LA ECONOMÍA COLOMBIANA, UNA CUESTIÓN DE POLÍTICA Y EL ENFOQUE NEOEMPRESARIAL.

LA ECONOMÍA COLOMBIANA, UNA CUESTIÓN DE POLÍTICA Y EL ENFOQUE NEOEMPRESARIAL.

El enfoque neoempresarial en algunos países latinoamericanos como es el caso de Colombia, ha sido un enfoque netamente económico en el cual, no se esta beneficiando a las personas que se encuentran en pobreza, sino por el contrario a pesar de no tener acceso a la salud publica y a la educación, apoyan de manera indirecta a que existan recursos para subsidiar a la seguridad social por ser consumidores.  

Por ello, esta situación de aplicar la política social tradicional y al ver el resultado que se genera por el crecimiento de la pobreza hace que el estado se enfoque en metas determinadas, a un grupo determinado de personas, especialmente aquellos donde hasta ahora no han sido amparadas por los sistemas tradicionales de seguridad social, y así obtener un efecto progresivo de distribución.

Así como generar grupos de autoayuda por medio del impulso de actividades locales, financiando proyectos de ayuda a los miembros de una comunidad, sin embargo, estos proyectos en muchas ocasiones son mediados bajo plazos para ser ejecutados, lo que significa que no existe una continuidad en el mejoramiento y en la disminución de la pobreza a largo plazo, sino por el contrario es una solución a corto plazo.  

Hay una falta a la justicia social, cuando una comunidad pequeña logra llevar a feliz termino algo, con sus propios esfuerzos y esto que logró es repartido entre la colectividad mas amplia y superior.

Por eso, el desarrollo pretende aprovechar al máximo los recursos económicos y no económicos (cultura, historia, sociales, institucionales, etc.), para poder lograr un bienestar, justicia, igualdad, solidaridad garantizadas y no únicamente como algo utópico, ficticio y anhelado. Para tener este aprovechamiento, es necesario transformar las situaciones pasadas que generaron y generan aun dificultades, de forma tal, que se permita la vinculación mas directa de la colectividad y no únicamente a la soberanía o gobierno.

La unión de fuerzas sociales como método estratégico para el desarrollo local, nacional y global, es vital y de gran importancia, puesto que, el sentido de pertenecía y territorialidad, hace que las personas asentadas en un mismo territorio, luchen y creen nuevas formas y metodología de surgimiento cultural, social, justicia, paz, equidad... y económicos, capaces de cubriren el transcurrir de los tiempos.

Por ello, la unión de fuerzas sociales junto con la de los entes públicos y privados, el aprovechamiento seria mas eficiente, puesto que, se buscaría mejorar las condiciones de vida de la población, mediante el fomento de las capacidades de emprendimiento de producción empresarial local, brindando una mayor importancia al capital social, de acuerdo a la estrategia de desarrollo local.

Así mismo, es un hecho indudable que el mundo de hoy se maneja en gran medida a través del mercado, que todas las personas esperan obtener algún ingreso de dinero de cualquier fuente, para luego gastarlo de la forma que mejor le parezca o que más le plazca. Por supuesto, que esto se aplica a todos los miembros que participan en el mercado (sea cual sea el ámbito de este), miembros que pueden ser de dos tipos, el primero son las personas naturales, que dentro de su individualidad y de acuerdo a su libre albedrío, deciden cuáles serán sus fuentes de ingresos y la manera en que gastaran el dinero recibido; el segundo tipo son las sociedades o colectividades, las cuales pueden ser creadas de tres formas: mediante la asociación de varias personas, mediante la asociación de varias sociedades ya formadas, o mediante la asociación de personas con sociedades. Las sociedades actúan dentro del mercado de la misma manera que las personas naturales respecto de la necesidad de recibir dinero y gastarlo, no obstante, el proceso de elección y selección de cuáles serán sus fuentes de ingreso y la forma de gastarlo es más complejo debido a que las decisiones están sujetas a las diferencias de opiniones de los miembros que la conforman. Es en este segundo tipo de miembros del mercado donde se encuentran los países, sociedades compuestas por una inmensa cantidad de personas y de sociedades más pequeñas, cuya economía se soporta fundamentalmente mediante el ingreso que pueden ser percibidos y gastados de diferentes formas.

Lo primero que hay que decir, es que en la actualidad las decisiones de los países se legitiman a través de la democracia (por lo menos en América y Europa), este sistema político se aplica en Colombia, y básicamente consiste en que un partido político, conformado por una gran cantidad de personas, que tienen ideas similares y persiguen fines comunes, proponen un programa político, que se “enfrentara” mediante elección popular contra otros programas políticos propuestos por otros partidos políticos; el programa que resulte elegido por la mayoría de personas, estará en cabeza de las personas seleccionadas del partido, quienes actuaran en nombre de la rama ejecutiva del poder público, y la aplicación del programa será validada por los miembros de la rama legislativa, quienes a su vez, están conformados por miembros del partido político que está en cabeza del ejecutivo, como de miembros de otros partidos políticos, quienes conforman la oposición.

El programa político elegido, debe ir encaminado hacia la obtención de ciertas metas y se plantea ciertos objetivos, parte de lograr esto depende de la economía del país, la cual a su vez depende de la política económica propuesta por el partido político en cabeza del ejecutivo.

