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Juicio Sano


Enviado por   •  3 de Junio de 2012  •  2.398 Palabras (10 Páginas)  •  483 Visitas

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“El fin de todas las cosas se ha acercado. Sean de juicio sano, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones.” (1 PEDRO 4:7.)

“RECIBÍ una llamada de Dios durante la última oración esta noche. Me reveló que 116.000 personas ascenderán al cielo, y que las tumbas de 3.700.000 creyentes fallecidos se abrirán hacia el cielo.” Eso fue lo que dijo un guía de la Mission for the Coming Days (Misión para los días venideros) la noche del 28 de octubre de 1992, día en el que, según habían profetizado, ocurriría el ajuste de cuentas. Sin embargo, llegó el 29 de octubre y nadie había ascendido al cielo ni se había abierto ninguna tumba. En vez de ser arrebatados al cielo, aquellos coreanos creyentes en el día del juicio final despertaron a un día como cualquier otro. Las fechas para la venida del fin del mundo han llegado y han pasado, pero los pronosticadores no se han desanimado. ¿Qué han de hacer los cristianos al respecto? ¿Deben dejar de creer que el fin está muy cerca?

2 Para contestar estas preguntas, pensemos en la ocasión en que Jesús habló en privado con sus discípulos. En el distrito de Cesarea de Filipo, al nordeste del mar de Galilea, frente al espectacular fondo que proporcionaba el majestuoso monte Hermón, oyeron a Jesús decir claramente que se le daría muerte. (Mateo 16:21.) También les habló de otros asuntos serios. Después de explicarles que el ser discípulo significa llevar una vida de abnegación constante, advirtió: “El Hijo del hombre está destinado a venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su comportamiento”. (Mateo 16:27.) Jesús habló de una venida futura. Sin embargo, esta vez vendría como Juez. En ese tiempo todo dependería de si encontraba a la persona siguiéndolo fielmente o no. El veredicto de Jesús se basaría en el comportamiento de la persona, sin importar cuántos bienes materiales tuviera. Sus discípulos habían de tener este hecho muy presente. (Mateo 16:25, 26.) Por eso, es Jesucristo mismo quien dice a sus seguidores que esperen su gloriosa venida y su juicio.

3 Lo que Jesús dice a continuación demuestra que su venida futura es segura. Declara con autoridad: “En verdad les digo que hay algunos de los que están en pie aquí que de ningún modo gustarán la muerte hasta que primero vean al Hijo del hombre viniendo en su reino”. (Mateo 16:28.) Esas palabras se cumplen seis días después. Una brillante visión de la transfiguración de Jesús asombra a sus discípulos allegados. Ven efectivamente que el rostro de Jesús resplandece como el sol, y su vestidura se vuelve lustrosamente blanca. La transfiguración fue una vista por anticipado de la gloria y el Reino de Cristo. ¡Qué fortalecedora confirmación de las profecías acerca del Reino! ¡Qué gran incentivo para que los discípulos fueran de juicio sano! (2 Pedro 1:16-19.)

¿Por qué es urgente que seamos de juicio sano?

4 Menos de un año después de la transfiguración, Jesús está sentado en el monte de los Olivos conversando otra vez en privado con sus discípulos. Mientras contemplan la ciudad de Jerusalén, Jesús explica cuál será la señal de su presencia futura, y luego advierte: “Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor”. Sus seguidores han de mantenerse alerta constantemente porque no se sabe cuándo vendrá Jesús. Tienen que estar preparados para cuando suceda. (Mateo 24:42.)

5 La venida del Señor es similar a la de un ladrón. Jesús dice ahora: “Mas sepan una cosa, que si el amo de casa hubiera sabido en qué vigilia habría de venir el ladrón, se habría quedado despierto y no habría permitido que forzaran su casa”. (Mateo 24:43.) Un ladrón no le dice al amo de casa cuándo llegará; su arma principal es la sorpresa. Por ello, el amo de casa tiene que estar en guardia constantemente. Sin embargo, la vigilancia incansable del cristiano fiel no se debe a ninguna aprensión. Más bien, es debida a que espera con anhelo la venida de Cristo en su gloria para introducir un Milenio de paz.

6 Aunque seamos vigilantes, nadie jamás podrá determinar con antelación el día exacto en que vendrá Jesús. Él dice: “Por este motivo, ustedes también demuestren estar listos, porque a una hora que no piensan que es, viene el Hijo del hombre”. (Mateo 24:44.) Por eso es necesario que seamos de juicio sano. Un cristiano pudiera pensar que Cristo no vendrá en cierto día, y quizás ese sea precisamente el día de su venida. En el pasado, fieles cristianos bienintencionados han intentado predecir con sinceridad cuándo vendrá el fin. Sin embargo, vez tras vez ha resultado verídica la advertencia de Jesús: “Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre”. (Mateo 24:36.)

7 Por lo tanto, ¿a qué conclusión debemos llegar? Para ser seguidores de Cristo, tenemos que vivir teniendo presente que el fin de este inicuo sistema es inminente.

8 Esta actitud ha sido siempre una característica de los cristianos, como bien lo reconocen los historiadores y los escriturarios. Por ejemplo, los autores de The Translator’s New Testament (El Nuevo Testamento de los traductores) dicen lo siguiente en su glosario bajo la palabra “Día”: “Los cristianos de los tiempos del N[uevo] T[estamento] vivían a la espera del Día (es decir: el tiempo) en que el mundo actual y toda su maldad e iniquidad serían eliminados, y en el que Jesús regresaría a la Tierra para juzgar a la humanidad, introducir una nueva era de paz y empezar su Señorío sobre todo el mundo”. La Encyclopædia Britannica comenta: “La extraordinaria expansión del cristianismo por toda la Tierra tiene que ver directamente con la expectación cristiana del tiempo del fin, relacionada con la expectación inminente del regreso de Cristo. La expectación cristiana del tiempo del fin nunca consistió sencillamente en un anhelo pasivo de la venida del Reino de Dios”.

Qué significa ser de juicio sano

9 Aunque habían pasado unos treinta años desde que Jesús mantuvo esas conversaciones privadas con sus discípulos más allegados, el apóstol Pedro no se cansó de esperar la venida del fin. A pesar de que sus expectativas iniciales y las de sus compañeros discípulos eran erróneas, siguió confiando en que el amor y el poder de Jehová garantizaban la realización de su esperanza. (Lucas 19:11; 24:21; Hechos 1:6; 2 Pedro 3:9, 10.) Pedro expresa una idea que se repite en las Escrituras Griegas: “El fin de todas las cosas se ha acercado”. A continuación insta a sus compañeros cristianos: “Sean de juicio sano, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones”. (1 Pedro 4:7.)

10 Ser de “juicio sano” no significa

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