Ideas Emancipadoras
adel13 de Septiembre de 2014
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IDEAS EMANCIPADORAS.
Concepciones, Valores, Propuestas y Lineamientos de:
Simón Bolívar
Bolívar, además de haber libertado a sus propios esclavos, dando el más digno ejemplo, dictó dos importantes decretos. Primero en Carúpano, al llegar del exilio haitiano, en cumplimiento de la promesa hecha a Petión por su extraordinaria ayuda, el 2 de junio de 1816 decreta "la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español en los tres siglos pasados", e impone a los nuevos ciudadanos la necesidad de luchar por la República, por lo que debían alistarse en las filas patrióticas "todo hombre robusto, desde la edad de catorce hasta los sesenta años".
La preocupación por cohesionar a los venezolanos, sin distingos de ninguna naturaleza será una constante en la actitud de Bolívar. En tal sentido, su discurso en el Congreso de Angostura es determinante: "... Yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la República", decía en esa oportunidad el 15 de febrero de 1819.
En los primeros meses de 1817, los patriotas, encabezados por Manuel Piar, sitiaron la ciudad de Angostura derrotando a Miguel de la Torre en la batalla de San Félix. Con este triunfo liberaron gran parte del territorio de Guayana. Finalmente, Angostura quedó en manos de los patriotas el 17 de junio de 1817 y desde ese momento, Guayana se convirtió en capital de la República.
Luego Bolívar, acompañado por Antonio José de Sucre, se dirigió hacia el sur de Colombia y el 7 de abril de 1822 derrotó a los realistas en Bombona, mientras Sucre lograba la victoria en Pichincha el 24 de mayo. Más tarde, el 6 de agosto de 1824, Bolívar logra su última hazaña militar en la batalla de Junín. Finalmente, Sucre derrota definitivamente a los españoles en Ayacucho el 9 de diciembre de 1824.
Simón Rodríguez
En Concepción (Chile), el eclesiástico Reinaldo Muñoz Olave en una obra que escribiera en el año 1822, sobre el Instituto de Literatura de Concepción, donde trabajó algún tiempo Don Simón, proyecta una imagen racionalista y anarquista de Rodríguez. "…leyó algunos autores anarquistas, y tomó de ellos algunas ideas avanzadas en materias políticas". Y luego continúa refiriéndose a: "La aversión que en los sectores eclesiásticos despierta Simón Rodríguez por su pensamiento e ideologías racionalistas".
El filósofo chileno José Victorino Lastarria escribe: "Rodríguez, como los reformadores europeos, tomaba como palanca de su reforma social la educación". Lastarria propone que el rechazo a las reformas educativas promovidas por Simón Rodríguez se debía, entre otras cosas, a la idea de unir conocimiento teórico y práctico, el cerebro y la mano. El educando, agrega Lastarria, tenía que participar en "fabricación de ladrillos, de adobes, de velas, y otras obras de economía doméstica". Como a sus clases asistían clases altas, medias y bajas, entonces los padres de los niños de las clases altas resentían que la educación incluyera trabajos prácticos como ferretería, carpintería o agricultura. Me parece que la idea central de Simón Rodríguez al enfatizar la unidad del cerebro y la mano es superar la división social del trabajo y promover el amor al trabajo.
Si quisiéramos encontrar diferencias entre Simón Rodríguez y Paulo Freire, sin duda que las hay. El iluminismo con el que se inicia la modernidad tiene muy en alto el valor de la ciencia y de la técnica. Las reformas educativas prohijadas por la revolución francesa ponían el énfasis en las ciencias y en los oficios como se dice la Enciclopedia. Era así porque la modernidad es laica y estaba en el esfuerzo de salir de la luz de la fe a la luz de la razón. Y esto mismo lo vemos en Simón Rodríguez. El énfasis en el trabajo manual conducía al aprendizaje de un oficio como la carpintería o la agricultura. Rodríguez aprovechó su larga estadía en Europa para aprender ciencias como la física o la química. También gustó del oficio de la imprenta. El afán de utilidad social era parte de la propuesta iluminista de la educación. Junto al aprecio por la ciencia va unida la secularización del pensamiento y el aprecio de valores humanísticos más que religiosos. Y aquí obviamente hay una diferencia grande entre Don Simón y Paulo Freire. El educador brasileño confesó que no había tenido necesidad de salirse del cristianismo para ser socialista o revolucionario. En cambio, Simón Rodríguez era agnóstico. Fue otro aspecto en el que chocó con la aristocracia y la burguesía andina de Chuquisaca. En los tiempos en que Simón Rodríguez vivió la ciencia era nueva y hasta revolucionaria y él participó de esa euforia. Para Simón Rodríguez la educación fundada en las luces de la razón incluía abiertamente la razón científica moderna. Hoy, sin despreciar la ciencia somos críticos con la ciencia misma, y esta sería la posición de Freire. Simón Rodríguez. En Europa, estudió las nuevas ciencias como la física y la química. “Lo más impactante es la integración, de las artes y los oficios; ahora ya no se trata de las artes liberales, de la gramática, de la filosofía, sino precisamente de las artes y los oficios que ya habíamos visto, primero tímidamente y después mas ardidamente, reivindicar su lugar y su dignidad en la formación y en la actividad del hombre.
