ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Evaluacion


Enviado por   •  16 de Junio de 2015  •  1.862 Palabras (8 Páginas)  •  151 Visitas

Página 1 de 8

Antes que nada, recordemos algunos puntos importantes sobre el concepto de “evaluación”.

Pila Teleña, señala que la evaluación consiste en una operación que se realiza dentro de la actividad educativa y que tiene como objetivo alcanzar el mejoramiento continuo de un grupo de alumnos, y que a través de él se consigue la información exacta sobre los resultados alcanzados por ese alumno durante un periodo determinado, estableciendo comparaciones entre los objetivos planeados al inicio del periodo y los conseguidos por el alumno.

Existen diversos enfoques para realizar una evaluación, cada uno de ellos posee un objetivo que desea analizarse y a él responde para su realización.

También es importante destacar que a nivel académico, no existe una única forma de realizar una evaluación, todo depende de la finalidad que se persiga y del fundamento teórico en el que se contextualice. Además, no debemos olvidar que la evaluación debe ser continua, ya que de no ser así, no sería posible tomar decisiones de mejora en el momento adecuado.

Debe ser criterial, es decir, debe referirse a criterios establecidos previamente para lo cual es imprescindible que los objetivos educativos estén claramente definidos.

Debe ser flexible, vinculándose tanto a los referentes y criterios de evaluación como a las circunstancias propias de cada proceso de enseñanza-aprendizaje.

También debe ser recurrente, reincidiendo en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje para tratar de perfeccionarlo. Y además, debe ser formativa, ya que el objetivo principal de la evaluación educativa es mejorar tanto el proceso de enseñanza-aprendizaje como sus resultados.

Sin duda, las evaluaciones que se llevan a cabo en las escuelas juegan un papel de vital importancia en el aprendizaje de los estudiantes, ya que tiene efectos críticos en su trayectoria escolar a corto y largo plazo. Sin embargo, las prácticas evaluativas de los profesores, orientadas por sus creencias, han sido relativamente poco reconocidas, lo que ha impedido solucionar los problemas y controversias asociadas a los resultados y consecuencias del proceso evaluativo.

La posibilidad de alcanzar los objetivos educativos depende de múltiples factores, entre los cuales se ubican las creencias de los profesores respecto de la enseñanza y la evaluación, creencias que representan, a la vez, la base crítica para desarrollar sus prácticas docentes, pues operan como el fundamento central que las informan y guían.

En efecto, las creencias sobre la evaluación producen efectos importantes no siempre deseados en los estudiantes, influyendo fuertemente en su itinerario escolar, con graves repercusiones. Por lo que se llega a la necesidad de reflexionar en torno a estos efectos, como una manera de apoyar cambios en la calidad de la enseñanza, en el desarrollo de las habilidades cognitivas de los estudiantes y la construcción de sus identidades.

Desde una conceptualización tradicional, la evaluación se refiere a la verificación del logro de objetivos de aprendizaje a partir de mediciones realizadas por instrumentos que permiten verificar la expresión del aprendizaje o comportamiento observable de los estudiantes, considerada como evidencia suficiente para certificar la adquisición de determinados conocimientos, habilidades o actitudes. Así, constituye un mecanismo para comparar los resultados con los objetivos predeterminados, los que normalmente se limitan a aquellos que pueden ser más fácilmente comprobados de manera empírica. Lo anterior ha tenido como resultado que muchos profesores centren su preocupación en la selección de aquellos instrumentos que les permitan medir, con la mayor precisión posible, la cantidad de conocimientos acumulados por los estudiantes, acudiendo fundamentalmente a pruebas objetivas y exámenes de respuestas cerradas, dado que les permiten verificar y asegurar, de manera empírica, los objetivos de aprendizaje alcanzados.

De acuerdo con los planteamientos actuales, la evaluación constituye un proceso formativo complejo y continuo que acompaña el desarrollo de la actividad de enseñanza. Además se asocia fundamentalmente a la emisión de un juicio de valor acerca de una situación escolar determinada y se define como una práctica intencionada que realiza un sujeto con el propósito de indagar, conocer y comprender un objeto determinado (prácticas, sujetos, objetos) a partir de la formación de un juicio de valor. Es decir, provee información respecto del nivel de aprendizaje de los estudiantes, a la vez que suministra indicios empíricos acerca de la calidad y pertinencia de las prácticas de enseñanza para su posterior transformación.

Esto incorpora, de manera implícita, la toma de decisiones para mejorar la enseñanza, dado que favorecería el diseño de prácticas apropiadas al contexto y a las características socioculturales de los estudiantes, ajustando las estrategias y adecuando los materiales de trabajo, destacando oportunamente las áreas de estudio en las que se observan aprendizajes deficientes o incompletos y emitiendo comentarios para que los estudiantes reafirmen sus aciertos y corrijan sus errores.

En ocasiones la evaluación se convierte en un proceso parcial e insuficiente, dado que se parte del supuesto de que todo lo que se enseña se aprende. Sin embargo, la aplicación de instrumentos evaluativos objetivos no permite completar necesariamente, la trayectoria recorrida por los estudiantes, por lo que devalúa su sentido formador. De este modo, la evaluación se convierte en una medida de control o en un instrumento punitivo que ignora las peculiaridades de cada estudiante, pues tiene como propósito comprobar el aprendizaje para otorgar una calificación que sólo indica cuánto sabe el estudiante, pero no proporciona indicios respecto de cómo lo sabe o por qué no lo sabe. Es decir, este tipo de instrumentos sólo permite ‘contar’ los aprendizajes.

Según Christopher Clark y Penélope Peterson, el pensamiento, la planificación y la toma de decisiones de los docentes constituyen una parte considerable del contexto psicológico de la enseñanza. En este contexto se interpreta y se actúa sobre el currículo; en ese contexto enseñan los docentes y aprenden los alumnos. Los procesos de pensamiento de los maestros influyen sustancialmente en su conducta e incluso la determinan.

Además

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (12.6 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com