Evidencia De Aprendizaje Unidad 4 CS

Evidencia de aprendizaje. Mi contexto en un mundo globalizado

a. Como un fenómeno, implica que existe cada vez más un mayor grado de interdependencia entre las diferentes regiones y países del mundo, en particular en las áreas de relaciones comerciales, financieras y de comunicación;

b. Como una teoría del desarrollo, uno de sus postulados esenciales es que un mayor nivel de integración está teniendo lugar entre las diferentes regiones del mundo, y que ese nivel de integración está afectando las condiciones sociales y económicas de los países.

¿Cómo ha influido la globalización al lugar dónde vives?

Yo vivo en México en el Estado de México, las últimas décadas no han sido un período de calma. Desde 1985, el País ha tenido tres crisis monetarias, episodios de alta inflación, y varias graves contracciones macroeconómicas, la última de las cuales ocurrió alrededor de 1995 a raíz de una gran devaluación del peso que precipitó la conversión del país desde un fijo a un tipo de cambio flotante. La liberalización del país, el comercio y las políticas de inversión ha sido, en parte, una respuesta a esta crisis. La moneda de México y la consiguiente crisis han tenido consecuencias muy negativas sobre los pobres del país las tasas de pobreza aumentaron bruscamente y lo sigue haciendo día con día, motivo por el cual hay un alto índice de inseguridad por la falta de recursos económicos la gente opta por robar, vender drogas etc.

México no es víctima de la Globalización, México es parte de ello, han surgido tesis ahora en desarrollo con nuevas reglas de operación y ejercicio, tal es el caso del Mercado Común Europeo, donde en su momento Porfirio Muñoz Ledo participa poniendo el dedo en el renglón de la experiencia de México.

México es una fuente fundamental de cultivo de muchos proyectos, productivos y económicos, somos las maquiladoras de las empresas automotrices, en breve las fábricas de las refacciones de las mismas ensambladoras que en un mercado mundial comprimido, México son 32 entidades, nunca juntas, siempre distantes, no con un solo Dios y tres poderes distintos, sino con 32 gobernadores, más de 2500 munícipes, muchos de ellos aplazados empresarios, burocratizados, pero ninguno productivo en liderazgos, en compromisos, en experiencia y en trabajo social.

Con esto no quiero decir que hay que adoptar a los pobres y alimentarlos. Sino más bien ponerlos a producir, en formas y tratos justos, en tiempos y en ingresos en perspectivas.

En los últimos años, la globalización se ha instalado como un concepto clave para comprender a nuestra época. Sin embargo, no hay consenso en torno a la dimensión de este fenómeno ni sobre cómo abordarlo. Hay quienes la defienden a fardo cerrado y tienden a verla como un proceso natural y generador de beneficios al que hay que dejar desarrollarse sin restricciones; están también aquellos que reconocen sus beneficios potenciales y reales, pero que están conscientes de sus limitaciones y, por lo tanto, luchan por reorientar el proceso haciéndose cargo de éste en toda su complejidad; y por último, hay quienes sólo ven en ella un artificio de los países desarrollados para defender sus intereses, que perpetúa las desigualdades y conduce a un caos generalizado.

Sin embargo, nadie pone en duda que la globalización, de una u otra forma, nos afecta a todos. Hoy podemos comunicarnos interactivamente por correo electrónico de manera instantánea con personas u organizaciones situadas en cualquier parte del mundo, disponemos de información inmediata acerca de todo el planeta a través de internet, consumimos habitualmente productos fabricados en las más

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