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LA CORRUPCION


Enviado por   •  7 de Octubre de 2013  •  7.945 Palabras (32 Páginas)  •  230 Visitas

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DESARROLLO

LEY DE LA CORRUPCION

1. La corrupción en Venezuela. Aspectos resaltantes en general

Simón Bolívar en 1813 cuando luchaba en la Guerra de independencia contra España firmo un decreto en el que estipulaba la pena de muerte para quienes fueran hallados culpables de corrupción en la primera República de Venezuela. Once años después en 1824 firmo un segundo decreto y dos años más tarde o sea en 1826 firma un tercer decreto en donde definía la corrupción como “ la violación del interés público” y establecía la pena de muerte para “todo funcionario público culpable de robar diez pesos o más”. El segundo artículo del decreto firmado en 1824 estipulaba que “los jueces quienes debiendo ejecutar este decreto no lo hagan serán ajusticiados. La historia de Venezuela sin embargo en los últimos 180 años estuvo caracterizada por la presencia intensa e incesante de la corrupción en la administración pública. En 1875, el Ministerio de Finanzas venezolano, durante la dictadura de Antonio Guzmán Blanco, confesó: “Venezuela no sabe cuánto debe y a quién.... los libros del país tienen un atraso de 20 años…”. Cien años más tarde, durante la presidencia de Luis Herrera, el contralor general describía la administración pública de su país casi en los mismos términos, como “un sistema totalmente fuera de control”.

Entre 1909 y 1935 la dictadura de Juan Vicente Gómez, fue un período durante el cual el ejercicio de la corrupción se limitó a los colaboradores más cercanos al dictador y a sus familiares y amigos cercanos, ya que Gómez no precisaba elecciones para continuar en el poder y dirigía Venezuela como su hacienda personal. Los diez años que siguieron a su muerte constituyeron la primera década de verdadera democracia y transparencia en el sector público venezolano, gracias a sus sucesores, los generales Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, líderes profundamente democráticos a pesar de su trayectoria militar en el ejército de Gómez.

El general Medina Angarita fue depuesto en 1945 por un golpe de estado del partido Acción Democrática, respaldado por jóvenes oficiales del ejército. Entre 1945 y 1948, Acción Democrática llevó adelante, durante tres años, un gobierno bastante transparente bajo las breves presidencias de Rómulo Betancourt y del famoso novelista Rómulo Gallegos. En 1948, los jóvenes militares que habían apoyado a Acción Democrática tres años antes derrocaron a Gallegos. El líder del golpe, Marcos Pérez Jiménez, instituyó una dictadura militar que duró diez años. Durante esa década, la corrupción era considerable pero, en general, tal como durante los años de Gómez, se limitaba al círculo más cercano al dictador y se relacionaba, más que nada, con las comisiones que se obtenían mediante la contratación de obras públicas. La infraestructura del país recibió un fuerte impulso con la construcción de caminos, hospitales, universidades y edificios públicos.

Betancourt o el corrupto mayor, luego de acordar en Nueva York y posteriormente firmar el pacto maligno, donde intervinieron además del adeco, Jovito Villalba y Rafael Caldera, este último dueño de la Quinta que dio el nombre al convenio, donde se firmó el Pacto de Punto Fijo que para muchos fue la muerte de miles de Venezolanos, el saqueo de nuestras arcas, la entrega de nuestra dignidad y el arrodillamiento ante el imperio, se propuso marcar el sendero por donde debían transitar todos los gobiernos que lo sucederían, para muchos por los rieles de la corrupción, recordemos otra frase célebre de este fulano que lo delata “¡Que se me quemen las manos si toco el erario público!” esto lo dijo durante su presidencia en 1959, pocos días antes de que se le quemaran las manos en un atentado.

El creciente descontento de los oficiales del ejército excluidos del acceso a los fondos públicos venezolanos promovió una revuelta popular en 1958 que logró expulsar a Pérez Jiménez del poder. Entre 1958 y 1999, Venezuela tuvo más de diez presidentes elegidos democráticamente. Durante la primera mitad de este período, entre 1958 y 1975, el país experimentó una sucesión de gobiernos democráticos y gozó de un nivel aceptable de transparencia en la gestión de los activos nacionales. La consolidación de la democracia venezolana y la promoción de una sociedad caracterizada por una sólida clase media emergente fue el resultado de la gestión de los presidentes Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera y, por parte de su mandato, de Carlos Andrés Pérez. Durante estos años, la democracia venezolana se convirtió en el modelo político a ser imitado en América Latina, comparado favorablemente por los analistas expertos en el tema con las dictaduras de izquierda y derecha aún presentes en el hemisferio.

Carlos Andrés Pérez I, con antecedentes de ministro del interior, culpable de muchos de los asesinatos que hasta la fecha se habían cometido, como por ejemplo el de Alberto Lovera llego al poder uno de los presidentes más detestables de la historia de Venezuela, este inquieto asesino y corrupto asume el gobierno en lo que se le conoció como la Venezuela Saudita, se burla del pueblo con la seudo nacionalización del petróleo y ya comienza a ultrajar al erario público y la moral, ya para entonces tenía su juju con Cecilia Matos y ya esta era cuestionada por la lujosa vida que se daba, sin percibir ingresos que sustentaran aquellos gastos, y ya también se detectaban los actos de corrupción que identificó a este delincuente.

A mediados de la década de 1970, el manejo de los bienes nacionales venezolanos comenzó a deteriorarse drásticamente. Los acontecimientos políticos en el Oriente Medio produjeron un incremento abrupto en los precios mundiales del petróleo y, como resultado, los ingresos petroleros se triplicaron en Venezuela. Los hombres ordinarios al frente del gobierno de Venezuela se vieron expuestos a tentaciones financieras extraordinarias. Enfrentado con estas ganancias inesperadas, el presidente Pérez estructuró un programa que denominó “La gran Venezuela”. Según este plan, una versión tropical del “Gran Salto Adelante” de Mao, el gobierno invertiría cerca de 2.000 millones de dólares en proyectos industriales en el sur del país, diseñados para triplicar la producción de acero en cinco años y construir nuevas plantas de aluminio. En un momento determinado, existían más de 300 empresas estatales en Venezuela, ninguna de las cuales era rentable. Durante la segunda mitad del mandato de Pérez, como resultado de los caudalosos ingresos provenientes del petróleo, la corrupción se disparó y se “democratizó”. Hasta

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