Una vez conocido el rumbo hacia el que se quiere llevar la economía de un país, se empieza a hablar de la política fiscal, sobre este tema existen diferentes concepciones y teorías, no obstante por fines prácticos y para entender el tema aquí abordado se puede decir que para Marshal y Milton: “la política fiscal es ante todo parte esencial de una orientación económica que se le quiere imprimir a la sociedad bajo el lineamiento de unas reglas derivadas del proyecto político del grupo en el poder y de la teoría económica que sustenta dicho proyecto, siempre en consistencia con las otras partes integrantes de la política económica (las políticas cambiaria y monetaria)”, en otras palabras, mediante la política fiscal se establecen cuáles serán los impuestos que se pretende recaudar para cubrir los gastos presupuestados. Sin embargo, aquí existe una gran coyuntura, ya que la gran mayoría de la población no conoce los efectos del tipo de política fiscal aplicable por el programa elegido, es decir, la política fiscal puede ser de varias clases, y puede que la más conveniente para la economía de un país sea desechada porque los votantes eligieron otra. Aquí se realizara un énfasis en una clasificación en particular: la política económica puede ser expansiva o puede ser contractiva. La importancia de esta clasificación radica en que tanto las empresas como los diferentes miembros que configuran el consumo privado disponen de cierta cantidad de ingresos, y tienen presupuestados cierta cantidad de gastos, incluso en muchas ocasiones, esos gastos se constituyen en inversión; esta actividad sufre alteraciones en razón de la política fiscal, y siendo el Estado en sí mismo una fuente de demanda agregada (gasto total que para cierto nivel de precios determinado, realizan en una economía los diferentes miembros que intervienen en ella), puede afectar el gasto de inversionistas y consumidores, por lo que se ve en la obligación de desplazar la curva de demanda agregada.

La razón de desplazar la curva de demanda agregada es para dar fin a la recesión que surge cuando la producción agregada (valor total de los bienes y servicios producidos en un lugar y un período determinado) cae por debajo de la producción potencial (nivel de producto nacional que se obtendría si se utilizaran plenamente todos los recursos) situación en donde nos encontraríamos ante una política fiscal expansiva; o para acabar con la brecha inflacionista, que se da en el evento que la producción agregada exceda la producción potencial, situación en donde nos encontraríamos ante una política fiscal contractiva. Sin importar si es una u otra, la adopción de estas políticas se hace para estabilizar la economía, no obstante, hay quienes critican la adopción de políticas fiscales expansivas, la razón es muy simple, se generan retrasos que pueden llegar a desestabilizar más la economía. Fijémonos en el caso colombiano específicamente; como ya se dijo, la adopción de un programa económico (que hace parte de todo un programa político donde se incluyen temas de política, sociedad, economía y relaciones internacionales), está supeditada al partido político que haya resultado electo, el cual debe regirse por las políticas propuestas al momento de postularse; según la Constitución Política,  la administración que haya llegado al poder debe presentar un plan nacional de desarrollo, el cual debe contener una parte general y una de inversiones, lo que implica que debió realizarse un estudio y una programación. No obstante, una vez presentado el plan nacional de desarrollo, habiéndose fijado unos objetivos y metas, y habiéndose decidido la política fiscal, puede que no se haya afrontado correctamente el problema y se requiera de nuevas acciones, lo que ya supone un retraso, igualmente, mientras se decide si se adoptan o no las acciones, mientras se realiza una nueva planificación y mientras se valida este proceso ya se han generado nuevos retrasos, Krugman y Wells lo ponen en mayor evidencia cuando dicen: en el caso de la política fiscal, la razón para la prudencia radica en que existen considerables retrasos temporales en su aplicación. Para comprender la naturaleza de estos retrasos, reflexione un momento en lo que tiene que ocurrir antes de que el Estado incremente el gasto para luchar contra la recesión: lleva un tiempo recoger y analizar los datos económicos y a menudo las recesiones solo se reconocen como tales varios meses después de que hayan comenzado. En segundo lugar, el Estado tiene que organizar un proyecto de gasto, lo que puede llevar meses, sobre todo si los políticos tienen que discutir en que se gasta el dinero y aprobar las leyes correspondientes. Finalmente, lleva tiempo gastar ese dinero. Por ejemplo, la construcción de una nueva carretera comienza no por la construcción en sí, sino por la realización de estudios, que suponen gastos menores. Pueden pasar muchos meses antes de que se gasten sumas importantes. El ejemplo final propuesto, es un tema que en Colombia se ve todo el tiempo, al que se le pueden sumar dos componentes adicionales, el primero es la lamentable corrupción con la que actúan muchos de los políticos o subalternos encargados de las obras públicas, y la ineficiencia con la que se realizan las mismas obras. Sin embargo, no basta con solo saber qué tipo de política se debe utilizar, sino en qué medida debe ser aplicada esta, para lo cual se hace un cálculo basado en el concepto del multiplicador (cociente entre la variación del producto interno bruto (PIB) real provocada por un cambio autónomo del gasto agregado), es decir, se genera un efecto multiplicador (incremento de la renta nacional a causa de un incremento de consumo, de inversión y de gasto público), el cual se ve afectado por los impuestos. El efecto de esto es el aumento del PIB o su caída, de acuerdo a los propósitos que se tengan para estabilizar la economía. Si se está en presencia de una política fiscal expansiva se trata de generar un aumento del PIB real superior al crecimiento inicial del gasto agregado producido por las políticas fiscales; si se está en presencia de una política contractiva, se trata de hacer caer el PIB real en mayor medida que la reducción inicial del gasto agregado producido por las políticas fiscales. Bajo estos sistemas, se puede llegar a la generación de estabilizadores automáticos, que son: el gasto público y las normas impositivas que hacen que la política fiscal sea expansiva cuando la economía se contrae, o restrictiva cuando la economía se expande.

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