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Josep Puig I Cadafalch (Contexto Histórico, Vida Y Obras)

Caresc3 de Diciembre de 2012

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CONTEXTO HISTÓRICO

Industrialización

Durante la segunda mitad del s.XIX Cataluña sufrió un proceso de industrialización adelantado al resto del país que provocó una época de auge económico y desarrollo industrial y urbano.

En Barcelona se produjo un periodo destacado en la vida económica de la ciudad fue la llamada febre d'or (fiebre de oro), que se dio tras la restauración de Alfonso XII en el trono español, una vez fracasada la I República. Se inició un clima de especulación financiera a través de las sociedades de crédito, al tiempo que continuó la expansión de la industria textil y metalúrgica, surgieron nuevas empresas energéticas (gas y electricidad) y grandes navieras.

Transformaciones urbanas

Paralelamente a los procesos industriales, Barcelona vivió a lo largo del siglo XIX una amplia serie de transformaciones urbanas: se reordenó el centro con la remodelación de varias calles y plazas. Se acondicionó el puerto. Un hito en la urbanización de la ciudad fue el derribo de las murallas en 1854, tras muchos recelos por parte del gobierno central, pero que era indispensable por el crecimiento de la población y para salvaguardar la salud pública. También cabe destacar la generalización del alumbrado a gas desde 1842, y la instauración de un sistema de transporte público con la aparición de los primeros tranvías desde 1872.

Pero sin duda el gran acontecimiento urbano de la Barcelona del siglo XIX fue el proyecto de ensanche (Eixample) de ldefons Cerdà: en 1859 el Ayuntamiento nombró una comisión para fomentar un concurso de proyectos de ensanche de la ciudad. El concurso fue ganado por Antoni Rovira, pero el Ministerio de Fomento intervino e impuso el proyecto de Cerdà, autor de un plano topográfico del llano de Barcelona y un estudio demográfico y urbanístico de la ciudad. El Plan Cerdà instituía un trazado ortogonal, con un sistema de calles rectilíneas de orientación noroeste-sureste, de 20 metros de anchura, cortadas por otras de orientación suroeste-noreste paralelas a la costa y a la sierra de Collserola. Quedaban así delimitadas una serie de manzanas de planta octogonal, de 113,3 metros de lado. El plano preveía la construcción de varias avenidas principales.

Otro gran acontecimiento urbanístico y social fue la celebración de la Exposición Universal de 1888, gracias a la cuál se urbanizó una gran extensión de terreno y mejoró infraestructuras en toda la ciudad. Tras su cierre, quedaron en pie varios edificios y también se construyeron otros edificios. Con esta celebración, Barcelona aprendió que la organización de grandes eventos internacionales no sólo le facilitaba la urbanización de la ciudad, sino que le reportaba multitud de visitantes y proyección internacional.

Resurgimiento cultural

La prosperidad económica y la pujanza social de la capital catalana favorecieron un resurgimiento de la cultura catalana, la llamada Renaixença (Renacimiento). Debido a la influencia del romanticismo, se revalorizó la lengua catalana como vehículo de expresión propio, lo que conllevó un nuevo sentimiento de conciencia nacional y de especificidad de la cultura catalana. Otro acontecimiento cultural de gran relevancia fue la construcción del Teatro del Liceo, terminado en 1847, promovido por la sociedad Liceo Filarmónico-Dramático Cultural Barcelonés.

Esta nueva inquietud cultural necesitaba un vehículo de expresión: el modernismo. En sus inicios, el modernismo encontró la inspiración en la arquitectura historicista, ya que para los artistas modernistas la vuelta al pasado suponía una reacción contra las formas industriales impuestas por los nuevos adelantos tecnológicos producidos con la Revolución Industrial. La utilización de los estilos del pasado supone una regeneración moral que permite a la nueva clase dirigente, la burguesía, identificarse con unos valores que identifican como sus raíces culturales. Asimismo, el resurgir de la cultura catalana con la Renaixença llevó a adoptar las formas góticas como estilo “nacional” de Cataluña, con la pretensión de conjugar nacionalismo y cosmopolitismo, de integrarse en la corriente modernizadora europea. La obra de Antoni Gaudí (Parque Güell, Casa Batlló, Casa Milà, cripta de la Colonia Güell, Templo Expiatorio de la Sagrada Familia), Lluís Domènech i Montaner (Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, Palacio de la Música Catalana) o Josep Puig i Cadafalch (Casa Amatller, Casa Terrades) supondrá un gran impulso para la imagen de la ciudad.

