Ensayo - Complejo de Edipo.

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EL COMPLEJO DE EDIPO

     El concepto es desarrollado por Sigmund Freud, el cual lo inicia desde la mitología griega, concretamente, toma como referencia el mito de “Edipo rey” (Sófocles).

     La obra de Edipo rey da inicio con una predicción del oráculo de Delfos al rey de Tebas, Layo, antes de casarse con su esposa, Yocasta. El oráculo le dice que su hijo lo asesinará, se casará con su esposa (Yocasta) y tendrá hijos con ella; en medio de la desesperación, cuando nace Edipo (su hijo), Layo lo manda a matar, pero, el encargado de llevar a cabo el asesinato, en lugar de hacerlo, perfora los pies del infante y lo deja colgado de un árbol. Forbas, un pastor de los rebaños del rey de Corinto encuentra al niño, y lo entrega a Polibio, quien junto a su esposa, le dan el nombre de Edipo, debido a las perforaciones en sus pies, y lo educan hasta que el niño crece.

    Posteriormente, debido a un comentario mal intencionado, en el cual le dicen a Edipo que es adoptado, este decide ir al oráculo, el cual le dice que matará a su padre, se casará con su madre y tendrá hijos con ella, así que él decide -en medio de su temor de llegar a cometer dicho acto- escapar a Tebas sin saber que es adoptado, mata a su padre, se casa con su madre (Yocasta), tiene hijos con ella. Edipo termina por darse cuenta de lo que hizo y se saca los ojos, porque considera que no es digno de ver la luz del sol.

    Freud explica el complejo desde la serie de situaciones que acontecen en este relato, desarrolla un entramado de analogías entre los actos y lo que somos (según él). Cuando Edipo huye de la casa de sus padres adoptivos por temor a hacerles daño, la parte del “súper yo” expuesta por Freud, es la que lo lleva a huir, puesto que es la que se encarga de suprimir los deseos y las pulsiones, es decir, el “ello”, también expuesto por Freud.

     Sin saberlo mis padres, me marché a Delfos. Febo no respondió a las interrogaciones que yo le había dirigido y me despidió, no sin antes haberme anunciado otras desgracias terribles y lamentables. Dijo que yo estaba destinado a ser el marido de mi madre, de la que tendría descendencia, odiosa a los ojos de los humanos; y que sería el asesino del padre que me había engendrado. Yo, después de oídas tales predicciones, rigiéndome en adelante en mi camino por la marcha de los astros, volví la espalda al país de Corinto, buscando un lugar en donde nunca viera el cumplimiento de las vergonzosas atrocidades que me habían pronosticado aquellos siniestros oráculos. (Sófocles, 2001, p.23)

     El “súper yo” entra a reprimir al “ello” para la consolidación de la identidad (El yo), Freud nos habla de una serie de etapas en el complejo, la anal, la fálica, y la latencia. El complejo se disuelve en el periodo de la latencia, formando una identidad, pero, en el caso de Edipo, al matar a su padre, y casarse con su madre, consciente o inconscientemente, no dejó que el “súper yo” reprimiera al “ello”, por lo tanto, el complejo no fue superado.

     Andando, andando, llegué al lugar en donde dices que Layo encontró la muerte. Y ahora, mujer, te voy a decir toda la verdad. Prosiguiendo mi ruta, llegaba yo cerca del cruce de los caminos cuando pasó un heraldo y seguidamente, ocupando una carroza arrastrada por briosos caballos, un hombre tal cual me lo has descrito. Entonces el cochero y el anciano trataron de apartarme brutalmente del camino. Encendido de cólera, golpeé al cochero que me había atropellado; el anciano, al llegar el momento de pasar yo junto al coche, me propinó un golpe en la cabeza con su doble aguijón. No tardó en pagarlo caro. En el mismo instante, a un golpe del bastón que armaba esta mano, cayó hacia atrás y rodó a tierra desde el centro de su carroza. En cuanto a los demás, los maté a todos. (Sófocles, 2001, p.23)

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