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Internamiento De Menores


Enviado por   •  25 de Enero de 2015  •  2.003 Palabras (9 Páginas)  •  257 Visitas

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PUNTO DE VISTA CRÍTICO DEL ACTUAL SISTEMA DE INTERNAMIENTO DE MENORES

Los derechos de los niños en su magnitud ha sido el tema de muchas personas e instituciones interesadas en el sano desarrollo de sus potencialidades, ya que con.ello se está preparando el futuro de una nación. Se han emitido leyes con programas que conllevan a controlar conductas que en su momento requieren la intervención de especialistas y condiciones para lograr el objetivo propuesto.

En el marco de esas condiciones legales y tratamiento especial, destacan los centros de internamiento, que aunque es la última opción en el tratamiento de conducta irregular, viene a ser en su momento la alternativa en el manejo niños de conducta irregular.

En otros países como México, Argentina y España, entre otros, han realizado un arduo trabajo en el tratamiento de niños en estos centros, pero hasta la fecha no han logrado la visión con la que fueron creados. En España por ejemplo, Amnistía Internacional ha expresado su profunda preocupación ante las denuncias que ha recibido sobre los abusos y violaciones de derechos humanos que sufren menores en algunos de estos centros. Entro otros, denuncian "violaciones de la intimidad, humillaciones, regímenes disciplinarios contrarios a las normas y tratados internacionales, castigos corporales, aislamiento forzado, contenciones físicas abusivas e, incluso, contenciones farmacológicas, todo ello prohibido" en los tratados internacionales, firmados y ratificados por España.

Igual situación han vivido en México, donde la revista jurídica BOLETIN MEXICANO DE DERECHO COMPARADO, en el capítulo V sobre LOS CENTROS DE INTERNAMIENTO DE LOS MENORES INFRACTORES, en su crítica sobre ellos afirma que: La escuela correccional tiene una historia asimétrica en relación a los tribunales de menores, mientras éstos se "perfeccionaban" e impartían justicia. Los lugares de internamiento eran y siguen siendo lugares de hacinamiento y cárceles en sentido estricto. Incluso con la reciente reforma de noviembre de 2005 al artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los lugares de internamiento de los menores problemáticos no se vislumbran cambios estructurales. Los centros de internamiento de menores han sido tutelados por varias secretarías del gobierno, cuando históricamente la escuelas correccionales deberían de pertenecer en buena lógica a la Secretaría de Educación Pública, esta afirmación es susceptible de demostrarse.

Lo anterior nos llama a reflexión sobre la realidad de los centros de internamiento de nuestro país donde la situación de nuestros niños infractores no cuentan con las herramientas necesarias para la ansiada reinserción social que tanto pregonan nuestros gobernantes.

En Honduras existen diferentes centros de internamiento para niños infractores de ley, los que en mayoría son manejados por el Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia, IHNFA, institución responsable de la protección de nuestra niñez en general. No obstante, la gran variedad de centros, los que más se relacionan con los infractores de ley son el Centro Pedagógico El Carmen, localizado en San Pedro Sula, Centro Renaciendo en Támara Francisco Morazán y el Centro Pedagógico Jalteva, localizado en el municipio de Cedros, Francisco Morazán.

Todos ellos son centros para niños que albergan a infractores de todo el país y que en muchos momentos se saturan y se vuelven insuficientes para satisfacer la demanda de esta población.

Además, de los centros anteriores, se encuentra el centro Sagrado Corazón de Jesús, ubicado en Támara, Francisco Morazán que alberga a niñas procedentes de diferentes lugares del país.

Si consideramos el crecimiento poblacional de Honduras y los altos índices de violencia que vivimos, donde los niños los niños absorben el ambiente, desarrollando conductas irregulares, es fácil interpretar que estos centros no llenan las expectativas para las que fueron creados, primero por su tamaño, que resultan insuficientes, la falta de logística y sobre todo por los maltratos que alii sufren por quienes tienen la responsabilidad de orientarlos para su reinserción.

En observaciones realizadas, informes escritos por investigadores e instituciones interesados en el bienestar de los niños infractores nos damos cuenta sobre los vejámenes que sufren los niños en condición de internados en calidad de infractores.

Leonel Casco Gutiérrez en su informe sobre la inspección sobre los centros de internamiento en los años 2005, nos relata la realidad que viven los niños aun en este momento. En el expone las condiciones las condiciones físicas del centro, el maltrato que sufren los niños, la falta de atención y las casi nulas condiciones para su reinserción a la sociedad.

En uno de sus informes expone sobre los policías encargados de su protección, de ellos informa que ellos mismos no tienen seguridad, les entregan comida en mal estado, el alumbrado eléctrico es deficiente, su alimentación algunas está en mal estado, trabajan hasta setenta y dos horas continuas, su salario es bajo

Ante esta situación no se puede esperar un trabajo eficiente por parte de los policías, al contrario en el mismo informe los niños internos expresaron lo siguiente ante la pregunta de los investigadores: Las colchonetas que hace mes nos entregaron fueron decomisadas por los policías hicieron un cateo y nos golpearon salvajemente; esta acción represiva es permanente. Otro menor de 16 años relata que desde hace tres meses es víctima de torturas por un policía apodado El Quemado. La primera vez lo torturaron a las tres de la mañana, poniéndole la capucha con cal por varias veces, se asfixiaba, se desvanecía y el policía lo reanimaba con agua para ponerle la capucha de nuevo. El menor reconoce que el motivo fue por haberle encontrado dos puritos de marihuana que se lo había comprado a un instructor del centro y le quería sacar la verdad a la fuerza.

En otra ocasión lo golpeó con un cabo de hacha con golpes en el cuerpo y puso dos nuevas veces la capucha.

Otros menores relataron entre sesenta y ochenta policías del centro penitenciario cercano al centro de Renaciendo ingresan por la noche a los módulos a practicar torturas con ellos, los golpean salvajemente; les meten la cara a los servicios sanitarios llenos de heces fecales, los arrastran por el piso y caminan encapuchados para no ser reconocidos.

En las peticiones de los menores solicitan mejoras en las condiciones físicas, se defienden de los cuestionamientos de que ellos destruyen los

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