Enseñar En El Siglo XXI

5.1.1. El método observacional

Los estudios observacionales implican un mínimo de intrusismo por parte del investigador. Este intento de no influir en la situación observada proviene de la tradi¬ción antropológica, y por eso también se habla de método etnográfico. El observador intenta aproximarse al sujeto de estudio para no resultarle una persona extraña. En algunos casos son los propios progenitores los que recogen los datos, con lo cual este primer paso ya no es necesario. Los estudios observacionales, también denominados naturalistas, del lenguaje infantil intentan captar el comportamiento que ocurre en situaciones naturales de la vida cotidiana, como, por ejemplo, en el momento de las comidas, a la hora del baño, o durante los momentos de juego, usualmente en el con¬texto familiar. Hay también estudios observacionales más controlados, que se pueden llevar a término en diversas situaciones, incluyendo el laboratorio. En este caso, son controlados en el sentido de que los investigadores mantienen algunas constantes para todos los sujetos del estudio. Los padres y madres tienen que ir al laboratorio con sus hijos y éstos son observados mientras realizan la tarea que previamente se ha preparado o decidido: leer cierto cuento, o jugar con unos juguetes determinados, etc. Dentro de este tipo de estudios con mayor grado de control, podríamos incluir los estudios basados en narraciones o en entrevistas.

En el caso de las entrevistas semiestructuradas, el observador conversa con el niño a partir de un guión previo, más o menos pautado, que sigue en su charla con la criatura. De esta manera se asegura que los sujetos hablen sobre los mismos temas, respondan a las mismas tareas o preguntas, y así puedan compararse las respuestas. Los estudios a partir de narraciones, por su parte, consisten en registrarla explicación o narración de una historia que puede visualizarse en viñetas. Las viñetas son siempre las mismas para todos los sujetos y así se mantiene una situación constante. Una his¬torieta que se ha convertido en internacionalmente famosa en el campo de la adquisi¬ción del lenguaje es la de la "historia de la rana” —Frog story— un cuento de Mayer (1969), que, a partir de su utilización por Slobin en su serie de estudios translingiiísti- cos (Slobin, 1985, 1992), se ha venido utilizando ampliamente para estudiar las mar¬cas temporales, el desarrollo del discurso, la coherencia y diversidad de los aspectos cohesivos.

Una consideración importante sobre los estudios observacionales es que pue¬den indicar' qué tipo de conductas correlacionan con qué otras, pero resulta difícil, a partir de los datos que se obtiene con ellos, explicar las causas de los comportamien¬tos lingüísticos. Los trabajos clásicos comentados en apartados precedentes recu¬rrieron principalmente a esta vía, pretendiendo un análisis exhaustivo de los datos. A partir de estos trabajos, se ha acumulado una cantidad considerable de información; pero hay que tener en cuenta que los datos que se obtienen son fundamentalmente descriptivos en cuanto a los mecanismos que intervienen en la adquisición. Dicho de otro modo, los estudios observacionales corren el riesgo de aportar un grueso de cia¬tos que, siendo necesarios, ofrecen pocas tentativas de explicación, o muy pocos principios generales que permitan estructurar los hechos y dar cuenta de éstos. Si bien nos informan sobre lo que el niño aprende y sobre la edad en la que tienen lugar los aprendizajes, nos dicen poco sobre cómo suceden estas adquisiciones o sobre el porqué de su orden de emergencia. Ahora bien, los estudios observacionales son im¬prescindibles para orientar a los investigadores en la profundización de un aspecto de estudio, en la aproximación al estudio de lenguas aún no estudiadas descriptiva¬mente, o de aquellos aspectos no explorados todavía.

La mejor cualidad del método observacional

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