Evolución del ser humano.

EVOLUCIÓN DEL SER HUMANO    

Origen y evolución de los primates  

Dentro del orden Primates se clasifican a los lémures, los társidos, los monos y los simios. De acuerdo a los registros fósiles, se ha planteado la hipótesis de que los primeros primates descendieron de pequeños mamíferos placentarios, similares a las musarañas, con hábitat arbóreo y dieta insectívora. La mayoría de los primates tienen manos y pies adaptados para la prensión, con uñas planas en los dedos en lugar de garras como en otros mamíferos.  

En comparación con el resto de mamíferos, los primates tienen el cerebro grande y pequeñas mandíbulas que dan como resultado una cara plana. Sus ojos se ubican en la parte frontal de la cara. Poseen cuidados parentales bien desarrollado y comportamiento social.  

Todos los primates modernos, excepto de los humanos, presenta en sus pies un pulgar ampliamente separado de los dedos restantes. Lo que les permite agarrarse a las ramas con los pies. Los antropoides (monos, simios y humanos) poseen un pulgar oponible (véase figura 18).  

Antropoides  

Los primates antropoides surgieron durante la época del Eoceno medio, hace 45 millones de años. La evidencia fósil indica que los antropoides se originaron en África o Asia. El Eosimias es uno de los fósiles de antropoides más antiguos, fue encontrado en China, y sus detalles de la dentición y los pocos huesos descubiertos indican que eran primates pequeños arborícolas que comían insectos, y presentaban mayor actividad durante el día. Al evolucionar, los antropoides se dispersaron rápidamente a través de Europa, Asia y África, y llegaron a América del Sur tiempo después.  

Una de las diferencias más significativas entre los antropoides y otros primates es el tamaño de su cerebro. El encéfalo está más desarrollado en monos, simios y humanos, en los que tienen funciones para el aprendizaje, movimiento voluntario, interpretación de sensaciones, entre otros.

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Los principales grupos de antropoides son los monos del Nuevo Mundo (América del Sur y Central) y los monos del Viejo mundo (África, Asia y Europa) (véase figura 19). Ambos grupos evolucionaron por separado durante millones de años. Se cree que los ancestros de los monos del Nuevo Mundo pudieron haber viajado de África a América del Sur sobre masas de vegetación flotante. Cuando el océano atlántico era la mitad de ancho que hoy en día. Asimismo se cree que algunas islas pudieron servir como escalones. Ya en el Nuevo Mundo, estos monos se diversificaron rápidamente. A diferencia de los monos del Viejo Mundo, los monos del Nuevo Mundo si poseen cola prensil.  

Los monos del Viejo Mundo comparten un ancestro común con los hominoides. Un antropoide bastante primitivo, descubierto en Egipto, era un mono arborícola, del tamaño de un gato, que habitaba en los bosques y tenía algunas características de simio, el Aegyptopithecus que vivió durante el Oligoceno, hace aproximadamente 34 millones de años.  

Origen de los Homínidos  

Primeros homínidos  

Se cree que los primeros homínidos vivieron hace unos 7 millones de años, la evolución de este grupo comenzó en África. El fósil de homínido más antiguo es el del Sahelanthropus descubierto en el lago seco de Chad, África central. En su cráneo poseía una pequeña bóveda craneal, parecida a la de un chimpancé. Sin embargo en una vista frontal, el rostro y los dientes tienen muchas características de los ancestros humanos con cerebro más grande.    

Figura 19. Cladograma del Orden Primates (Tomado de Solomon et. al. 2013).

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Otro de los homínidos más antiguos descubierto fue el Ardipithecus. Se le considera muy cerca de la raíz del árbol familiar humano. La forma de los huesos de los dedos del pie sugiere que caminó erguido. El Ardipithecus dio origen al Australopithecus, un género que incluye especies que vivieron hace 4 millones de años y 1 millón de años respectivamente. Ambos géneros tienen brazos más largos, piernas más cortas y cerebros más pequeños comparados con los humanos modernos.  

El primero homínido con características exclusivamente humanas fue el Homo habilis. Esta especie fue un pequeño homínido con un cerebro más grande, y premolares y molares más pequeños que los de Australopitecinos. El fósil se encontró hace 2.2 millones de años, en numerosas áreas de África; en los sitios donde se han encontrado los fósiles, hay herramientas primitivas, piedras que fueron astilladas, rotas o martilladas para fabricar bordes filosos para cortar o desgarrar. Muchos investigadores sugieren que los australopitecinos fueron ancestros del H. habilis.  

El Procónsul, fósil más antiguo con características hominoides encontrado en África oriental, apareció en el Mioceno, y tenía un cerebro más grande que el de los monos; dientes como los simios, dieta de frutas y su cuerpo de mono. Los fósiles de simios del Mioceno, del tamaño de un chimpancé y que habitaban en los bosques, son los llamados Driopitecinos, vivieron hace aproximadamente 15 millones de años, se cree que este linaje hominoides pudo dar origen a los simios modernos, así como a los humanos. Los Driopitecinos estaban ampliamente distribuidos a lo largo de Europa, África y Asia.  

La cercana relación de orangutanes, gorilas, chimpancés y humanos es abundante a nivel molecular. Por ejemplo, la secuencia de aminoácidos de la hemoglobina del chimpancé es idéntica a la del humano. Asimismo, análisis de la secuencia del ADN indica que entre los simios, los chimpancés tienen la probabilidad de ser los parientes vivos más cercanos a los humanos.   Antes de que el cerebro de los homínidos se agrandara, ellos adoptaron una postura bípeda, otros cambios evolutivos que se evidencian en este grupo son en relación a las características del esqueleto y el cráneo. En comparación con el esqueleto de los humanos, muestra clara diferencias que reflejan su capacidad para pararse erguidos y caminar en dos pies. Estas diferencias también son un reflejo del cambio de hábitat de los primeros homínidos, de una vida arborícola, a una vida en parte sobre el suelo.  La curvatura de la columna vertebral humana proporciona mejor equilibrio y distribución del peso para la locomoción bípeda. La pelvis humana es más corta y más ancha que la de los simios, que le permite mejor unión de los músculos empleados para andar erguidos.   Asimismo, la forma de la pelvis en los humanos, permite el nacimiento de crías con cerebros grandes. Un aumento en la longitud de las piernas con respecto a los brazos y la alineación del primer dedo del pie con el resto de los dedos, adaptó aún más a los primeros homínidos para poder andar en dos pies. Otra tendencia evolutiva en los homínidos fue el aumento del tamaño del cerebro, en relación al tamaño de su cuerpo, entre otras adaptaciones que diferencias a los humanos del resto de los homínidos.  

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