LA EVALUACION

AVANCES, LIMITACIONES Y RETOS ACTUALES DE LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE EN LA EDUCACIÓN BÁSICA EN MÉXICO.

Desde segundo semestre comenzamos con algunas ideas sobre lo que es la evaluación dentro de este marco de la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB), la evaluación de los aprendizajes es: “el proceso que permite obtener evidencias, elaborar juicios y brindar retroalimentación sobre los logros de aprendizaje de los alumnos a lo largo de su formación” (Plan de estudios 2011). En estas líneas nos damos cuenta de que en la evaluación se nos marcan los tres momentos de ésta que son: la evaluación diagnóstica, la evaluación procesual y la evaluación de término. El primer momento nos puede hacer reflexionar sobre los conocimientos previos de los alumnos e incluso el contexto de estos para saber qué tipo de estrategias, materiales y actividades podremos utilizar para el logro de los aprendizajes esperados. El segundo momento incluye, en mayor medida, la observación del procedimiento que los alumnos realizan para el éxito de las actividades y la realización de diferentes productos. En el último momento, nos dirigimos hacia el producto final, es decir, la elaboración de una actividad en la que se abarque el logro del aprendizaje esperado, y una retroalimentación de todo lo elaborado durante el segundo momento.

En observaciones y prácticas de la labor docente me he percatado de que una problemática repetible en la mayoría de las escuelas, es caer en el error o casi error de valorar exclusivamente los conocimientos, sin tener en cuenta el porqué de estos, es decir, que son conocimientos con los que ya cuentan los niños y están inmersos en un contexto, además la adecuación y/o coordinación con otros conocimientos; quiero decir que con esto se denotan factores que entorpecen o limitan el alcance de la evaluación, evaluación que ahora en México debe ser formativa. Al llevar a cabo este tipo de evaluación me he dado cuenta que se generan las llamadas “etiquetas” de los niños, lo cual es negativo ya que esto también delimita mucho la capacidad de ellos y entorpecen sus habilidades tanto de razonamiento como de elaboración de actividades. “La calificación del alumno –para padres, profesores y los mismos alumnos- es el resultado de su capacidad y de su falta o derroche de esfuerzos y en el caso de fracasar pagará las <<consecuencias>>... Analizar solo los resultados obtenidos es parcial. Y la parcialidad suele ir acompañada de imprecisión e interpretaciones erróneas.” (Patología General de la Evaluación, Miguel Ángel Santos). Así mismo lo menciona Michael Foucault: “El examen como fijación a la vez ritual y “científica” de las diferencias individuales, como adscripción de cada cual al rótulo de su propia singularidad, indica la aparición de una modalidad nueva de poder en la que cada cual recibe como estatuto su propia individualidad, y en la que es estatutariamente vinculado a los rasgos, las medidas, los desvíos, las “notas” que lo caracterizan y hacen de él, de todos modos, un “caso”. (VIGILAR Y CASTIGAR, El examen, Michael Foucault).

En lo personal, durante los periodos de mis prácticas he reflexionado sobre las maneras de evaluación que he empleado y al mismo tiempo de los docentes titulares. La mayoría de estas maneras han sido dirigidas al producto, ya que para mí, si los alumnos saben generar un producto final abarcando todas las actividades realizadas encaminadas hacia el objetivo, el producto final responderá a que el aprendizaje esperado se logró eficazmente.

“Limitarse a la evaluación de conocimientos supone una serie de pretendidos logros… que no se contemplan debidamente en el proceso evaluador: actitudes,

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