Interculturalidad: Encuentros y desencuentros en el Perú
dagomarzoTutorial19 de Julio de 2013
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Interculturalidad: Encuentros y desencuentros en el Perú[*]
Gustavo Solís Fonseca
Este trabajo comprende dos partes. La primera se refiere básicamente a interculturalidad, vista como conducta cultural y como preocupación social. La segunda parte hace una propuesta enumerativa de áreas culturales en el Perú, como espacios de posibilidades de interculturalidad.
I. CULTURA E INTERCULTURALIDAD
¿Que es cultura?
Por comodidad, respondemos la pregunta con algunas definiciones del concepto antropológico de cultura que transcribimos en seguida:
a « Una cultura es un conjunto de formas y modos adquiridos de concebir el mundo, de pensar, de hablar, de expresarse, percibir, comportarse, organizarse socialmente, comunicarse, sentir y valorarse a uno mismo en cuanto individuo y en cuanto a grupo. Es intrínseco a las culturas el encontrarse en un constante proceso de cambio ». (Heise, Tubino, Ardito: 1994 p.7)
b « Una cultura es una variedad de sistemas desarrollados por las sociedades humanas como medio de adaptación al ambiente en el cual se vive; como totalidad, un sistema cultural constituye el medio a través del cual el grupo al cual pertenece dicho sistema consigue su supervivencia como una sociedad organizada...» (Robert W.Young En: Abrahams y Troike, 1972.)
¿Que es interculturalidad?
La interculturalidad es la conducta cultural para desenvolverse en contextos de relación de culturas. Es una conducta de las personas o de los grupos humanos en situaciones de multiculturalidad. Se trata de un saber manejarse entre miembros de diferentes culturas con quienes se interactúa. La interculturalidad no implica a priori el "saber manejarse bien o mal", solo implica saber manejarse, pues una u otra alternativa específica dependerá de la política sobre interculturalidad que asumen las personas o los grupos humanos. Dicha política puede estar explícitamente formulada o, lo que es común, estará implícitamente vigente. En este contexto, el prefijo inter no hace referencia sino a la relación entre dos o más culturas, en que actúa el individuo o el grupo humano.
2. Caminos para la interculturalidad
La interculturalidad es, en tanto realidad, una realidad cultural; y como todo fenómeno cultural, la conducta intercultural se aprende sea como miembro de una determinada cultura, o de un grupo de culturas en contacto. Esa conducta intercultural puede tener una realización adecuada o no adecuada en su propósito de permitir desenvolverse en situaciones de interculturalidad. EI juicio sobre adecuación depende de un determinado sistema cultural.
La primera condición para que exista interculturalidad es el contacto de culturas. Pero para que la interculturalidad sea una conducta, lo que debe ocurrir es un proceso de aprendizaje, ya sea natural -como parte de la socialización de las personas- o planificado, es decir, formalmente.
Conviene aclarar que la educación en general puede ser intercultural y no ser bilingüe, tanto como puede ser bilingüe y no ser intercultural. La vigencia de cualesquiera de estas alternativas concretas responderá a políticas específicas que asumen las sociedades para la educación de sus miembros.
3. Los alcances de la interculturalidad
La interculturalidad tiene múltiples posibilidades. Por ejemplo, ella puede tener una práctica intracultural, es decir, puede ser un ejercicio que involucra a grupos que conforman subculturas dentro de una estructura mayor. Es el caso de una interculturalidad que tiene como componentes a las variedades de lo que se reconoce como una misma cultura. En esta perspectiva, todos en el mundo son por lo menos intrainterculturales, pues no es imaginable la existencia de culturas homogéneas. De otro lado, no todos en el mundo están en una relación intercultural, esto es, sus relaciones no involucran necesariamente a dos o más sistemas culturales diferentes. La multiculturalidad no implica necesariamente interculturalidad, pues las personas pueden mantener separadas las culturas de su multiculturalidad.
La globalización ha catapultado la conveniencia de la interculturalidad como conducta de los seres humanos, pues ha puesto frente a sí a personas de diferentes culturas, generando como consecuencia convicciones sobre conductas apropiadas para desenvolverse en el mundo globalizado. Si bien pareciera que nos dirigimos hacia un mundo de interculturalidad plena, tal vez con todas las culturas del mundo en contacto; avizoramos sin embargo que no todas las culturas ahora existentes tienen la misma posibilidad de ser componentes permanentes en la relación intercultural, ya que algunas están condenadas a la desaparición debido a las relaciones desiguales entre las sociedades respectivas, en las que se generan etnocentrismo, racismo, etnocidio, genocidio, o falta de autoestima.
