Explorando el mundo del ensayo: Tipos, autores y propósitos
alexstrx29Ensayo22 de Abril de 2020
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Nombre del ensayo | autor | Extensión | propósito | ¿Por qué considero que es de este tipo? | |
literario | ¿Con cuántos árboles se hace una selva? | José Ortega y Gasset | 8 | Resolver su duda acerca de el bosque y el por que es este | Por el como utiliza su forma embellecida de expresar sus ideas |
Literario /cientifico | El valor | Rafael barret | 6 | Crear conciencia acerca de lo que significa algo | Por el como usa su texto embellecido pero a la vez busca tener un mensaje con peso en sus palabras |
literario | El pombero | Rafael barret | 7 | Contar una historia | El uso de sus palabras embellecidas y la falta de algún texto informativo |
cientifico | El calentamiento global | anonimo | 7 | Crear conciencia sobre el calentamiento global | Este busca dar a conocer algún tema. |
cientifico | La pena de muerte | anonimo | 7 | Dar a conocer información de la pena de muerte | No trta de embellecer el texto y se enfoca en el transmitir un mensaje |
El ensayo
Este es un texto didáctico el cual focaliza su intención en instruir y enseñar mediante el uso de sus palabras.
El ensayo también es un escrito hecho por una persona acerca de un tema abordado dando a conocer sus características y el concepto de este acerca de lo que el cree que es correcto, este debe de contar con 3 etapas fundamentales para que se logre desarrollar de manera perfecta las cuales son introducción, desarrollo y conclusión.
Por otra parte existen diferentes tipos de ensayos como los son los ensayos extentos, periodismo de opinión, reseña, artículos de divulgación científica y opinión.
Estos no son todos los tipos de ensayos que existen pero si los mas populares e importantes.
Los ensayos en si se dividen en 3 importantes formas de redactarlos las cuales son literario, científico y científico/literario en el cual se diferencian básicamente por el como se usan las palabras que los textos emplean y en el mensaje que busca transmitir.
Ensayo literario de José Ortega y Gasset
¿Con cuántos árboles se hace una selva? ¿Con cuántas casas una ciudad? Según cantaba el labriego de Poitiers,
La hauteur des maisons
empêche de voir la ville,
y el adagio germánico afirma que los árboles no dejan ver el bosque. Selva y ciudad son dos cosas esencialmente profundas, y la profundidad está condenada de una manera fatal a convertirse en superficie si quiere manifestarse.
Tengo yo ahora en torno mío hasta dos docenas de robles graves y de fresnos gentiles. ¿Es esto un bosque? Ciertamente que no: éstos son los árboles que veo de un bosque. El bosque verdadero se compone de los árboles que no veo. El bosque es una naturaleza invisible — por eso en todos los idiomas conserva su nombre un halo de misterio.
Yo puedo ahora levantarme y tomar uno de estos vagos senderos por donde veo cruzar a los mirlos. Los árboles que antes veía serán sustituidos por otros análogos. Se irá el bosque descomponiendo, desgranando en una serie de trozos sucesivamente visibles. Pero nunca lo hallaré allí donde me encuentre. El bosque huye de los ojos.
Cuando llegamos a uno de estos breves claros que deja la verdura, nos parece que había allí un hombre sentado sobre una piedra, los codos en las rodillas, las palmas en las sienes, y que, precisamente cuando íbamos a llegar, se ha levantado y se ha ido. Sospechamos que este hombre, dando un breve rodeo, ha ido a colocarsc en la misma postura no lejos de nosotros. Si cedemos al deseo de sorprenderle — a ese poder de atracción que ejerce el centro de los bosques sobre quien en ellos penetra —, la escena se repetirá indefinidamente.
El bosque está siempre un poco más allá de donde nosotros estamos. De donde nosotros estamos acaba de marcharse y queda sólo su huella aún fresca. Los antiguos, que proyectaban en formas corpóreas y vivas las siluetas de sus emociones, poblaron las selvas de ninfas fugitivas. Nada más exacto y expresivo. Conforme camináis, volved rápidamente la mirada a un claro entre la espesura y hallaréis un temblor en el aire como si se aprestara a llenar el hueco que ha dejado al huir un ligero cuerpo desnudo.
