IMPACTO DE LA PRIMERA Y SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
carolinaCG11 de Diciembre de 2012
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En la entrega anterior, recorrimos el impacto de la “Gran guerra” en nuestro continente y de que manera los Estados Unidos iniciaron su camino hegemónico en la región. En esta 2ª parte, producida la 2ª Guerra Mundial, analizaremos los alcances del Plan Marshall, el ascenso de la economía norteamericana y el papel que ocupó Latinoamerica en el nuevo orden mundial.
De forma activa o pasiva, países de todos los continentes se vieron implicados o afectados por la segunda guerra mundial, una contienda en la que naciones con siglos de civilización se enfrentaron en una escala destructiva sin precedentes.
La segunda guerra mundial fue un conflicto armado que se extendió prácticamente por todo el mundo entre los años 1939 y 1945. Los principales beligerantes fueron, de un lado, Alemania, Italia y Japón, llamadas las potencias del Eje, y del otro, las potencias aliadas, Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos, la Unión Soviética y, en menor medida, la China. La guerra fue en muchos aspectos una consecuencia, tras un difícil paréntesis de veinte años, de las graves disputas que la primera guerra mundial había dejado sin resolver. La frustración alemana después de la derrota y los duros términos del Tratado de Versalles, junto con la intranquilidad política y la inestabilidad social que afectaron crecientemente a la república de Weimar, tuvieron como resultado una radicalización del nacionalismo alemán. De esta forma se produjo el advenimiento al poder de Adolf Hitler, jefe del Partido Obrero Alemán Nacional Socialista (NSDAP), o partido nazi, de ideología totalitaria, ultranacionalista y antisemita.
Después de hacerse otorgar plenos poderes en 1933, Hitler, que había asumido el título de Führer o caudillo del Tercer Reich, impulsó el rearme secreto de Alemania. Aprovechó la falta de decisión de las potencias europeas para oponerse activamente a sus designios y ordenó la ocupación militar de Renania en marzo de 1936, decisión que contravenía unilateralmente el Tratado de Versalles.
En ese mismo año, Benito Mussolini, el dictador fascista de Italia, que ya se había embarcado en una agresión a Abisinia (Etiopía), firmó con Hitler un acuerdo secreto germano-italiano que daría lugar al establecimiento del Eje Roma-Berlín. Al año siguiente, Italia se unió al pacto que Alemania y Japón habían firmado en 1936. Fue el llamado pacto tripartito. Alemania e Italia intervinieron, en nombre del anticomunismo, en la guerra civil española iniciada en 1936.
Para introducirnos en lo que fue la Segunda Guerra Mundial, creemos necesario, en planos generales, considerar cuales fueron las cifras que posibilitaron el hecho.
Estados Unidos fue el país que destinó más dinero a la guerra: el gasto aproximado fue de 341.000 millones de dólares, incluidos 50.000 millones asignados a préstamos y arriendos; de éstos, 31.000 fueron destinados a Gran Bretaña, 11.000 a la URSS, 5.000 a China y 3.000 fueron repartidos entre otros 35 países. La segunda nación fue Alemania, que dedicó 272.000 millones de dólares; le sigue la URSS con 192.000 millones; Gran Bretaña, con 120.000 millones; Italia, con 94.000 millones; y Japón, con 56.000 millones. No obstante, a excepción de Estados Unidos y algunos de los aliados menos activos desde el punto de vista militar, el dinero empleado no se aproxima al verdadero coste de la guerra. El gobierno soviético calculó que la URSS perdió el 30% de su riqueza nacional. Las exacciones y el saqueo de los nazis en las naciones ocupadas son incalculable. Se estima que el importe total de la contienda en Japón ascendió a 562.000 millones.
El proceso de independencia de las colonias europeas en el mundo.
La Segunda Guerra Mundial transformó profundamente la relación entre las metrópolis europeas y sus colonias. La guerra puso de manifiesto la fragilidad de los imperios, minados, por añadidura por el fermento de las ideas nacionalistas que se habían desarrollados en las colonias durante el conflicto. Algunas de las potencias colonialistas habían sido derrotadas y humilladas: ante la embestida japonesa, por ejemplo, los imperios de Inglaterra, Francia y Holanda en el sudeste asiático se habían derrumbado sin resistencia.
Los estados europeos arruinados por la guerra, se hallaban cargados de pesadas deudas. No tenían la fuerza necesaria para mantener un imperio colonial ni los capitales necesarios para asegurar en desarrollo de la defensa de sus colonias.
