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Evolución Y Organogenesis


Enviado por   •  8 de Abril de 2012  •  2.493 Palabras (10 Páginas)  •  615 Visitas

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Ya hemos visto las diferentes concepciones en cuanto a la evolución del hombre y como ha evolucionado en cuanto a su morfología en general y tomando en cuenta su evolución en varios aspectos, como sociales o culturales. Ahora, el objetivo de éste trabajo es citar la evolución de ciertos órganos, comparándolos con los sistemas primitivos que existían hace millones de años.

Por qué no comenzar con el ojo. Para empezar, el ojo es el órgano que detecta la luz y es la base del sentido de la vista. El ojo mas simple comenzó como una única célula fotosensible que solo servía para detectar la presencia de luz o no. Mediante múltiples investigaciones, se ha demostrado que esas primeras células receptoras de luz nacieron de un tipo de célula que aún poseemos en nuestros cerebros, las cuales detectan luminosidad e influyen en nuestros ritmos diarios de actividad, como nuestro reloj biológico.

Conforme han pasado los años, los científicos han ido encontrando que en nuestros ancestros animales existían dos tipos de células sensibles a la luz (fotorreceptores): rabdoméricas y ciliares. En la mayoría de animales, las rabdoméricas entraron a formar parte de los ojos, mientras que las ciliares permanecieron integradas en el cerebro. Pero la evolución del ojo humano es peculiar. Fueron las células ciliares que fueron reclutadas para la visión las que finalmente dieron lugar a los bastones y conos de la retina. Estas conclusiones se tomaron tras estudios de un tipo de gusano marino llamado Platynereis dumerilii, todo un "fósil viviente", ya que sus ancestros ya vivían hace 600 millones de años. Este gusano posee un órgano visual muy simple y tras investigar en su cerebro, se descubrieron células parecidas a los conos y bastones humanos. Encontraron en ellas opsina, la glucoprotenía sensible a la luz y que poseen los fotorreceptores. Así pues, se demostró que su origen evolutivo debía ser común.

Los orígenes del ojo hay que buscarlos, pues, en la capacidad fotosensible de algunas células. Muchos unicelulares pueden ubicarse espacialmente, es decir nadar hacía arriba o hacía abajo, gracias a que son sensibles a la luz. Esta sencilla distinción entre luz y oscuridad fue el primer paso en la evolución del ojo.

El siguiente paso involucraría a un animal pluricelular. Tendríamos una capa de células sensibles a la luz. Esto lo podemos encontrar en las lombrices de tierra actuales y en anélidos acuáticos que ya presentan una capa ordenada de células fotosensibles. Esas células fotosensibles le dieron clara ventaja evolutiva, podían salir a la superficie y detectar comida, e incluso detectar las sombras de un depredador.

El consecuente paso ocurrió cuando esa fila de células se invagina para poder dar cabida a una mayor cantidad de células, y tener así una clara ventaja. Las invaginaciones de la capa ordenada de células se fueron cerrando y dieron lugar a al ojo cerrado. ya se cerrado el ojo aparece la lente, el cristalino, que es una clara ventaja al mejorar la calidad óptica del conjunto al producir imágenes puntuales que son más fáciles de codificar para enviar al cerebro y éste las interprete como imágenes.

Ya para finalizar podemos decir que basándonos, de este modelo de ojo al humano, no hubieron mejoras muy importantes ya que el parecido es asombroso. Entre dichas mejoras se encuentran el perfeccionamiento del sistema muscular y de acomodación, así como las capas de la retina.

El siguiente órgano que abarcaremos, será el cerebro. El cerebro por definición, es un órgano que en el humano pesa uno 1400 gramos con capacidad para percibir, integrar información y transmitir señales que regulan el organismo, ordenan la conducta y elaboran conciencia, pensamiento y leguaje. Así mismo disponen de memoria elemental sobre el metabolismo y la reproducción y la relación con el medio. La aparición del sistema nervioso se produjo en paralelo al desarrollo de la organización multicelular. En los invertebrados el sistema nervioso esta formado por ganglios o agrupaciones neuronales, capaces de integrar la información. En el caso de los reptiles, éstos disponen de un bulbo en el extremo cefálico de la medula, ordena la supervivencia vegetativa sin interacción emocional ni capacidad para la conciencia. Es representativo del cerebro arcaico.

Pasando a los mamíferos primitivos superponen el cerebro límbico, con hipotálamo que regula la homeotermia y estructuras que sustentan la capacidad emocional, entre otras la capacidad de afecto hacia las crías y la tendencia a vincularse con los congéneres. Al diversificarse los mamíferos apareció el neocortex , como una lamina que recubre las estructuras anteriores.

En los euterios el neocórtex es progresivamente más amplio, en los póngidos ya es la parte más voluminosa del cerebro y más en los humanos.

A lo largo de la evolución se han ido superponiendo unas estructuras sobre otras, de forma que en los humanos coexiste lo más arcaico con lo más moderno. El neocórtex es la base de las funciones cognitivas: lenguaje, razonamiento, planificación, moralidad, abstracción, análisis y resolución de problemas, toma de decisiones, etc.

Todos los mamíferos tienen un encéfalo parecido, con estructuras y neuronas que diferencian muy poco. El neocórtex consta de seis capas y el volumen es mayor en los primates de aparición mas reciente.

Las estructuras cerebrales se relacionan con adaptación eto-ecologica de cada animal, es según se use mas el olfato, la visión, el tacto o la audición hay mayor desarrollo de las áreas correspondientes. En el caso de los humanos hay mayor desarrollo de las áreas parietales correspondientes a la orientación espacial y funciones ideomotoras, así como las áreas temporales en relación al lenguaje. Los pequeños mamíferos tienen muy desarrolladas las áreas correspondientes al olfato, la sensibilidad, la motricidad y la visión, mientras que en los primates más recientes están más desarrolladas las áreas de asociación; en los humanos constituyen la mayor parte del cerebro. En los humanos han crecido mucho las áreas de asociación prefrontal y temporoparietal. Hay también relación entre el volumen cerebral y la dieta, los animales folivoros tienen un cerebro menor que los que comen frutos e insectos. La dieta ha sido determinante del éxito biológico de nuestra especie. El gran volumen cerebral con el que cuentan los humanos es la base que sustenta su mayor desarrollo cultural y social. La vida que se lleva en grupos con actitudes solidarias, disminuyo el estrés en que viven otros mamíferos, una de las consecuencias fue el aumento de la tasa de estrógenos en las hembras y la consigue desaparición de los periodos de celo, lo que favoreció la receptibilidad sexual de la hembra humana,

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