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Fascinante Fascismo


Enviado por   •  15 de Octubre de 2013  •  1.842 Palabras (8 Páginas)  •  261 Visitas

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Fascinante fascismo

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Fascinante fascismo

El problema que plantea la vida y la personalidad de Leni Riefenstahl es el de la medida de

responsabilidad y culpabilidad en que incurren artistas, y artistas geniales como ella cuando ponen su

arte al servicio de un régimen odioso y tiránico y contribuyen a glorificarlo actuando de

propagandistas. Es muy conocido el caso de Leon Furtwängler de quien se dice que, al no haberse

exiliado y continuar dirigiendo e interpretando música en el III Reich, en el fondo contribuía a

legitimarlo.

Cuando leí las memorias de Leni Riefenstahl (Memoiren, Albrecht Knaus, Munich y Hamburgo,

1987, 926 págs) hace ya unos años tuve la clara impresión de que se trataba de un texto

exculpatorio en el que Frau Riefenstahl intentaba sobre todo justificarse, ocultar su estrecha

vinculación con el III Reich en general y con Hitler y Goebbels en especial y subrayar aquellos

rasgos de su trayectoria posterior que pudieran presentarla como una mujer abierta, sin prejuicios

raciales y demócrata. Todo eso era evidente en el libro. Bastaba ver cómo hablaba de los Nubas del

Sudán para darse cuenta de que sólo una racista puede creer que se quitará la fama de tal y de nazi

a base de fotografiar negros desnudos y alabar su belleza. Pero eso era una impresión, muy nítida

desde luego, más sólo una impresión que se obtenía de la lectura del libro. Para probar que éste era

falaz, que se había escrito para redibujar la biografía de Leni Riefenstahl, la directora preferida de

Hitler, se necesitaría una investigación en profundidad. Que es lo que ha hecho Steve Bach con este

libro (Leni Riefenstahl, Circe, Barcelona, 2008, 455 págs.).

El problema que plantea la vida y la personalidad de Leni Riefenstahl es el de la medida de

responsabilidad y culpabilidad en que incurren artistas, y artistas geniales como ella cuando ponen

su arte al servicio de un régimen odioso y tiránico y contribuyen a glorificarlo actuando de

propagandistas. Es muy conocido el caso de Leon Furtwängler de quien se dice que, al no haberse

exiliado y continuar dirigiendo e interpretando música en el III Reich, en el fondo contribuía a

legitimarlo. Y si esto puede decirse de Furtwängler a pesar de que él se limitaba a dirigir e interpretar

la música clásica alemana, qué se dirá de Leni Riefenstahl que rodó filmes expresamente dirigidos a

glorificar el régimen nazi (como La victoria de la fe, El día de la libertad y, sobre todo, su obra

cumbre, la genial El triunfo de la voluntad) o bien orientados a la misma glorificación pero

indirectamente, como en Olimpiada.

La obra de Bach, minuciosa y muy bien documentada, trata de dar respuesta a esta cuestión a base

Nodo50. Contrainformación en la Red

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de hacer un retrato psicológico completo del personaje contrastando las informaciones que

proceden de la propia Leni con lo que dicen de ella sus contemporáneos y cotejando asimismo lo

que dice con lo que hace en cada momento. Tengo la impresión de que la biografiada, a pesar de

todo, ha conquistado al biógrafo, algo que me explico perfectamente porque en buena medida me

sucede a mí: tras haber leído mucho sobre y de Leni Riefenstahl, visto sus películas, sus libros de

fotos del África, no tengo dudas de que fue (y, probablemente siguió siendo su larguísima vida) una

racista, nazi y gran admiradora de A. Hitler; tampoco de que además era un carácter inestable, que

oscilaba entre la exaltación y la depresión, infantil y narcisista. Tenía un afán mórbido por la gloria, la

popularidad, las candilejas. Pero era un genio. Sólo El triunfo de la voluntad merece figurar (y de

hecho figura) entre las diez mejores películas de todos los tiempos. Y lo mismo pasa con Olimpiada

con sus cuatro horas de duración, sobre aquellos juegos olímpicos en los que el héroe absoluto para

berrinche soberano de Hitler fue Jesse Owen, un atleta negro. Uno siente cierta recriminación moral

cuando admira los planos, el montaje, el ritmo, la belleza de El triunfo de la voluntad y se piensa que

con esa película se glorificaba la barbarie de la tiranía nazi. En términos más generales la pregunta

es si la obra de arte está por encima del juicio ético o debe someterse a él. Y, en lo que a mí

respecta, la respuesta es imposible porque es sí y no al tiempo. El triunfo de la voluntad es una obra

de arte y, al mismo tiempo, glorifica el nazismo. Y no de forma adjetiva o indirecta sino de modo

directo, consciente y sustantivo.

De la exhaustiva investigación de Bach se sigue que Leni Riefenstahl tuvo desde siempre, desde su

niñez, una vocación artística que siguió von pasión, vocación que intentó encauzarse primero como

bailarina y luego como actriz hasta que se fijó en su condición de directora. Los años en que

Riefenstahl trabajó como actriz sobre todo de las películas

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