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Jóvenes Y Política.


Enviado por   •  31 de Mayo de 2012  •  1.415 Palabras (6 Páginas)  •  1.947 Visitas

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Como joven es muy difícil criticar a tus pares, sin embargo hay que tener en cuenta que sólo es un punto de vista que puede perfectamente disentir de otros, tal vez más ciertos que éste. Pero qué pasa realmente con los jóvenes de nuestro país, donde la participación política y social es prácticamente nula, realmente somos tan despreocupados por el bien común de una sociedad con sus virtudes y defectos como la nuestra, por qué nos da lo mismo el desarrollo político, legislativo y social de un país, pero no de cualquier país, sino de Chile, nuestra nación, nuestro hogar.

Al plantear nuevamente la pregunta respecto al desinterés de la juventud por la política, si es un mero capricho o una justificada decisión, creo que las dos situaciones se acercan a la génesis de la problemática.

Al analizar el contexto del mero capricho juvenil se puede apreciar que los jóvenes muchas veces sentimos que la política es una mierda, pero no hacemos absolutamente nada por cambiarla. Nos quedamos sentados viendo la televisión mientras se discuten en el Congresos leyes que van a regir nuestra vida y la de nuestros futuros hijos y nietos perfectamente, no somos capaces de alzar la voz y decir coherentemente lo que pensamos del sistema de educación pública, del servicio hospitalario, de una posible renacionalización del cobre, por qué no tenemos opinión, la que sea, respecto a temas de libertad sexual reproductiva de las mujeres como el aborto o la píldora del día después, por qué dejamos que señores que no hemos visto en nuestras vidas decidan por todo un país sin mayores obstáculos en el camino, y a nosotros nos da prácticamente lo mismo.

Realmente nosotros los jóvenes estamos en un estado de inercia y egoísmo donde lo único que nos interesa es nuestro metro cuadrado, pero no tenemos idea si nuestro vecino está pasando hambre, ni siquiera somos capaces de saludar o regalar una sencilla sonrisa a esas personas que vemos todos los días en nuestro barrio, en los colegios, en la plaza donde sea, nos importa tan poco el bien común que nos da lo mismo que jóvenes como cualquiera se suiciden día tras día, o nos da lo mismo que sigan los abusos descarados de las autoridades que nosotros mismos elegimos en su momento, creo que es hora de reaccionar.

Al preguntar a jóvenes qué opinión les merece la política nacional, ellos responde la conocida frase: “no estoy ni ahí”, pero si no nos interesa lo que pasa a nivel político, de una u otra manera somos cómplices de la descarada sinvergüenzura que cometen nuestros políticos y al mismo tiempo los avalamos. Si nos diéramos el tiempo de dejar un momento de lado el computador, la televisión, y nos interesemos por mejorar este sistema, por informarnos de la actualidad nacional, y que pueda florecer en nosotros esa motivación, utópica tal vez, de cambiar el mundo, ahí recién vamos a ser útiles a nuestra nación, a nuestras familias.

Perfectamente esta apatía con la política es por situaciones como ésta, de la falta de motivación y por el egoísmo presente en nuestras vidas, por ende se hace tan fácil criticar desde afuera, sin atreverse a dar soluciones y aportar por menor que sea desde adentro.

Y al analizar el segundo argumento de un justificado malestar, también es muy válido discutirlo, porque motivos hay de sobra para tener nauseas al hablar de política y de políticos. Es realmente sorprendente ver como nuestra política cada vez más se privatiza y se hace patrimonio personal de señores ABC 1, que viven en el sector oriente de la capital, pero que de necesidades campesinas, de los problemas de salud rural no tienen la mínima idea. Ver a nuestros políticos hacer el ridículo, como verdaderos payasos de circo de baja categoría, acusándose unos con otros de sus errores pasados, ver la agresividad que utilizan, las descalificaciones con el fin de conseguir su ansiada victoria, de satisfacer sus antojos de ilimitado poder, da, objetivamente, asco.

Es muy probable que los culpables de que los jóvenes no participen activamente en temas de contingencia política sea de los mismos políticos, quienes son capaces de declararse verdaderos dioses y ofrecer solucionar los problemas de la gente, pero por otro lado se ríen de lo idiota que somos al creer en sus interesadas ofertas, porque es de más decir que

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