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Hallazgo De Auditoria


Enviado por   •  29 de Junio de 2015  •  2.465 Palabras (10 Páginas)  •  226 Visitas

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PRINCIPIOS FINANCIEROS

1.1. Principios referidos al ambiente económico competitivo.

• El principio financiero egoísta (o principio de interés propio).

Este principio parte del supuesto de que, desde el punto de vista económico, las personas actúan racionalmente, esto es, buscan su propio interés financiero persiguiendo obtener el máximo beneficio posible. Ahora bien, este principio no niega la importancia de las consideraciones “humanas”, ni sugiere que el dinero sea lo más importante en la vida de cada persona.

Simplemente señala que, si todo lo demás da igual, cada parte de una transacción buscará el curso de acción que le resulte más beneficioso.

Cada vez que una persona elige un curso de acción determina-do, renuncia a la posibilidad de tomar otro diferente. A esto se le denomina coste de oportunidad, que es la diferencia entre el valor de la acción elegida y el valor de la mejor alternativa. El decisor elegirá aquél curso de acción que tenga un mayor coste de oportunidad.

Una aplicación del principio del comportamiento financiero egoísta es la denominada teoría de la agencia, que analiza el comportamiento individual en situaciones que implican una relación entre agente y principal, y los conflictos de intereses entre ambos.

• Las dos caras de la transacción (o principio de interés ajeno).

En toda transacción financiera existen, al menos, dos partes. Por supuesto, ambas seguirán el principio del comportamiento financiero egoísta buscando beneficiarse de dicha transacción a costa de la otra parte.

La mayoría de las transacciones financieras tienen lugar debido a una diferencia en las expectativas acerca del comportamiento futuro del precio del activo objeto de la transacción. Esto es, el comprador espera que el precio aumente en el futuro lo que le permitirá obtener una ganancia de capital; el vendedor cree que el precio tenderá a descender así que deshaciéndose del activo, o bien realiza un beneficio, o bien evita una mayor pérdida. En el momento de la transacción ambos creen tener razón, pero con el transcurso del tiempo sólo uno la tendrá.

La mayoría de las transacciones resultan ser juegos de suma cero, esto es, situaciones en las que un jugador gana sólo a expensas de lo que el otro pierde. Existen excepciones, pero la gran mayoría de las mismas son resultado de la política fiscal del Estado que crea situaciones en las que ambas partes pueden realmente salir beneficiadas. Por ello, otros autores añadirían a los principios financieros que tratamos en esta cuestión: los impuestos están relacionados con las decisiones empresariales.

Hay ejecutivos que subestiman este principio cuando piensan, erróneamente, que son superiores a los directivos de la contraparte de la transacción. Este comporta-miento orgulloso y arrogante, al que se conoce con la palabra griega hubris, ha dado lugar a operaciones de adquisición de empresas por las que se pagó un precio bastante mayor que el que valían.

En conclusión, cada transacción tiene dos partes y su contraparte es, al menos, tan trabajadora, brillante y creativa como usted. Por tanto, subestimarla es un error que puede resultarle muy caro.

• La señalización.

Cualquier acción financiera implica una transmisión de información. Por ejemplo, el anuncio de la distribución de dividendos, el desdoblamiento de acciones, las ampliaciones de capital, etc. A causa del principio del comportamiento financiero egoísta, una decisión de comprar o vender un activo puede transmitir información sobre las condiciones del activo, o sobre las expectativas del inversor, o de sus planes para el futuro, etc.

La importancia de la señalización descansa en la asimetría de la información, es decir, en que unas personas disponen de una información de la que carece el resto del mercado, por ello los actos realizados por aquéllas servirán a éste último para inferir cuál es la información de que disponen. Esto es, de las decisiones que deriven en determinados actos u operaciones financieras se puede extraer información útil -señales-, ya que pueden indicar un cambio en las expectativas de la directiva con respecto al comportamiento de los beneficios futuros esperados.

En otras situaciones las decisiones pueden ser mal interpretadas porque se supone que muestran una información que realmente no llevan. Esto nos hace mencionar el problema de la selección adversa que surge cuando el mero hecho de poner a la venta cierto tipo de activo se considera una mala señal porque los potenciales clientes creen que dicho acto se debe a la mala calidad del activo.

• La conducta financiera (principio de la imitación).

Cuando todo lo demás falla, esto es, cuando carezcamos de ideas acerca de la solución de un problema financiero, deberemos actuar como lo hagan nuestros competidores, es decir, el mercado. A este tipo de conducta se la denomina "efecto industrial" pero en el área financiera le denominaremos “principio de la conducta financiera”.

Hay dos situaciones típicas donde se puede aplicar dicho principio:

1ª. Cuando hay una limitación a nuestro conocimiento de la situación, generalmente, porque la teoría es insuficiente.

2ª. Cuando resulta más barato que buscar la información necesaria para tomar una decisión a través de un método más preciso

Este principio puede ser difícil de utilizar. Primero hay que estar seguro de que no existe claramente un curso de acción idóneo. Si esto es así, procederemos a buscar la compañía líder de nuestro sector de actividad, si es que existe, con objeto de guiarnos por ella. Finalmente, extrapolaremos las decisiones de la misma a nuestra empresa para elegir el mejor curso de acción.

Este principio lleva a soluciones aproximadas en el mejor de los casos y a "un ciego dirigiendo a otro ciego" en el peor, pero esto no le resta utilidad en ciertas situaciones.

La valoración de empresas a través de los múltiplos del mercado o de las empresas comparables es una aplicación de este principio.

Un corolario de este principio da lugar en muchas situaciones de competencia a la aparición del denominado polizón (free rider), que aquí podríamos traducir libre-mente por imitado r. Sucede cuando un "líder" gasta recursos financieros para determinar

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