Fin de siglo: inestabilidad política y expansión territorial

A nivel político, el fin de siglo fue una época turbulenta y de gran agitación social: se consolidó el catalanismo, esta tendencia política fue mal vista por los sectores conservadores españoles y, sobre todo, el ejército: en 1905 un grupo de oficiales asaltó la sede del diario La Veu de Catalunya y del semanario satírico Cu-Cut! y, en vez de ser reprendidos por su acción fuera del orden social, el gobierno central suspendió las garantías constitucionales en Cataluña.

Entre finales del siglo XIX y principios del XX se sucedieron las revueltas y proliferó la realización de atentados con bomba.

Otro factor de consideración a finales de siglo fue el crecimiento demográfico: se pasó de 272.481 habitantes en 1887 a 533.000 en1900, hecho propiciado por el aumento de la inmigración a causa de la demanda de mano de obra para la Exposición Universal. También cabe destacar la urbanización de la montaña del Tibidabo a partir de 1901. En total, el término municipal pasó de 15,5 a 77,8 km2, con una población en el cambio de siglo cercana a 750.000 habitantes, gracias a la incorporación de varios municipios al Ayuntamiento de Barcelona.

La anexión de los nuevos municipios planteó la necesidad de un plan de enlaces de la ciudad, que salió a concurso público en 1903, siendo ganado por el urbanista francés Léon Jaussely. El plan de Jaussely –realizado parcialmente– preveía unos cinturones de ronda y la apertura de espacios verdes, directrices que marcaron la expansión urbanística barcelonesa durante el siglo XX.

El s.XX

El siglo se inició en el mismo ambiente de confrontación social que había caracterizado la sociedad barcelonesa los años anteriores. En 1909 se produjo un suceso de especial relevancia: la Semana Trágica. Los años que siguieron fueron nuevamente de agitación social.

La dictadura de Primo de Rivera

Este ambiente de conflictividad propició un golpe de estado el 13 de septiembre de 1923, realizado por el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, que contó con el apoyo del rey Alfonso XIII. La nueva dictadura eliminó las instituciones democráticas, e inició una feroz represión de las organizaciones sindicales. Suprimió la Mancomunitat (institución fundada en1914 a instancias de la Lliga Regionalista, que tenía competencias sobre ciertos ámbitos administrativos y de fomento cultural), y prohibió el uso del idioma catalán y de la bandera catalana.

El principal evento de esta época fue la Exposición Internacional de 1929, celebrada en Montjuïc. Para este acontecimiento se urbanizó toda la zona de la Plaza de España, y se construyeron los pabellones que acogen actualmente la Feria de Barcelona. La Exposición tuvo lugar del 20 de mayo de 1929 al 15 de enero de 1930, sobre una superficie de 118 hectáreas. Además del recinto ferial, la muestra dejó numerosos edificios e instalaciones, algunos de los cuales se han convertido en emblemas de la ciudad, como el Palacio Nacional, la Fuente Mágica, el Teatre Grec, el Pueblo Español y el Estadio Olímpico. También se construyó el Metro de Barcelona, inaugurado inicialmente en 1924 y ampliado en 1926, que unía el centro de la ciudad con el recinto de la exposición. Igualmente, se construyó un funicular para acceder hasta lo alto de la montaña, así como un Transbordador aéreo para acceder a la misma desde el Puerto de Barcelona (aunque fue inaugurado posteriormente, en 1931).

Como ocurrió en 1888, la Exposición de 1929 supuso un gran impacto para la ciudad de Barcelona a nivel urbanístico, no sólo en la zona de Montjuïc, por toda la ciudad se realizaron obras de mejora y acondicionamiento. También se realizaron diversas obras públicas: se mejoró el asfaltado de calles y el alcantarillado, se instalaron lavabos públicos y se sustituyó la iluminación de gas por la eléctrica. Asimismo, se remodelaron diversos edificios, como el Ayuntamiento o la Generalidad . Se terminaron el edificio de Correos y la Estación de Francia, que llevaban varios años en obras. Asimismo, se construyó el Palacio Real de Pedralbes como residencia de la familia real. Durante esa época se construyó asimismo el primer rascacielos de Barcelona, el edificio de Telefónica en la esquina Fontanella/Portal del Ángel, obra de Francesc Nebot.

Por último, se mejoraron las comunicaciones de la ciudad, con la construcción en los años 1920 del Aeropuerto del Prat, la supresión de los pasos a nivel dentro de la ciudad, la mejora de los enlaces con los barrios periféricos de la ciudad y la electrificación de los tranvías públicos. Todas estas obras públicas comportaron una fuerte demanda de empleo, provocando un gran aumento de la inmigración hacia la ciudad condal, proveniente de todas partes de España. Asimismo, el aumento de población conllevó la construcción de diversos barrios obreros de "casas baratas".

Josep Puig I Cadafalch

(17 de Octubre de 1867 – 23 de Diciembre de 1956)

Arquitecto Modernista afínales del siglo XIX y principios del

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