Homo Videns

Homo Videns

Se acuña el término de homo videns, en tanto que el hombre ha dejado de ser homo sapiens.

Entramos en un proceso de revolución, de cambio constante, no solamente cambios políticos, sino cambios tecnológicos; cada vez se desarrollan más y mejores formas de producción en masa, procesos eficientes y eficaces que nos permiten tener resultados en la mitad de tiempo; las redes de comunicación se han expandido a niveles magistrales, ordenadores, computadoras personales, teléfonos celulares, internet; Estos son los componentes de las nuevas naciones, que nos acercan cada vez a las fronteras más entrañables que en el pasado solo era un sueño alcanzar, e indudablemente nos han llevado al siguiente paso en lo que a comunicación confiere, llevando a la sociedad contemporánea al siguiente nivel de interfaz y enlace continuo.

Y es justo hasta aquí donde se nos han traído a través de la magnánima revolución tecnológica. Comenzando por el telégrafo en el año de 1832, que entrado en aquellos años permitió la transmisión de mensajes por primera vez a larga distancia, dando pie a la radio, continuando con el televisor, y llegando al último estadio en el que aún nos encontramos, el internet.

La radio por otro lado constituyo, por mucho tiempo y en primera línea, el mayor difusor de noticias hacia la población,; En el radio se invitaba de manera insinuante al receptor, a pensar y analizar el tema impartido en la sesión radiofónica, que a la larga, discretamente provocaba en el auditor, la necesidad de escuchar y analizar los temas tratados, aunque sin dejar a un lado el hecho de que, los radioescuchas no tenían la necesidad de saber leer o escribir para entender el contenido, frenando a su vez el proceso de educación de los mismos, aunque sí, si llamaba al entendimiento abstracto de las ideas.

Más tarde con el invento de la televisión en 1927, la humanidad dejo de interesarse aún más en ilustrarse para comprender cada vez con mayor claridad textos literarios, que necesitasen una explicación, sustituyéndolo por imágenes concretas en demasía.

Símbolos, imágenes, ilustraciones escuetas, burdas y muchas veces con falta de sentido y profundidad en lo que realmente se deseaba expresar, son el tipo de percepciones que se han incluido hasta nuestros días, en los programas televisivos.

Partiendo de la premisa en que, la mayoría de los pensamientos que un ser humano tiene son meramente abstractos, el sentido televisivo a modo de enseñanza o difusión de noticias, deja mucho que desear.

Es justo aquí donde la transición alcanza al ser humano, dejando de ser homo sapiens, que estudia el entorno, que es capaz de comprender similitudes abstractas, para convertirse en una simple marioneta con la capacidad de una nuez, entrando en un mundo visual, que intenta pobremente expresar todos los matices de la vida y la sabiduría en una banal y sencilla imagen.

En el sentido estricto de la palabra revolución se entiende como cambio brusco y no violento en el ámbito social, económico o moral de una sociedad o en la manera de tratarse o hacerse algo.

Teniendo en entendido esta premisa, podemos entender que es justo lo que se desemboca derivado de esta “nueva era” que involucra al hombre en términos de comunicación; aunque debemos entender que no todas la revoluciones necesariamente reflejan un cambio positivo, o una innovación que conlleven un desarrollo sustentado con buenos resultados.

Es aquí donde nos enfrentamos justamente, al nuevo tipo de hombre, el cual se describe con mucho atino en el libro que lleva por título “Homo videns”, una nueva clase de hombre el cual ha dejado de tomar consideración, la calidad del contenido informativo de un tema, y lo ha llevado a un punto de expectación burda, sin un objetivo concreto.

Justo como lo escribe Giovanni Sartori, la sociedad se encuentra en un estadio de ser teledirigida; se nos enseña cómo vestir, inculcando las más sofisticadas

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