Emociones Y Estudio

¿Cuáles emociones pueden ser utilizadas para atraer la atención y el interés para el estudio y el desempeño escolar y cuáles pueden tener un efecto negativo en los procesos de aprendizaje de los estudiantes?

“El maestro enseña más con lo que es que con lo que dice.” ¿Qué tan cierta es esta frase?, ¿será realmente aplicable a la educación?

Los conflictos emocionales y de la conducta en los alumnos, forman un serio y difícil problema tanto para la educación, equilibrio emocional y salud mental de los estudiantes como para los padres cuyos hijos no logran en la escuela un rendimiento acorde con sus esfuerzos y expectativas.

La duración, la frecuencia y la intensidad con que ocurre la conducta disruptiva son algunos de los elementos que permiten concluir que el alumno presenta un problema.

Cada estudiante presenta características cognitivo-afectivas y conductuales distintas, y, al brindar en las escuelas una enseñanza promedio a todos los alumnos, sin realmente atender el problema de raíz, en ocasiones estos desequilibrios emocionales, pueden llegar a provocar en los alumnos déficit de atención, rezago escolar, desarrollar barreras para el aprendizaje y la participación. Lo que ocasiona que los alumnos estén en riesgo debido a un bajo rendimiento escolar rozando el fracaso; es aquí entonces, en donde como maestros debemos hacer un alto y dejar de lado los conocimientos y enseñanzas, y centrarnos en el alumno como un ser humano, con necesidades afectivas, emocionales, sociales.

Cuando decimos, “educar con el ejemplo”, nos referimos no solamente a educar con respeto, tolerancias, sino también a educar con amor, en el sentido de brindar al alumno una educación emocional, en donde logre transmitir su sentir: alegría, ansiedad, miedo, satisfacción, etc., de forma adecuada y sin agredirse o agredir. Cada una de estas emociones, influyen de forma positiva y negativa en su proceso de enseñanza aprendizaje.

Un alumno que en su casa es tratado con respeto, valorado, reconocidos sus logros, apoyado en sus fracasos, mostrara un equilibrio en sus emociones y sentimientos, pondrá en juego las herramientas emocionales y socio afectivas que ha desarrollado en casa y esto le permitirá tener mayores armas para enfrentar los retos que se le presenten en la escuela, enfrentándose a ellos de forma positiva y propositiva.

Sin embargo un alumno denigrado, sin atención en casa, no contara con los medios necesarios para afrontar los desafíos que se le presenten, le será complicado responder con empatía a sus compañeros y respeto a su maestro.

Emociones como: empatía, admiración, alegría, entusiasmo, esperanza, compromiso, pueden mejorar el rendimiento escolar del alumno, sobre todo, el reconocimiento a sus capacidades y aptitudes, logros y también desaciertos, de los cuales, al recibir una crítica constructiva, le servirán para mejorar y fortalecer su autoestima, permitiéndole mayor seguridad al participar en clase, trabajar en equipo, tomar el liderazgo para organizar, seleccionar, etc., aumentando así si rendimiento escolar viendo favorecidas las relaciones interpersonales y sociales con sus congéneres y maestros.

Por el contrario, fomentar emociones como agresión, burla, envidia, frustración, enojo, fomentaran el negativismo y las conductas desafiantes en los alumnos, arriesgando, no solo su equilibrio emocional y las relaciones que pueda establecer con sus compañeros y maestros, sino también su proceso de enseñanza aprendizaje, pues en vez de fomentar interés por aprender, desarrollaremos apatía y desinterés total hacia el mismo, ocasionando rezago y tal vez, deserción escolar.

Enseñar con respeto, empatía, cordialidad, entusiasmo, alentaran a los alumnos a participar y ser responsables de sus propio proceso educativo, pero lo más importante, a ser responsables

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