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Historia De Warcraft

nfcg9929 de Mayo de 2013

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Los orígenes [editar]

Génesis Universal [editar]

El mundo de Warcraft es un mundo medieval inspirado en las leyendas de muy diversas culturas y en otras ambientaciones de fantasía. Sería muy sencillo empezar por donde empieza la trama del primer juego, pero para entenderlo todo habría que retroceder un poco antes en el tiempo de este universo de ficción.

En tiempos inmemoriales, surgió el universo, y con él aparecieron una raza de seres de piel metálica, llamados Titanes. Los titanes surcaban el universo dándole forma y haciéndolo progresar, no se sabe por qué motivos. Bajo la atenta mirada del padre de los titanes, Aman'Thul, que residía en El Panteón, los titanes ordenaron millares de mundos y dieron poder a miles de razas para que continuaran su trabajo.

Desde el Panteón se vigilaban los mundos para evitar que los primeros demonios que más tarde conformarían "La Legión Ardiente" deshicieran el trabajo de los titanes. Los demonios eran provenientes del "Averno Astral", una descontrolada formación de magia caótica que interconectaba miles de mundos del universo; y su único objetivo era destruir la vida y alimentarse de las energías del universo.

Por el mismo motivo, los titanes lucharon contra los demonios con tal de preservar su creación.

Sargeras y la traición [editar]

Para combatir a las demoníacas entidades que se abrían paso hasta los diversos mundos del cosmos desde el "Averno Astral", el Panteón eligió a su mejor guerrero, Sargeras; para que luchara contra ellos Sargeras, un noble titán de bronce, desempeñó su deber durante incontables milenios, buscando y destruyendo a los demonios dondequiera que los encontrara. Durante su cruzada, Sargeras encontró dos poderosas razas demoníacas decididas a hacerse con el poder y dominio del universo físico.

Los '''''Eredar''''', una insidiosa raza de hechiceros que utilizaban sus brujerías para esclavizar los mundos que habían invadido. Las razas indígenas de esos mundos habían mutado bajo los caóticos poderes de los Eredar y se habían vuelto demonios. Aunque los casi ilimitados poderes de Sargeras eran más que suficientes para derrotar a los maléficos Eredar, éste estaba enormemente preocupado por la corrupción de las criaturas y por el mal que todo lo consumía. Incapaz de comprender tal depravación y maldad, el gran Titán cayó en una amarga depresión. A pesar del empeoramiento de su enfermedad, Sargeras intentó liberar al universo de los brujos y los atrapó en un rincón insustancial del Averno Astral.(Esta información se contradice con la historia de los draenianos).

A medida que su confusión y su depresión aumentaban, Sargeras se vio forzado a luchar contra otro grupo resuelto a perturbar el orden de los Titanes. Los '''''Nathrezim''''', una oscura raza de demonios vampiros (conocidos también como Señores del Terror) partieron a la conquista del mundo habitado para poseer a sus habitantes y convertirlos a la sombra. Los perversos y maquinadores Señores del Terror habían vuelto naciones enteras unas contra otras, al manipularlas sirviéndose del odio y la sospecha irracional. Aunque Sargeras derrotó con facilidad a los Nathrezim, su corrupción lo afectó profundamente.

El noble Sargeras, incapaz de acallar la duda y la desesperación que desbordaban sus sentidos, perdió la fe en su labor y en el anhelo de los Titanes de un universo ordenado. Empezó a creer que el concepto del orden en sí mismo era una locura y que el caos y la depravación eran las únicas realidades absolutas dentro del oscuro y solitario universo. Aunque sus amigos Titanes intentaron convencerle de su error y consolarlo en sus terribles emociones, Sargeras despreció sus teorías por delusorias. Abandonó su puesto y salió a buscar su propio lugar en el universo. Aunque el Panteón estaba apenado por su partida, nunca imaginaría lo lejos que llegaría su hermano perdido.

A medida que la locura de Sargeras consumía los últimos vestigios de su noble espíritu, éste empezó a creer que los únicos responsables del fracaso de la creación eran los Titanes. Finalmente, Sargeras decidió luchar contra los titanes y destruir toda su creación. De este modo, su titánica forma se distorsionó con la corrupción que contaminaba su corazón. Sus ojos, cabello y barba prendieron fuego, y su metálica piel de bronce se resquebrajó para mostrar una eterna caldera de odio y llamas.

En su locura, Sargeras destrozó las prisiones de los Eredar y los Nathrezim y liberó a los maléficos demonios. Los astutos demonios, inclinándose ante la gran ira y el poder del oscuro Titán, se ofrecieron a él y juraron servirle en todas las maléficas formas posibles. De las filas de los potentes Eredar, Sargeras eligió a dos guerreros para dirigir su demoníaco ejército de destrucción. ''Kil'Jaeden el Impostor fue elegido para encontrar las razas más oscuras del universo y atraerlas a sus sombras. El segundo guerrero, Archimonde el Corruptor, fue elegido para dirigir en combate los enormes ejércitos contra cualquiera que obstaculizara la voluntad del oscuro Titán.

