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Estado De Bienestar


Enviado por   •  28 de Agosto de 2014  •  1.524 Palabras (7 Páginas)  •  263 Visitas

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ESTADO DE BIENESTAR

Estado Benefactor o Estado Providencia (en inglés The Welfare State) es un concepto de las ciencias políticas y económicas con el que se designa a una propuesta política o modelo general del Estado y de la organización social, según la cual el Estado provee ciertos servicios o garantías sociales a la totalidad de los habitantes de un país.

Más que un concepto específico, se considera que el término es una categoría práctica para designar ya sea un conjunto de propuestas o una propuesta general acerca de cómo el Estado debe o puede proceder:

En la ciencia política, el término Estado del Bienestar (Wohlfahrtsstaat) tiene en parte usos o significados distintos y se considera que es principalmente una categoría empírica para el análisis comparativo de las actividades de los Estados modernos.

Los estudios acerca del Estado del Bienestar se pueden dividir entre los dedicados a su origen, características o función general y los que se centran en la implementación específica por los estados de tales esquemas; y en ambos casos tanto de forma aislada como de forma comparativa.

Las dos expresiones significan lo mismo —estado de bienestar y welfare state describen a un gobierno grande y costoso, responsable de brindar servicios de educación, salud, pensiones, habitación, energía, seguro de desempleo y demás a la población a la que gobierna.

Muchos de estos servicios podrían ser ofrecidos por empresas particulares, pero en el caso de un estado de bienestar, es el gobierno quien lo hace, generalmente como monopolio, o al menos como proveedor muy dominante.

En una visión tradicional de las funciones de un gobierno, ellas incluirían responsabilidades de protección a la persona y sus propiedades —dentro de una estructura de gobierno de poder dividido en ejecutivo, legislativo y judicial.

Pero en el caso del estado de bienestar, el gobierno es mucho más grande y va mucho más allá al darse a sí mismo la responsabilidad del cuidado total del ciudadano desde que nace hasta que muere.

Esta es la frase que quizá más identifica al welfare state: cuidar al ciudadano desde la cuna hasta el lecho de muerte.

Muestra una actitud paternalista hacia el ciudadano, al que considera como un menor de edad y al que debe cuidar la burocracia.

Un estado de bienestar no sólo tiene la responsabilidad normal de un gobierno que cuida los derechos de los ciudadanos, especialmente sus libertades (un estado de derecho) —también se adjudica la responsabilidad de brindarle servicios adicionales como seguridad social, vivienda, educación y otros, como pensiones, energía, diversión pública, transporte, guarderías infantiles y otros más, con la idea de que eso logra elevar la calidad de vida de las personas.

La consecuencia lógica de esa ampliación de las responsabilidades gubernamentales y del número de burócratas, es la necesidad de mayores recursos propiedad del gobierno —cosa que requiere necesariamente de impuestos más altos a los que se pagarían dentro de un sistema que no fuera de bienestar.

Los ciudadanos pagan altos impuestos, los que sirven para pagar a la burocracia que después da el servicio al ciudadano, como atención médica o educación.

Un estado de bienestar, por esa característica, es un tipo de gobierno de poder muy concentrado y muy grande.

Por eso muy opuesto a las creencias en la libertad del ciudadano que sostienen la idea de un gobierno de poderes más limitados y menos costosos.

Los gobiernos de bienestar poseen más poder que los que no lo son por los mayores impuestos que reciben y por ser los principales o únicos oferentes de servicios que piensan son primordiales —son esos gobiernos los responsables del bienestar de sus ciudadanos.

De esa naturaleza surge la crítica que señala la anulación de la responsabilidad personal en el ciudadano, quien la traslada al gobierno a quien exige la satisfacción de necesidades que él debía satisfacer por esfuerzos propios y que al final de cuentas salen de los bolsillos de ellos mismos.

Se afirma, con buena razón, que un estado de bienestar crea ciudadanos inmaduros, irresponsables e incapaces de esfuerzos personales —personas que se vuelven para todo dependientes de la burocracia.

Claramente, hay diversos grados de bienestar proveído por los gobiernos —en el mayor de los extremos se estaría en presencia de un estado socialista cuyo gobierno es el único responsable de esos servicios, pero existen casos menos extremos: en México, por ejemplo, el estado es el mayor proveedor de educación pública y servicios de salud, pero no prohíbe que esos servicios sean ofrecidos por otros.

La crítica liberal de esa práctica de servicios concentrados en el gobierno, señala

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