Estres Laboral
ania.kase29 de Diciembre de 2013
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UNIDAD VII Estrés laboral
7.1 Concepto de estrés
7.2 Síntomas del estrés
7.3 Causas del estrés
7.4 Estrés y desempeño en el trabajo
7.5 Método para el manejo del estrés
7.1 Concepto de estrés
Estrés es una palabra que deriva del latín, la cual fue utilizada con mucha frecuencia durante el siglo XVII para representar "adversidad" o "aflicción". A finales del siglo XVIII su utilización evolucionó para "fuerza", "presión" o "esfuerzo", puesta en práctica en primer lugar por la propia persona, su cuerpo y su mente. El concepto concepto del estrés no es nuevo, pero fue sólo en al principio del siglo XX cuando las ciencias biológicas y sociales iniciaron la investigación de sus efectos en la salud del cuerpo y de la mente de las personas (1).
El término estrés fue introducido por el médico fisiólogo Hans Seyle de Montreal y no tenía traducción al español. Originalmente se refirió a las reacciones inespecíficas del organismo ante estímulos tanto psíquicos como físicos, involucrando procesos normales de adaptación (eustrés), así como anormales (distrés) (2). En el nivel de la emoción, sin embargo, las reacciones del estrés son muy distintas. La persona maneja la situación con la motivación y el estímulo del eustrés. Al contrario, el distrés acobarda e intimida a la persona y hace que huya de la situación (1).
Los estudios originales de Seyle se hicieron a partir del "síndrome general de adaptación" descrito como la respuesta general de organismos a estímulos "estresantes".
Seyle describió tres formas clásicas de la respuesta orgánica:
1. Fase de alarma (primitiva respuesta de preparación para la lucha o la huida).
2. Fase de resistencia.
3. Fase de agotamiento neuro vegetativo.
En la fase de alarma identificó respuestas fisiológicas en los sistemas circulatorio, muscular y sistema nervioso central (sistema límbico, sistema reticular, hipotálamo (neuroendocrino).
Las respuestas de adaptación demostraron científicamente la participación de los procesos emocionales y psíquicos en la modulación de las respuestas a estímulos tanto internos como externos y a la posibilidad de desbordamiento de las capacidades de adaptación individuales.
Esto llevó al concepto de medicina psicosomática que involucra los procesos mentales y emotivos en la génesis de procesos patológicos orgánicos (2).
El estrés es entonces, la respuesta del organismo a una demanda real o imaginaria, o simplificando aún más es todo aquello que nos obliga a un cambio.
Las situaciones estresantes llamadas estresores que pueden causar el cambio o adaptación son de un espectro enorme. Desde el enojo transitorio a sentirse amenazado de muerte.
Desde la frustración o la angustia al temor que nunca cede. A veces la causa difiere enormemente. Un divorcio es normalmente muy estresante pero una boda también puede serlo.
El fallecimiento de un familiar produce estrés pero también un nacimiento.
Tanto el estrés positivo (eustrés), como el negativo (distrés), comparten las mismas reacciones pero en el caso del negativo estas respuestas quedan detenidas en la posición de funcionar permanentemente.
Generalidades
1. Todo estímulo externo o interno físico o psíquico se sigue en el organismo de una reacción.
2. Las reacciones pueden ser específicas o inespecíficas.
3. Las reacciones orgánicas persiguen dos fines:
4. Preparar defensas inmediatas (lucha o huida)
5.Desencadenar procesos de adaptación.
Si los estímulos son muy intensos, se repiten frecuentemente o persisten por mucho tiempo se satura la capacidad de adaptación y se presenta la desadaptación alterándose la homeostasis orgánica (2).
Consecuencias del estrés
La respuesta del organismo es diferente según se esté en una fase de tensión inicial en la que hay una activación general del organismo y en la que las alteraciones que se producen son fácilmente remisibles, si se suprime o mejora la causa, o en una fase de tensión
Crónica o estrés prolongado, en la que los síntomas se convierten en permanentes y desencadena la enfermedad.
La importancia de las variables personales
Existen diferencias generales entre las personas en su modo de valorar las situaciones estresantes, estableciendo tres tipos generales de personas (Meichenbaum y Turk, 1.982): Sujetos Autoreferentes, Autoeficaces y Negativistas(4).
