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Historia De La Etica


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2013  •  2.339 Palabras (10 Páginas)  •  513 Visitas

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BREVE HISTORIA DE LA ÉTICA.

PARA EL PROFESOR

Desde que los hombres viven en comunidad, la regulación moral ha sido necesaria para el bienestar colectivo. Las grandes civilizaciones clásicas, egipcia y sumeria, desarrollaron éticas no sistematizadas, cuyas máximas y preceptos eran impuestos por líderes seculares, y estaban mezclados con una religión estricta que afectaba a la conducta de cada egipcio o de cada sumerio. En la China clásica, las máximas de Confucio fueron aceptadas como código moral. Los filósofos griegos, desde el siglo VI a.C. en adelante, teorizaron mucho sobre la conducta moral, lo que llevó al posterior desarrollo de la ética como una filosofía.

a) La actuación humana en la prehistoria

Normalmente todos los libros de ética y moral empiezan hablando de los "Griegos". Tienen razón. Los griegos fueron el primer pueblo que desarrolló una reflexión sistemática sobre la mayoría de las cosas que abarcaba su experiencia. Pero eso no indica que el hombre no se haya preocupado de su conducta en épocas anteriores.

Hasta la llegada de los griegos, los problemas teóricos eran resueltos a través de una orientación mítica. Los dioses dieron una "razonable" respuesta a problemas muy básicos y por lo tanto muy acuciantes. Había que explicar cosas como la muerte, la enfermedad, el trabajo, el sexo, la comida, las relaciones de obediencia, etc., etc. La humanidad recurrió a seres extraordinarios que se situaban en una supranaturaleza, dotados de poder, y artífices del orden que detectaban en su entorno. Pero existían los problemas prácticos también. El hombre se preguntó desde el principio qué debía hacer y qué no debía hacer. En ese sentido el problema moral ha existido siempre. Sucede, sin embargo, que de los primeros períodos de la humanidad (Paleolítico, Neolítico) no tenemos documentos escritos, no tenemos historia. Por eso los libros de moral no nos hablan de aquellos hombres y de sus problemas. Sin embargo tú sabes que es la parte más extensa de la vida de la humanidad. Siendo esto así, ¿no podríamos aventurar algo?, ¿sacar alguna luz entre las brumas de la prehistoria?

 El Paleolítico y la moral

Nuestros lejanos antepasados del Paleolítico se enfrentaron con el tremendo problema de la subsistencia. No eran un grupo fuertemente armado por la naturaleza. Poco fuertes, menos orientados por los instintos que los animales, estaban en una situación competitiva con ellos bastante poco brillante. Pero la baza ganadora del hombre estaba justo en su propia debilidad. Poco especificado para algo, estaba sin embargo, muy bien dotado para aceptar los problemas y resolverlos... tenía inteligencia, como forma de compensar lo que le faltaba en otros terrenos. Esa inteligencia le llevó a la adopción de una segunda naturaleza: Rituales, normas, definición de intereses, acción solidaria. No podemos desarrollar mucho estos temas, pero el hombre fue poco a poco dominando a la naturaleza y a los animales precisamente por su capacidad normativa, moral.

Nos podemos preguntar qué clase de normativa puso al hombre en disposición de sobrevivir, y la respuesta no es difícil: la derivada del comportamiento grupal y solidario. Ese tipo de comportamiento tuvo que desembocar en normas concretas de caza, reparto, búsqueda de terrenos, etc. Por supuesto que nadie elaboró teorías sobre ese comportamiento, pero está muy clara su relación con los mitos del grupo y con la vertiente práctica de su actividad.

El segundo origen de normativa que podemos deducir es la vivencia de la naturaleza como fuente e impedimento de la supervivencia. El Paleolítico fue un sistema depredador y convirtió al hombre en el depredador por excelencia. Miles de años han ahormado al hombre, y le han hecho ser, por una parte, el "enemigo" de la propia naturaleza, y por otra, su criatura. El hombre es parte de la naturaleza, y ella se le presenta como una prolongación suya que le permite, como ya notaba Marx, vivir, ofreciéndole sus alimentos, sus viandas. Pero la naturaleza también se resiste a la acción humana, hace de la vida del hombre una carrera de obstáculos. La naturaleza se convirtió en enemiga y aliada. Eso empezó muy pronto, como supondrás, y continúa así desde entonces.

Esa actividad de acomodación y búsqueda de alimentos a que obligaba la naturaleza, trajo sin duda normas concretas de actuación, emanadas por la necesidad depredadora y sancionadas por algún poder mítico: Normas de caza, normas de reparto, normas de eliminación de algún elemento considerado nocivo o inútil. También la fabricación de herramientas, como prolongación del cuerpo, necesitó de normas: el arco, el propulsor, el hacha, las primeras trampas, etc. Pero, además, se necesitaron normas precisas y obedecidas a rajatabla para conseguir que todo el grupo fuera efectivo en la caza, más aún, cuando era la comida la que estaba en juego.

Cocinar necesita de una colaboración reglada igualmente precisa. Cómo repartir el terreno de caza con otros grupos necesita de unas imposiciones posiblemente derivadas de la fuerza y de la habilidad.

Todo este conjunto de necesidades, produjo una serie de Rituales, con los que se procuraron la efectividad bondadosa de sus mitos y, al mismo tiempo, se dotaron de una serie de reglas de actuación que les llevó a tomar medidas conjuntas y eficaces. Debía estar muy claro lo permitido y lo que nunca debía hacerse (Tabú). De las dos cosas dependía la primera subsistencia de la humanidad.

En cierto sentido el hombre empezó a ser moral pero no todavía ético.

 El Neolítico como revolución práctica

El Neolítico es un concepto útil como representación del final de la vida cazadora y la aparición de la práctica agrícola por buena parte de Asia, Europa y norte de África. Más que encuadrarla en una fecha determinada, es interesante notar cómo el cambio de soluciones en el problema de la subsistencia cambió también la conducta humana.

La solución depredadora del Paleolítico ayudó a "tirar para adelante" pero no podía ser una verdadera solución a la larga. Si le quitas los alimentos al frigorífico, y no se lo repones, por despacio que lo hagas, llegará un día que al abrir la puerta te encontrarás con todo el problema sin resolver. No es que la tierra sea como un frigorífico, pero la primera respuesta humana lo percibió de esa

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