales y políticos que la han autorizado y apoyado. Mientras que las manifestaciones masivas que piden la paz y exigen la liberación de víctimas de los secuestros de la guerrilla han influído en la percepción nacional e internacional del movimiento de bases colombiano y han fortalecido el amplio consenso social en contra de la guerrilla, ha habido una ausencia notable de movilización estratégica de igual escala e impacto alrededor de otras inquietudes urgentes, que se han encontrado con un relativo cierre institucional e invisibilidad social.

Los temas de desplazamiento forzado, desapariciones forzadas, violaciones a los derechos humanos por parte del Estado, la exclusión de pueblos indígenas y la pobreza no continúan siendo factores ajenos a la sociedad colombiana y los actores no. La movilización de masas de pueblos, en torno a cuestiones de propiedad de la tierra, exclusión social y autonomía política, fueron recibidas por parte del gobierno, precipitando, solo en última instancia, un atisbo de apoyo social.

La criminalización estratégica de acciones colectivas sigue siendo una herramienta crucial que el gobierno utiliza, y la movilización colectiva alrededor de temas como los derechos indígenas y los derechos de los sindicatos no siguen siendo fragmentados y sujetos a represión severa.

La pobreza vista como carencia de al menos una necesidad básica (NBI) se ha reducido en Colombia de manera significativa, en especial, por los avances en los procesos de urbanización, la disminución del tamaño de los hogares y la expansión del sistema educativo. Cada vez la reducción es menor, y se revelan mayores dificultades para alcanzar a la población con mayores carencias.

El fenómeno del desplazamiento forzado ha privado a centenares de miles de colombianos de infraestructura pública y de bienes particulares de los que antes disfrutaban, lo que ha generado un retroceso para ellos, y ha contrarrestado importantes esfuerzos públicos para el desarrollo.

El desarrollo humano es lograr la ampliación de las opciones de la gente: lo que es socialmente deseable y técnicamente posible (conjunto de logros), y el subconjunto que cada persona considera importante para su realización y que puede efectivamente alcanzar (capacidades). El desarrollo implica el logro de las capacidades pero tiene que ver, además, con el proceso de procurarlas de manera equitativa, participativa y sostenible. La equidad y la libertad son características instrumentales y constitutivas del desarrollo.

El acceso a educación, el cual sintetiza varias dimensiones de desarrollo humano; como capital humano, es una medida de la inversión que la sociedad hace en las personas, como factor de producción, es el principal motor de desarrollo al crear conocimiento para mejorar la calidad de vida y favorecer procesos continuos de innovación y como aumento de las capacidades humanas permite que las personas absorban conocimiento, y accedan y disfruten de los bienes de la cultura universal.

CONCLUSIONES

• Por medio de este trabajo pude desarrollar habilidades al establecer escenarios alternativos al escenario probable o tendencial basado en el modelo que se suministró en el foro de trabajo.

• Al elaborar este trabajo me pude dar cuenta que el empleo de escenarios sirve para ordenar las incertidumbres que traerá el futuro.

• El cuarto escenario es una invitación a esforzarnos por hacer una Colombia con más oportunidades y más igualdad para todos.

• Los escenarios son descripciones narrativas de un mundo futuro, es una visión sistémica la suficientemente detallada, en la pude claramente ver los problemas que causan la desigualdad entre ricos y pobres y desafíos y oportunidades que pueden presentar.

• Gracias a los escenarios pude deducir posibles situaciones que posiblemente sucederían como la igualdad entre ricos y pobres si o se dan ciertos fenómenos como la terminación del conflicto interno colombiano o el mejoramiento de la educación.

RECOMENDACIONES

- El empleo es el medio más prometedor de hacer frente a la desigualdad. El mayor reto consiste en crear más y mejores empleos, que ofrezcan buenas perspectivas profesionales y den a la gente oportunidades reales de superar la pobreza.

- La inversión en capital humano es fundamental. Esa inversión debe comenzar en la primera infancia y mantenerse durante todo el ciclo de la enseñanza obligatoria. Una vez realizada la transición de la escuela al trabajo, deben existir incentivos suficientes para que tanto los empleados como los empresarios inviertan en capacitación a lo largo de la vida laboral.

- La reforma de las políticas fiscales y de las prestaciones sociales es el instrumento más directo para aumentar la redistribución. Las considerables y persistentes pérdidas económicas que sufren los grupos de bajos ingresos a consecuencia de las recesiones ponen de manifiesto la importancia de las transferencias gubernamentales y las políticas bien concebidas de ayuda a los ingresos.

- La fracción cada vez mayor del ingreso que perciben los grupos de rentas más altas indica que estas personas tienen ahora una mayor capacidad tributaria. En este contexto, los gobiernos podrían reexaminar la función redistributiva de los impuestos a fin de velar por que los individuos más acaudalados satisfagan su parte correspondiente de la carga fiscal.

- Es importante garantizar la prestación de servicios públicos gratuitos y de alta calidad, tales como la educación, la salud y la atención a las familias.

CIBERGRAFÍA

http://www.lafm.com.co/noticias/nacional/11-06-11/en-colombia-hay-una-gran-brecha-entre-ricos-y-pobres-ban-ki-moon#ixzz2aUxCfMge

http://www.monografias.com/trabajos84/comflicto-armado-colombia/comflicto-armado-colombia.shtml#ixzz2aUajl7NK

http://www.semana.com/nacion/articulo/cinco-razones-corrupcion-no-para-crecer/242988-3

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12862555

http://www.publico.es/dinero/410638/la-brecha-entre-ricos-y-pobres-alcanza-su-nivel-mas-alto-en-30-anos

http://www.gabinetecomunicacionyeducacion.com/files/adjuntos/Nuevos%20escenarios%20desde%20la%20perspectiva%20de%20la%20Web%202.0%20en%20la%20Universidad.pdf

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http://www.bitajor.com/2013/01/icono-del-mapa-de-colombia-en-negro/

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