La presunción sobre implicancia de homogeneidad cultural en el mundo, como consecuencia de la globalización, felizmente no es algo absolutamente seguro, pues tiene en contra la imposibilidad de la invariación cultural. Lo previsible es que la globalización generara necesariamente formaciones especificas de orden cultural, como parte del proceso normal de cambio del que no puede estar ajena ninguna cultura, menos la "cultural global" [1] .
4. La practica de la interculturalidad
Las relaciones interculturales que se establecen entre los grupos humanos pueden ser armónicas, pero también pueden estar marcadas por desequilibrios que hacen que dichas relaciones sean inequitativas, y atentatorias contra el desarrollo mismo de los grupos humanos. La discriminación peyorativa entre culturas es uno de los factores nefastos para las relaciones interculturales equitativas. Estas discriminaciones pueden implicar conductas racistas, antidemocráticas, genocidas, etnocidas, etc.
Algunos estudiosos señalan la vigencia de una interculturalidad negativa, con relaciones que no contribuyen a una convivencia armónica entre las culturas y los grupos humanos. Frente a la interculturalidad negativa tenemos aquella que busca formas de relación que amplían el conocimiento cultural sobre los otros, para que las personas y los grupos humanos puedan desenvolverse creativamente y con tolerancia en su ambiente multicultural. Asimismo, podemos hablar de una interculturalidad pasiva frente a una interculturalidad activa. En todo caso, es deseable para la construcción de la interculturalidad que los sujetos sean entes activos, antes que pasivos.
5. Educar en interculturalidad
Los seres humanos en los últimos tiempos han llegado a la convicción de la condición positiva de la práctica de la interculturalidad como estrategia de relación humana con miras a un desenvolvimiento armónico y creativo de las sociedades humanas. Este convencimiento induce a plantearse estrategias para el aprendizaje de la interculturalidad, entendida asta como practica de un tipo de relación entre miembros de distintas culturas, esencialmente positiva para el desarrollo humano. En tanto motivo de aprendizaje, la interculturalidad ha devenido objeto de preocupación de la actividad educativa, al mismo tiempo que sujeto de planeamiento en la tarea de enseñanza-aprendizaje. Muchos estados marcados por la multiculturalidad y el multilingüismo comenzaron a generar en las últimas décadas espacios de preocupación en sus sistemas educativos para enfrentar la educación de sus miembros teniendo en cuenta su realidad multicultural. Una estrategia para la interculturalidad ha sido imaginada desde lo que ahora se llama precisamente la Educación Intercultural bilingüe, pensada especialmente en vista de las limitaciones conceptuales de la llamada educación bilingüe e incluso de la educación bilingüe bicultural [2] . En el desarrollo de esta conceptualización tenemos a estudiosos latinoamericanos en posiciones descollantes, como es el caso del lingüista venezolano Esteban Emilio Mosonny, quien fue el primero en usar la expresión Educación Intercultural Bilingüe.
6. Aspectos de una Conducta intercultural positiva
No puede haber práctica intercultural positiva si es que los miembros de los grupos humanos no asumen una conducta de tolerancia hacia la diversidad cultural. La intolerancia niega al otro, haciendo que la relación intercultural sea prácticamente inexistente.
La tolerancia en si es insuficiente, pues solo asegura que el otro exista. Un paso más avanzado para propiciar la interculturalidad será el respeto mutuo de los componentes de la posible relación intercultural. Tolerancia y respeto hacen bastante, pero no todo. Se necesita un esfuerzo cognoscitivo y de comprensión del otro como diverso de uno para construir una relación intercultural creativa, duradera y positiva.
En el marco de tolerancia, conocimiento y comprensión del otro como diverso, los seres humanos estamos descubriendo y enriqueciendo nuestra percepción de la humanidad, reconociendo a la diferencia y a la especificidad como un derecho humano, tal vez el más importante, que esta en la base de la increíble diversidad de la vida misma en el planeta. A partir de esta aserción resulta fácil identificar a la diversidad como un bien intrínseco y como un recurso para el desarrollo de la vida y de las sociedades humanas.
7. Estrategias de interculturalidad
En los últimos tiempos comienza a hacerse presente en la preocupación de los estados la necesidad de plantearse políticas para el desarrollo de la interculturalidad. Es sintomático que estas preocupaciones surjan en los estados multilingües, como los
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