LA CULTURA DE ESPACIOS

La cultura y organización del espacio mundial

La cultura es un componente fundamental de la sociedad humana que pone de manifiesto la intima relación de la naturaleza y el hombre y de los distintos grupos humanos que pueblan el espacio geográfico en la escala planetaria o el conjunto de formas, modelos o patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman.

Hacia finales del milenio los procesos de globalización caracterizan el espacio geográfico mundial, pero sin embargo también en la escala local la cultura es un factor notable de diferenciación regional.

Las comunicaciones instantáneas, la informática especialmente, las redes tales como internet, las migraciones de población, ponen cada vez más en contacto las diferentes culturas del espacio geográfico mundial y hasta se habla de una “sociedad global” en relación a diversos aspectos culturales que se internalizan en la población.

Muchas veces contemplamos por TV una guerra real como si fuera un espectáculo imaginario, como también las consecuencias de un fenómeno natural o tecnológico como si las victimas fueran muñecos de computadora.

Por ello podemos hablar de efectos positivos y negativos de la globalización de la cultura.

Estas manifestaciones de la cultura también se manifiestan en la escala local y nos incita a apreciar la diversidad cultural del mundo actual como por ejemplo lo que sucede en un festival folklórico.

En consecuencia, la cultura se manifiesta localmente, en espacios geográficos de pequeña extensión, son los espacios geográficos de la gente, donde la población expresa su necesidad de tener identidad propia y arraigo y sentido de permanencia a sus lugares y a su cultura.

Santos, Milton. Espacio, tiempo, lugar y región.

“Una de las consecuencias de la aceleración del tiempo en las sociedades actuales es la aceptación de la idea de la preeminencia del tiempo sobre el espacio. (…) La velocidad aumentada da la impresión que el espacio es suprimido y que es el tiempo el que cuenta.

De allí esa idea del tiempo deshaciendo al espacio. (…) No obstante en realidad el tiempo no suprime al espacio, sino al contrario, se realiza por el espacio. El tiempo empírico solo se da en los lugares y lo hace con la posibilidad de transformar un tiempo general (el tiempo del mundo), en un tiempo particular, que es el tiempo propio a cada uno de nosotros, a cada empresa, a cada institución, realizando en función de condiciones técnicas y organizacionales típicas de cada lugar. De este modo es el lugar el que determina el tiempo y no el tiempo que determina al lugar.

Desterritorialización es una palabra más del vocabulario postmoderno y puede ser vista según diversas acepciones. Una de ellas es la muerte del estado territorial, hoy atravesado por los influjos transnacionales que no respetan fronteras. Sin embargo otro entendimiento del término se refiere a la gran movilidad de los hombres y de todos los factores, provenientes de una cierta confusión entre la idea de localización y la idea de inmovilidad. Si los factores migran, es exactamente para localizarse en otro lugar. En los días actuales, hay más movilidad, pero no existe desterritorialización, pues cambio en el espacio no significa no estar en el espacio.

En este contexto, la idea de no-lugar puede ser considerada, por lo menos, en dos sentidos. Una primera acepción alude a la inmaterialidad de la economía actual, concretada en virtud de la información que constituye por sí misma un vehículo. Pero a pesar de la economía inmaterial, la circulación de la información exige bases materiales localizadas.

Por otro lado, la idea de no-lugar indicaría que en el mundo existe un gran número de formas espaciales parecidas unas a otras como los

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