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IMAGINA PRÓLOGO DE LA HISTORIA


Enviado por   •  14 de Diciembre de 2017  •  Tutoriales  •  5.431 Palabras (22 Páginas)  •  176 Visitas

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IMAGINA

PRÓLOGO DE LA HISTORIA

Fui condenado injustamente, estuve atrapado con mis propias cadenas, pesaban, pesaban tanto que dolía, no me pertenecían. Por eso, decidí culpar al mundo, a este universo tan cruel que me mata lentamente a través de su gente, personas crueles que solo saben ahogarse entre sus propios sentimientos, aquellos que por nombre llevan pecados. Perdónalos Señor, que sobre ellos llueva tu misericordia, libéralos del resentimiento y el rencor, que sea tu bondad la que guíe a esta tierra bendita.

Siempre pensé que miserable será aquel que hace daño para su beneficio, basura quien pisotea sin dolor, cruel quien hace sufrir, malvado el egoísta, escoria quien humilla sin piedad. Tú, él que roba, él que miente, ¿Qué se siente?

Nosotros nos hemos convertido en una sociedad vacía, ¿Dónde quedan los valores?, ¿Dónde ha quedado el amor y el respeto al prójimo? Somos unos sínicos y unos descarados. Siempre me he preguntado ¿Es tan importante el poder?, ¿Tan magnifico el dinero?, despertemos de ese sueño y de está estúpida realidad que nos condena.

Mi deseo era solamente ser capaces de vivir felices, por lo que me atreví a ayudar a esta humanidad como aquellos que lo influyen, aun siendo un anhelo totalmente imposible, lo intenté, pero me di cuenta que no todos pensamos igual, existen sujetos que están sumamente marcados por el vicio, como también, se encuentran aquellos seres que buscan expandir sus buenas obras, con el fin, de dejar una huella de generosidad.

¿Cuántos años han pasado ya?, pero mi vida no fue más que un cuento sin fin, pero, ¿Cómo podríamos conseguirlo? Si nosotros mismo construimos este mundo. Por eso ahora me encuentro aquí, castigado por actos, actos que no cometí. Que sea mi dolor y mi angustia la que llegue a quienes no han sentido lo que siento, ¿Cómo esto se convirtió en algo inevitable? Y hasta el simple hecho de que cada día me alimente de esa flaqueza que se apodera de la población. No quiero, no quiero, me rehúso eternamente a ver cómo me hundo junto con ellos. . .

Es cierto, en aquella celda pasaron los días uno tras otro y yo seguía igual. He llegado a sentir un odio profundo por la multitud. Madre y padre, mírenme, miren a su hijo caer en la tentación, incumplí aquella promesa y me volví ante ustedes un desconocido.

Realmente no sé si arrepentirme de esta decisión. Perdóname Rey de los cielos, pero he quedado marcado, no fui capaz, déjame probar la manzana prohibida y atiborrar el apetito del aborrecimiento.

Confieso que no fue fácil, el tener que combatir con malicia inculcada por un imperio. Cabe mencionar que yo no estuve solo, estuve acompañado de seis personas más, con la finalidad de traer la salvación, por lo que. . .  

Ese fue el año más explosivo de toda mi vida, no había mejor forma de sentirse tan vivo que sentir la adrenalina cada día por todo tu cuerpo, se experimentó de todo, fui lo que todos ellos quisieron ser en ese instante, éramos un equipo de siete individuos, fuimos invencibles.

Ángeles que han de caer sobre la tierra, perdidos entre un mar profundo, abran, abran sus alas de colores, representen la salvación y la voluntad de un único hombre. Que tiemble el planeta, que lloren los ríos, liberen las almas y que muera la angustia.

Solamente queríamos eso, algo hermoso, algo inexplicable, pero, ¿Será que lo logramos?, ¿Fue nuestro parecer el correcto?, para mí sí, pero entonces porque sigo sintiendo la misma carga, ¿Por qué no veo nada?, quítenme, quítenme la venda de los ojos, muéstrenme la perfección lograda por nosotros.

¿Qué es está nostalgia? Y ¿Cómo se llama este sentimiento que tengo ahora? Que alguien me dé una respuesta, que alguno me ayude como yo lo hice, libérenme de esta prisión, se los imploro, socorro me hundo. ¿Este es mi final?, ¿Este es el precio a pagar por aquellas acciones injustificadas?

No quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no quiero, no me dejen, no me abandonen, no me castiguen, ¿Qué hice mal? Porque nadie me contesta, quien sea, diga algo. Por favor, no renuncien a mí.

No entiendo, siempre creí en ti, ¿Dónde estás cuando te necesito? Por favor, no puedo más, no puedo respirar, aparece ante mí, aquí y ahora y dime todas mis fallas y en que te falle, te lo exijo. Tú eres el único quien todo lo sabe y todo lo ve, o ¿Es que acaso esta es tu voluntad para mí? Siento que ya no estoy en el universo, ¿Acaso morí?, ¿Me rendí?, si es así díctame tu sentencia. No puedo esperar más tiempo, júzgame como tu solo lo sabes hacer.

Admito que todo eso fue lo pensé mientras colgaba de aquella esclavitud, mi mente colapso y me di por vencido, ¿Cómo no? Si estoy arrodillado con las manos hacia arriba, tenía mi cuerpo entumecido y mucha hambre, llegue a pensar que Dios me había abandonado, que la humanidad se había desecho de mí, que mis colegas me habían dado la espalda y que mis padres no me perdonaban. Eso creí hasta que esa luz apareció ante mí, las cadenas se sintieron ligeras, sentía una presencia, oí unos pasos y escuché una voz, se me cayó la venda y vi una dicha, quedé sin habla, realmente pensaba que estaba solo, pero no, estuve acompaño todo el tiempo. Gracias, gracias por ser el único en quedarte a mi lado. . .

CAPITULO I

INJUSTICIA

Sumergidos en una gran ola de oscuridad y desgracia, traída por aquellas personas que pecaban sin consentimiento, la avaricia, la envidia, la soberbia, la gula, la lujuria y la ira. Era lo único que abundaba en este pueblo, con solo caminar por las inmensas calles podrías sentir esa mala vibra que cada vez iba creciendo más, no sólo eso, sino el desespero y la preocupación en carne viva, no había comida, ni luz, ni agua, no había absolutamente nada. Era lógico que la gente ya no creía en nada ni en nadie, por lo que surgían muchísimas preguntas. ¿Quién podría ayudarnos?, ¿por qué nosotros?, ¿existe realmente un Dios que todo lo ve y que todo lo sabe? Yo creía al igual que todos en esas preguntas, pero sabía que no podía perder la fe, hasta que. . .

Ella, esa mujer apareció enfrente de mi con una expresión que mostraba lastima, no solamente hacía mí, sino para todos aquellos individuos que nos encontrábamos en esa situación, recuerdo que era una mujer muy hermosa. Su cabello era de color champaña y esos ojos que resaltaban con la luz de la luna de un tono grisáceo, tan preciosos como una gema, tan brillantes como el oro, una muchacha de piel blanca pálida, recuerdo que no era muy alta, por lo tanto, era de estatura promedio al de las demás chicas, con una cálida voz tan suave que parecía susurrar cada palabra que salían de esos preciosos labios carnosos de tonalidad rosa. Yo quería saber su nombre, pero sentía como mi cuerpo se iba adormeciendo con el transcurso del tiempo, las oraciones que soltaba aquella joven se desvanecían cada vez que cerraba mis ojos con un simple parpadeo y caía en un profundo sueño.

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