Si bien los dos grandes vencedores de la guerra, EEUU y la URSS, no tenían colonias en el sentido tradicional, necesitaban apoyo para su disputa de su hegemonía mundial. Por ello propiciaron el desarrollo de movimientos independentistas.
En muchos pueblos colonizados, las ideas de libertad políticas habían sido implantadas por los propios europeos. Por otra parte los integrantes de las elites locales, que habían estudiado en París o Londres, experimentaron las diferencia entre la situación europea y el estado de sujeción de los países de origen. Distintos grupos sociales, elites autóctonas y partidos políticos organizados de manera semejante a los de las metrópolis, asumieron entonces, la tarea de llevar a cabo la acción liberadora.
Diversos factores, como la situación geopolítica de las colonias, la forma en que se había implementado el colonialismo, las influencias recibidas por los movimientos de liberación y la actitud de las metrópolis, determinaron diferentes formas de liberación según los países (pacíficas y violentas).
…”Es lógico que los Estados Unidos hagan todo lo que esté a su poder para ayudar al mundo a reencontrar la salud económica mundial sin la cuál no se puede haber ni estabilidad política ni paz asegurada. Nuestra acción no está dirigida contra ningún país ni contra ninguna doctrina, sino contra el hambre, la pobreza, la desesperación y el caos. Sus metas deben ser el renacimiento de una economía sana en el mundo para permitir el establecimiento de condiciones políticas, sociales propicias para el funcionamiento de las instituciones libres”…
(Discurso del Gral. Marshall en la Universidad de Harvard, junio de 1947)
El Plan Marshall
La finalización de la 2º Guerra Mundial tuvo, entre otras cosas, dos consecuencias fundamentales: el avance de la URSS como potencia decidida a competir cada vez más sólidamente la hegemonía con EEUU y el deterioro económico de Europa Occidental. Junto a estos dos hechos, subsiste el afianzamiento ininterrumpido de EEUU, beneficiario de las dos Grandes Guerras y máximo exponente del capitalismo industrial y financiero de Occidente.
En los últimos años del segundo conflicto mundial, y en los primeros de la posguerra, la URSS había consolidado sus dominios sobre los países de la Europa Oriental, acción facilitada por la Conferencia de Yalta, y todos sus pasos hacían suponer que sus intenciones, de influir en el resto del continente no se detendrían. A principio de 1947 Moscú alentaba la guerra civil en Grecia y pretendía imponerse a Turquía. El 27 de febrero de 1947 el gobierno inglés informó a Washington su imposibilidad financiera para mantener sus tropas en estos dos países. El 12 de marzo del mismo año, el presidente Truman dirigió un mensaje al Congreso norteamericano en el que anunciaba que se opondría a la injerencia de la URSS en Turquía y Grecia, al mismo tiempo que sentaba las bases de lo que sería el Plan Marshall, al manifestar que la única forma de detener el empuje comunista era, ayudando a los países europeos a salir del problema económico y financiero en el que se encontraban, como consecuencia de la Guerra Mundial y de los años de crisis anteriores al conflicto.
Además de esta situación, los norteamericanos veían que los países europeos, fundamentalmente Francia e Inglaterra, habían iniciado en los años precedentes, una política de nacionalización de la gran industria y la banca acompañada por la implantación de medidas proteccionistas que los aislaban del mundo occidental y se hacía cada vez más vulnerables a la influencia del comunismo, a lo que contribuía el bajo nivel económico.
Todos estos hechos fueron comprendidos por los dirigentes de EEUU y fundamentalmente por el general Marshall, secretario de estado de la administración de Truman y por el subsecretario Deam Achenson. Vislumbraron que la única forma de mantener a Europa Occidental fuera de la órbita comunista era logrando su reconstrucción económica, básica para su alineamiento político, junto al mundo capitalista. De a cuerdo a esto fundamentos el secretario de estado formula el Plan Marshall, que no consistió sólo en una ayuda financiera los países europeos del oeste, sino que tendió a encausarlos en los principios del liberalismo económico y en la solidaridad y cooperación continental.
El 5 de junio de 1947, el general Marshall pronunció su discurso en la Universidad de Harvard y por medio de él hizo una exhortación a los europeos para que desarrollaran una economía libre de trabas nacionalistas. Al mismo tiempo ofreció el apoyo desinteresado de los Estados Unidos con el fin de contribuir a crear una sólida economía europea que asegurará la paz mundial. A este ofrecimiento respondió Francia convocando en París a una reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de la URSS y Gran Bretaña. En la conferencia, que se realizó a partir del 27 de junio, se produjo el alejamiento de la URSS de las potencias occidentales al oponerse el ministro soviético Molotov al
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