El primer paso de Kil'Jaeden fue esclavizar a los vampíricos Señores del Terror bajo su temible poder. Los Señores del Terror servían como guardia de elite y agentes por todo el universo y disfrutaban de su trabajo. Localizaban razas primitivas para que su señor las corrompiera y las atrajera hacia sí. El primero de entre todos los Señores del Terror era Tichondrius el Oscurecedor. Él servía a Kil'Jaeden como soldado perfecto y aceptó promover la ardiente voluntad de Sargeras en todos los rincones del universo.

El poderoso Archimonde también reunió sus propios agentes: acudió a los maléficos Señores del Foso y a su bárbaro líder, ''Mannoroth'', y ansiaba poder forjar una elite de combatientes que borrara de la creación toda forma de vida.

Sargeras al ver que sus ejércitos estaban reunidos y listos para seguir cualquier orden que diera, lanzó sus furiosas fuerzas a la infinidad de la Gran Oscuridad. Bautizó a su creciente ejército con el nombre de la "Legión Ardiente" por sus ardientes almas, y hasta el día de hoy no se sabe cuantos mundos consumieron y quemaron en su profana cruzada por el universo.

Azeroth [editar]

Ignorantes de los planes de Sargeras, los titanes continuaron con su tarea de crear el mundo que más tarde, sus habitantes llamarían Azeroth. Cuando se dispusieron a moldear este mundo, se encontraron con unas fuerzas elementales que se opondrían a que los titanes moldearan su mundo. Estos eran los Dioses Antiguos.

Los titanes ,molestos por la inclinación maligna de los Dioses Antiguos; se enfrentaron a ellos. Los ejércitos de los Dioses Antiguos estaban dirigidos por cuatro lugartenientes: Ragnaros, el Señor del Fuego; Therazane, la Madre Roca; Al'Akir, el Señor del Viento y Neptulon, el Cazador de las Mareas. Estos se enfrentaron a los titanes, y aunque los cuatro señores elementales eran poderosos, no pudieron hacer nada contra los Creadores y perecieron. Los titanes derrotaron a los Dioses Antiguos y confinaron a los elementales en un plano abismal, donde los mismos elementos se contendrían entre ellos.

Con la partida de los elementales, los titanes crearon razas que les ayudaran en su trabajo. Crearon a los Titánides, los primeros fueron los Terráneos enanos y Gigantes de Roca, criaturas de roca viva y a los Gigantes del mar, para que movieran los océanos. Modelaron el mundo hasta que quedó perfectamente ordenado. En el centro del continente crearon el Pozo de la Eternidad, un lago de energía místicas que sería fuente de vida. Con él todo el mundo estaba un solo continente que los titanes llamaron Kalimdor que significa La Tierra de la Eterna Luz Estelar.

Los dragones [editar]

Antes de marcharse de Azeroth, los titanes escogieron a los cinco dragones más poderosos y les cedieron poder para que protegieran Azeroth de cualquier amenaza y dominaran el mundo. Los cinco dragones recibieron el nombre Los Grandes Aspectos.

Aman'thul, el Alto Padre, señor de los titanes, cedió parte de su poder a Nozdormu, el dragón de bronce, para que dominara el tiempo. Nozdormu sería el Único Imperecedero.

sinificativo. 1. adj. Que no perece/(acaba). 2. adj. Inmortal o eterno

La titánide Eonar, la Patrona de Toda Vida, cedió su poder a Alexstrasza la Roja, Unidora de la vida. Alexstrasza fue coronada como Reina de los Dragones y se le dio dominio sobre toda su especie. Eonar también cedió su poder a la hermana de Alexstrasza, Ysera la verde; con el dominio de la naturaleza. Ysera caería en un sueño eterno y se la conocería como La Soñadora. Velaría por la naturaleza desde su reino onírico, el Sueño Esmeralda.

Norgannon, el Guardián de la Sabiduría, cedió su poder al dragón azul, Malygos, que sería el Tejedor de Hechizos y protector de la magia arcana.

Khaz'goroth, el Formador, el titán forjador del mundo le cedió parte de su poder al dragón negro Neltharion, conocido como el Guardián de la Tierra.

Con los Grandes Aspectos protegiendo Azeroth, los titanes pudieron partir a moldear otros mundos..

El despertar [editar]

En torno a 10.000 años antes de que tuviera lugar la Primera Guerra de Azeroth entre humanos y orcos, el mundo de Azeroth sólo constaba de un continente, Kalimdor. En el centro de Kalimdor existía un lago repleto de energías incandescentes, este era el Pozo de la Eternidad, una fuente de magia proveniente de más allá de los confines del mundo. El pozo era una

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