El mismo título de la Enciclopedia es ya un programa revolucionario”. En lugar de artes liberales se implanta la ciencia experimental y las artes mecánicas. Y como hemos visto, Rodríguez le dio importancia al aprendizaje de oficios. Durante el periodo de la revolución francesa se introdujo una reforma educativa tendente a la promoción de la ciencia y la técnica. El afán de utilidad social era parte de la propuesta iluminista de la educación. La realidad social de los países latinoamericanos en que vivieron fue siempre el referente omnipresente de su pensamiento y su praxis. Para ambos pensadores la educación se inserta en los procesos de liberación latinoamericana. Para Freire la liberación es también búsqueda de utopía. Escribe Ángel Rama “La vigencia del pensamiento de Simón Rodríguez, que hoy resplandece intacto como si acabara de formularse para las sociedades del presente, se debe tanto a su constitutivo fundamento democrático, elaborado en el crisol optimista del iluminismo y de la revolución emancipadora, como al fracaso de los estados nacidos de la Independencia para llevar a cabo las doctrinas de redención social que animaron al movimiento liberador”. Simón Rodríguez llega en el momento de desaliento que siguió a la guerra de independencia y que llevó a Bolívar a exclamar “He arado en el mar”. Percibió los errores que se habían infiltrado en la práctica política y gubernamental latinoamericana. Las prácticas coloniales continúan después de la Independencia. Rodríguez piensa en las condiciones de un desarrollo propio, inventivo y no imitativo. No es el egoísmo individual el que debe triunfar, ni el afán de riquezas. La felicidad la encontramos acordando mi pensar con el pensar común. El interés general es lo que debe primar. La nueva sociedad debía fundarse en un nuevo orden social, superando las jerarquías sociales heredadas de la época colonial. La nueva base social debía ser democrática. En breve, el iluminismo de Simón Rodríguez se caracteriza por la confianza en la razón como potencia humana que nos faculta en el arte de pensar; creencia radical en la libertad humana no solo para pensar sino para dirigir la acción individual y social; fe en el poder transformador de la educación hacia una sociedad libre y justa.
El socialismo de Simón Rodríguez se caracteriza por sostener que la base de la sociedad es la industria; la importancia de infundir amor al trabajo; la idea de una nueva organización del trabajo; la necesidad de cierta regulación del mercado; la necesidad de cierta planificación económica; la urgencia de una mejor distribución de la riqueza; y la transición de un orden individualista a uno socialista mediante una minoría ilustrada. Acorde con su iluminismo y su socialismo es su teoría educativa: la unidad de la mano y el cerebro, es decir, la unidad del trabajo manual y la educación teórica desde la escuela elemental. La idea de educar la razón para que la sociedad se funde en la sensatez y la razonabilidad. Finalmente, la idea de que la educación es política en cuanto su deber es formar ciudadanos activos, partícipes de la vida ciudadana y política. En definitiva, Simón Rodríguez y Paulo Freire, partieron de circunstancias muy diferentes y utilizan lenguajes muy distintos, sin embargo, convergen en tesis significativas. Nuestra América es la preocupación principal de uno y de otro. La educación que surge desde condiciones de opresión y en la búsqueda de su posible liberación es una teoría y una práctica que implicó a ambos a lo largo de su vida comprometidas. Problematizar la realidad para salir de la conciencia ingenua es la estrategia pedagógica que en ambos casos puede percibirse. Usar la razón críticamente es un arma de lucha en la praxis educativa y socio-política. La educación en ambos pensadores está inspirada en valores e ideales éticos exigentes que comprometieron sus vidas totalmente. La esperanza de poder superar, con ayuda de la educación, todo lo indeseable de nuestras sociedades latinoamericanas es el gran mensaje que ambos dejaron a las generaciones presentes y futuras.
Ezequiel Zamora.
Líder de destacada participación en la Guerra Federal o Guerra Larga (1859-1863) como defensor de la idea de la Federación. Su vida se caracterizó por estar teñida
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