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Historia De La Señalizacion


Enviado por   •  29 de Octubre de 2013  •  990 Palabras (4 Páginas)  •  2.061 Visitas

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HISTORIA DE LA SEÑALIZACIÓN

M

arcar, señalar y señalizar no son exactamente sinónimos, sus prácticas coinciden en objetivos comunes, todo ellos derivados del deseo o la necesidad de comunicar para indicar y orientar.

El utilitarismo más inmediato, ya en la prehistoria provocó la necesidad de “poner señales” a las cosas con el fin de procurar una lectura del entorno, una puntuación referencial del mundo incluidos el propio cuerpo (tatuajes, mutilaciones, señales, las cosas, los objetos, los lugares).

Señalar vías de comunicación deviene así de un impulso intuitivo que más tarde se convierte en una práctica empírica guiada por la experiencia.

La señalización se desarrolla progresivamente y se perfecciona en la medida que crece el número de personas itinerantes, la necesidad, después la facilidad y finalmente el placer de desplazarse, junto con la aparición de la bicicleta, la irrupción del automóvil y el aumento creciente e imparable del transporte, la velocidad y la complejidad del entorno.

De esas urgencias emerge un “lenguaje” sintético que deberá ser captado automáticamente y comprendido por todos los individuos. Así cristalizarían las primeras tentativas de normalización de las señales y sistemas de señales, es decir, la búsqueda de un sistema lógico de información marcando el territorio. Un sistema que fuera generalizable, sistemático y universal.

Los orígenes remotos del hecho de señalizar son antiguos y obedecen al acto instintivo de orientarse a uno mismo y orientar a otros, por medio de objetos y marcas que uno deja a su paso en el entorno. Señalizar es incorporar señales para referenciar las cosas, ya se trate de objetos naturales o artificiales, el espacio que uno ocupa y transita, un camino o una ruta intrincada.

Señales y Signos, referentes lejanos.

Tal vez las primeras marcas que el hombre dejo en los guijarros: señales incisas, líneas, trazos, puntos, estuvieron impulsadas por un instinto de autoconciencia o de autoafirmación, o por una simple actitud lúdica y estética. Lo que no parece –sí es que no apelamos a la magia o al ritual- es que estos signos buscarán alguna utilidad práctica transformadora, como la tuviera la industria y la producción de herramientas: el hacha, el anzuelo y la flecha.

Entre los actos primarios de marcar y señalar no hay diferencias esenciales, puesto que una situación incluye a la otra y ambas obedecen a una función básicamente identificadora y comunicativa. Marcar equivale más precisamente a transferir una impronta, un signo en una superficie determinada; sin embargo, lo que se marca se hace con una señal, un signo o un símbolo. La diferencia consiste en que, aquello que se marca (señal indeleble) son objetos físicos, superficies, soportes, mientras lo que se señaliza (series de señales) son espacios, lugares, puntos de territorio, recorridos. Aquí aparece una función claramente comunicativa en el espacio de acciones.

La señalización con piedras ya marcaba los caminos en los tiempos en que éstos no existían. Los caminos trazados en la superficie de la tierra son obra de los hombres en su

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