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Estudio Sado


Enviado por   •  16 de Agosto de 2014  •  1.829 Palabras (8 Páginas)  •  158 Visitas

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El proceso de vivencia de placer surge de un estímulo, mismo que indica una recompensa y envía una señal a la zona ventral tegmental (VTA) del cerebro, que libera dopamina en el núcleo accumbens , el septum, la amígdala, y la corteza prefrontal. Se traduce en un estado de bienestar.

Creemos que el dolor es su opuesto, no obstante, no viven tan alejados entre nuestra compleja red de cables. Pues en 2006, el doctor Jon-Kar Zubieta y su equipo, hallaron un giro total en la dopamina: es abundante al experimentar dolor. Este psiquiatra y radiólogo de la Universidad de Michigan colocó a un grupo de mujeres y hombres en situaciones de deleite como comida o fantasías y recuerdos sexuales. Posteriormente aplicó dolor en sus mandíbulas y les pidió que evaluaran cómo se sentían. Cuanto más intenso calificaban el dolor -causándoles angustia y miedo-, más dopamina liberaban en el núcleo accumbens y los centros de placer.

La reputación de la dopamina como la maestra de la diversión y el hedonismo, cambió por completo. Permitió comprender por qué hay dolores físicos que se confunden con el placer, el típico ‘duele, pero duele rico’ o por qué cuando llegamos al orgasmo nuestra expresión facial es prácticamente la misma que al recibir un golpe intenso. Pero aún más importante: ya que toda adicción depende de dopamina (cuanto más dosis se reciben, más receptores a dopamina se activan), la experiencia de dolor también puede ser adictiva. Esto explica no sólo cómo podemos aficionarnos al sufrimiento emocional (a parejas destructivas o padres abusadores), sino que al activarse las mismas áreas cerebrales, surge una suerte de entrecruzamiento de información, donde el dolor crea una señal de placer: la base del masoquismo.

Lo anterior, mezclado con aspectos emocionales personalísimos, y nuestro expresiograma, es decir el mapa irrepetible que determina lo que cada uno traducimos como excitante, erótico y atractivo, se crean los ingredientes que llevan a una persona a querer experimentar el dolor como parte de su repertorio sexual. No es trastorno ni una enfermedad sino un modo de vivencia del placer.

Desmenuzando el BDSM

El ‘sado’ o sadomasoquismo es una filosofía, una subcultura, mucho más elaborada de lo que pensamos. No sólo consiste en aplicar dolor o dominar; o ser la otra parte: a quien se le infringen los castigos. La construcción parte de innumerables dinámicas.

Son juegos eróticos organizados en torno técnicas, reglamentos, y la auto –maestría; la auto dominación de los deseos. La antropóloga Margot Weiss, en su libro Techniques of Pleasure: BDSM and the Circuits of Sexuality, (Duke University Press, 2011), describe que es imposible puntualizar cada una de las dinámicas ya que son tan infinitas como la imaginación de los amantes. Pero, las analiza desde el sexismo, la erotización de las desigualdades de género. Por ejemplo la dramatización de la dominación masculina heterosexual. Sostiene que la escena ‘sado’ no es un espacio separado de la desigualdad en el mundo real sino que depende, como todo deseo sexual, de las jerarquías sociales; la promesa de nuevos placeres emancipadores en la reproducción de las normas sociales. Es decir, todos tenemos algo de ‘sados’ o ‘masos’ y practicamos esos placeres todo el tiempo. Sólo que no los integramos a nuestros encuentros sexuales.

¿Qué es el BDSM?

Este desafío transgresor, tiene cuatro pilares; de los cuales provienen sus siglas:

B- Bondage o ataduras (esclavismo)

D- Dominación, disciplina

S- Sadismo, sumisión

M- Masoquismo

Siempre hay dos extremos, dos roles que pueden estar integrados por una o más personas, asimismo hay categorías de acuerdo a la dinámica.

Tutor: practicante experimentado que inicia a otro y le muestra los secretos, dominándolo. Por lo general un dominante será tutor de otro dominante, sometiéndolo.

Maestro: Título que un sumiso le dará a quien considere que lo somete a la perfección creándole perfecto placer.

Amo: dominante que posee uno o varios sumisos.

Esclavo, aprendiz, discípulo: sumiso que entrega los límites a su amo/a.

Vamos, por partes

Bondage

Consiste en atar e inmovilizar al disciplinado para aplicarle castigos y obligarlo a rendirse a los deseos de su amo o maestro. Se puede realizar con cordeles, esposas, cinturones, juguetes especiales de piel, cadenas, y hasta complejas maquinarias y muebles. Igualmente, se amordaza, estrangula y/o se vendan los ojos.

Por su lado, el shibari, es una práctica japonesa, (samurái), surgida en el periodo Tokugawa jidai (1603-1868) que originalmente era pate del entrenamiento de dichos guerreros con el propósito de atajar a sus prisioneros a través de complejos nudos con cordeles que abarcaban todo el cuerpo. El kimbaku es el arte para ejecutar el shibari. Como parte del BDSM, consiste en desarrollar una perfecta estética en la realización de los cordajes y nudos, así como la colocación estratégica de éstos en puntos o meridianos del cuerpo, en la búsqueda de un flujo energético adecuado para percibir ciertas sensaciones y entregarse al maestro o dominador. Incluso, como un medio de sanación espiritual.

Dominación y Disciplina

Su propósito es afectar el estado físico y emocional del dominado para vencerlo entre el dolor y el placer; disciplinarlo. Los métodos pueden ser golpear, pellizcar, prensar con juguetes ya sean genitales, pezones o cualquier zona del cuerpo; humillar a través de juegos o ejecuciones (como orinar, eyacular su cuerpo) o colocar collares a modo de mascotas; pinchar, penetrar con o sin juguetes, tirar de las extremidades, quemar, morder, nalguear (spanking), asfixiar o cortar la respiración, y un larguísimo etcétera.

Sadismo

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