Incidencia
Aunque se ha dicho que este es un caso muy común, es importante anotar que el estrés no es un problema asociado únicamente al trabajo, ya que también existe fuera de él. Fuera del lugar de trabajo el estrés está asociado con la vida doméstica del trabajador y de su familia, las responsabilidades familiares, civiles, la organización del transporte, el ocio y las actividades de formación o docentes (5).
Dichos factores pueden interactuar de forma positiva o negativa con los elementos estresantes del entorno laboral y, por tanto, afectan en general, a la calidad del trabajo, la productividad y la satisfacción (6).
Con la creciente participación de las mujeres en el empleo remunerado y el aumento de padres y madres trabajadoras, así como de familias monoparentales, cada vez se está reconociendo más la interacción armoniosa entre el trabajo y la vida familiar como un tema a tener en consideración tanto por los empleadores como por los trabajadores (Di Martino, 1.996) (7)
En un estudio realizado por el Ministerio de Trabajo japonés en 1987, el 52,4 % de las mujeres entrevistadas dijeron que habían sufrido ansiedad, preocupación y, estrés siendo la causa principal (60,6 %) unas relaciones humanas insatisfactorias en el lugar de trabajo.
La convención Nº 156 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sobre las Responsabilidades Familiares de los Trabajadores, en 1981, exige unas medidas que tengan en cuenta las necesidades de los trabajadores con responsabilidades familiares en lo relativo a la seguridad laboral y social.
En la organización de los turnos y la distribución del trabajo nocturno (8) deberían tenerse en cuenta las necesidades especiales de los trabajadores, incluyendo aquellos con responsabilidades familiares, a fin de proteger a los trabajadores a tiempo parcial, a los trabajadores temporales y a los trabajadores a domicilio, muchos de los cuales tienen responsabilidades familiares, la recomendación establece que es necesario revisar y supervisar debidamente los términos y condiciones que rigen estos tipos de empleo (9).
Además, damos por sabido que no solamente un ámbito laboral y/o familiar pueden ser fuentes potenciales de estrés, sino que también debemos tener en cuenta dentro de las responsabilidades familiares o civiles, el estrés causado por "presiones del estudio". Esto puede darse más frecuentemente en estudiantes universitarios.
Los estudiantes universitarios, por lo general, sufren de estrés; más aún en determinados momentos del cursado (época de exámenes) y frente a ciertas situaciones como por ejemplo ser examinado por un profesor que posea determinadas características que lleven al alumno a sentirse presionado o nervioso (aunque esto también tiene que ver con algunos estereotipos que el propio alumno recrea y son contraproducentes para si mismo). En estas situaciones podemos notar un gran incremento del nivel de estrés cuando el alumno, además, debe trabajar o presenta situaciones estresoras a nivel personal (como por ejemplo presiones directas o indirectas por parte de la familia frente al éxito o fracaso del alumno). Estos factores y otros pueden crear un nivel de estrés tan peligroso como el de un jefe de familia.
Podemos remarcar que en numerosas oportunidades los estudiantes no tienen en cuenta el grado de estrés al que están expuestos y en esto tiene mucho que ver el factor socio-económico actual, el cual en cierta manera "obliga" a las personas a dejar de lado el estrés (hasta el momento en que compromete su salud en forma importante) aún sabiendo sus consecuencias.
Antecedentes históricos del estrés
El concepto de Estrés se remonta a la década de 1930, cuando un joven austríaco de 20 años de edad, estudiante de segundo año de la carrera de medicina en la Universidad de Praga, Hans Selye, hijo del cirujano austríaco Hugo Selye, observó que todos los enfermos a quienes estudiaba, indistintamente de la enfermedad propia, presentaban síntomas comunes y generales: cansancio, perdida del apetito, baja de peso, astenia, etc. Esto llamó mucho la atención a Selye, quien lo denominó el "Síndrome de estar Enfermo".
Hans Selye se graduó como médico y posteriormente realizó un doctorado en química orgánica en su universidad, a través de una beca de la Fundación Rockefeller se traslado a la Universidad John Hopkins en Baltimore E.E.U.U. para realizar un posdoctorado cuya segunda mitad efectuó en Montreal Canadá en la Escuela de Medicina de la Universidad McGill, donde desarrolló sus famosos experimentos del ejercicio físico extenuante con ratas de laboratorio que comprobaron la elevación de las hormonas suprarrenales (ACTH, adrenalina y noradrenalina), la atrofia del sistema linfático y la presencia de ulceras
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