Desde uno cualquiera de sus lugares es, en rigor, el bosque una posibilidad. Es una vereda por donde podríamos internarnos; es un hontanar de quien nos llega un rumor débil en brazos del silencio y que podríamos descubrir a los pocos pasos; son versículos de cantos que hacen a lo lejos los pájaros puestos en unas ramas bajo las cuales podríamos llegar. El bosque es una suma de posibles actos nuestros, que, al realizarse, perderían su valor genuino. Lo que del bosque se halla ante nosotros de una manera inmediata es sólo pretexto para que lo demás se halle oculto y distante.
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Ensayo: El valor
La lucha inacabable con la naturaleza ha cambiado de forma.
No son ahora los tiempos en que la noche era terror; el día, caza; en que no había otro problema que el de comer y no ser comido. Sin más refugio que un agujero entre las rocas, sin haber conquistado aún el cortante sílex que se ata a un palo y la llama que hace retroceder las tinieblas donde cuchichea la muerte, el hombre combatía cuerpo a cuerpo con la realidad. Eran sus uñas, sus dientes, sus músculos, sus fundamentales instintos los que se adherían desesperadamente a la vida. Había que salvar a la humanidad de las fauces del tigre y del abrazo del oso. Había que ser astuto; había, sobre todo, que ser feroz.
Pero después la inteligencia, en una inexplicable crisis, creció monstruosamente, y desbordó de los sentidos. Incapaces de seguirla y de servirla, la inteligencia prescindió bien pronto de ellos, y se fue fabricando los delicados o colosales órganos que necesitaba: las máquinas. Y hoy vemos lo invisible, estrellas perdidas en el fondo de los espacios y microbios que viven a millones en una gota de sangre; palpamos casi las moléculas y el éter, apreciamos las más imperceptibles vibraciones y las más formidables magnitudes; escuchamos, a centenares de kilómetros, el susurrar de una voz. Nuestro aliento ruge en las calderas o clama con la dinamita; nuestros músculos de metal aplastan las rocas; nuestras uñas y nuestros dientes abren las montañas; nuestros nervios son una red de alambres que aprisiona la tierra. La eterna batalla no es ya un episodio cruel de la historia de las especies, sino un designio del universo; no es ya una tentativa, es una verdad que marcha con la majestad de un poema; no está hecha ya de incertidumbre y de ferocidad, sino de pensamiento y de valor.
Es preciso tener valor. Doblemente es preciso, porque antes de encontrar la naturaleza hay que encontrar a los hombres; antes de herir y fecundar la realidad sombría hay que herir y fecundar los cerebros entenebrecidos de nuestros hermanos los brutales, de nuestros hermanos los supersticiosos, de nuestros hermanos malvados y débiles. Hay que lanzar las ideas nuevas contra las ideas viejas; hay que conspirar contra el pasado, y barrer los fantasmas. Estamos en camino. El mal persiste siempre detrás de nosotros, como una manada de lobos que aúllan. Detenerse es morir.
El genio no es nada sin el carácter. Si somos cobardes, nuestras ideas lo serán también, y no se atreverán a dejar su rincón oscuro para salir a la luz. Es necesario no proponerlas, sino imponerlas. Sólo resiste a la fuerza lo que la fuerza construye. Como la gran mayoría de los hombres no conoce ni teme más que la fuerza, aceptarán el bien cuando no haya otro remedio. Por eso, lo primero es ser fuertes. Se persuade con los puños, y se defiende la verdad con la punta de la espada.
Los grandes depósitos de energía humana, dinero, dictadura social, masas de obreros y de soldados, está en poder de la estupidez, la crueldad y la avaricia. Nunca ha sido más indispensable el valor que ahora. Sabemos el punto exacto que hay que atacar. Sabemos dónde está la ruta, y por qué sitio del horizonte vendrá el sol. Sabemos que un puñado de espíritus superiores, prisioneros de la inmensa mole esclavizada, son lo único que hace avanzar el mundo. Comprendemos que mientras no les pertenezca el poder político la humanidad no será libre, y sentimos que esa suprema obra exige toda nuestra inteligencia y todo nuestro valor.
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