Fundacion Herdez

Fundación Herdez

En la época prehispánica la ciudad de México estaba rodeada por ríos y lagos y una gran flora y fauna que permitió el desarrollo alimenticio de sus pobladores. Vivían en casas de adobe y en ellas tenían espacio para las actividades más importantes de la familia y una cocina.

Todas las labores como guisar o moler se realizaban en el suelo, los alimentos se cocinaban en un fogón hecho en el piso formado por un triangulo o circulo de piedras y tenia un espacio en el centro llamado tenamastli. Este lugar era sagrado porque creían que en el recibían la fuerza misteriosa del fuego.

Para los mexicas Huehueteotl era el dios del fuego el cual les causaba temor porque su llama encendía y abrazaba. También le llamaban Xiuhtecuhtli y les inspiraba amor porque les permitía cocinar los alimentos y además obtener calor y luz.

Con diferentes leñas, olotes o pencas de maguey encendían la hoguera y se apoyaban de sopladores de palma o plumas para avivar las llamas.

Las mujeres tenían en sus cocinas ollas y cazuelas que utilizaban para sus guisos. No podía faltar el metate utilizado para triturar los granos y los molcajetes para hacer salsas. Servían los líquidos en jícaras o vasos de barro y la comida en platos, cajetes o tecomates. Cada objeto contenía una regla, la cual todos debían respetar. Un ejemplo es que si se rompían las piedras de moler alguna persona de la casa iba a morir. También se creía que si tomaban los alimentos con las manos no podría ser venturoso en la guerra.

Al comer solo algunos hombres se sentaban en cajas de petadle y el resto en rollos de otate o el suelo.

Los alimentos eran obtenidos de la caza, pesca y recolección de especies que eran abundantes. Los lagos de agua dulce y salada tenían una gran variedad de algas, peces, hongos, insectos y ajolotes. Para cultivar utilizaron las chinampas que son parcelas agrícolas construidas sobre el agua. En ellas se sembraba jitomate, calabaza, chile, frijoles, chayotes, flores, amaranto y maíz.

El maíz era el eje de las ceremonias y centro de la vida ritual. Era tratado con mucho cuidado y ternura ya que desperdiciarlo era una ofensa que los dioses castigaban con sequias y hambre. Era comido en forma de tamales, tortilla, atole y otros platillos que las mujeres elaboraban con delicadeza. Ellas eran entrenadas para quedarse en casa, mantener el orden y hacer la comida.

El cacao también era muy valorado, lo utilizaban como moneda. También lo molían con agua y maíz para hacer una bebida espumosa que se tomaba en compañía y en ocasiones especiales. Beberlo sin permiso podía costarles la vida.

En el mercado adquirían todo lo que necesitaban para la comida; en un principio estaba ubicado en la plaza principal de México, pero cuando dominaron Tlatelolco lo situaron ahí pues era un lugar estratégico, muy cercano a la ciudad y con excelentes vías de comunicación. Era un sitio en el que se comerciaba con orden y respeto todo tipo de productos. Todas sus costumbres culinarias, comercio

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