Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva "LA ESCALA HUMANA".

Universidad Central de Venezuela

Unidad Docente Extramuro

Facultad de Arquitectura y Urbanismo

Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva

"LA ESCALA HUMANA".

Materia: Clima y Diseño                                                                  Alumno(a):

Prof: Arq. Ingrid Regalado                                                    Yorgelis Querales

Con el pasar de los años se ha ido perdiendo el sentido de armonía que alguna vez existió entre el ser humano y la ciudad. Antes del siglo XX, la vida de las personas y su desenvolvimiento en el espacio público, eran factores que solían anteceder a los edificios en el orden de la proyección y construcción de las ciudades. Los únicos espacios donde existía algún tipo de interacción  eran el puerto, el cruce de caminos, los cuales daban lugar a actividades de intercambio de mercancías, a un mercado, a negocios laterales que se realizaban en torno a un espacio de cierto atractivo, a menudo una plaza. La vida primero, el espacio público después. Solo sobre esas sólidas bases pudieron luego aparecer los edificios como el foro, la gran catedral, y las manzanas con apartamentos en la parte superior y tiendas en la parte inferior.

Luego aparece el automóvil como agente de cambio en el diseño urbano, lo que trae como consecuencia la nivelación de plazas y ensanchamiento de las calles para hacer espacios para el vehículo,  el confinamiento de las personas a las aceras o las plantas superiores de los edificios, impidiendo el libre tránsito de las calles, por lo que surge la necesidad de darle una nueva forma a la ciudad, en respuesta a este nuevo factor de cambio que representaba el vehículo. Sin tomar en cuenta que más adelante debido a la creciente densidad de población, aumentaría también la demanda en el uso del vehículo, lo que traería consigo lo que conocemos como el tráfico vehicular.

Al concentrarse en buscar la solución a dichos problemas, se va generando la urbanización del espacio donde predominaban las edificaciones a mayor escala y las nuevas vías de tránsito (avenidas), y se le resta importancia al ser humano, tanto en su escala como en el de desenvolvimiento de su día a día.

En la película La escala humana de Jan Gehl, podemos ver como este influyente arquitecto proyecta su visión de “Vida, espacio público y edificios; en ese orden”, como una sencilla idea acerca de cómo abordar el delicado oficio de la planificación urbana en diferentes ciudades. Ocupándose de detalles como: organizar calles y plazas (sus sombras), la altura de sus edificios, las terrazas, los bancos, los bajos comercios, los jardines de las casas, para satisfacer nuestras necesidades más humanas: la charla, los encuentros, las compras diarias, las vistas, la protección ante el clima, entre otros.

Siglo y medio después, más de la mitad de las vidas cotidianas que transcurren en nuestro planeta tienen las ciudades como escenario, y arquitectos como Jan Gehl trabajan para que esos escenarios públicos que son nuestras calles y plazas posean la belleza de lo útil, de lo sencillo, de lo humano y de lo necesario.

Me parece que es sumamente importante los aportes que nos deja este gran arquitecto, en lo que a la planificación y proyección urbana se refiere. Debemos como futuros arquitectos, darle nuevamente la  importancia que alguna vez tuvo el ser humano, y así diseñar ciudades y edificaciones que sean amigables y en sintonía con el desenvolvimiento del ser humano.

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