LA GLOBALIZACIÓN.Entendemos que la globalización es un proceso económico, político y social que si bien es cierto no es nuevo, ha sido retomado con mayor énfasis en los países en desarrollo como premisa específica para lograr un crecimiento económ
mirandanaTrabajo25 de Septiembre de 2016
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LA GLOBALIZACIÓN
Entendemos que la globalización es un proceso económico, político y social que si bien es cierto no es nuevo, ha sido retomado con mayor énfasis en los países en desarrollo como premisa específica para lograr un crecimiento económico y erradicar la pobreza, pero este fenómeno en ningún momento fue concebido como modelo de desarrollo económico, sino más bien como un marco regulatorio de las relaciones económicas internacionales entre los países industrializados.
En los últimos tiempos hemos sido testigos de una serie de cambios ambientales, económicos, sociales, culturales, científicos y tecnológicos, cambios que responden principalmente a una postura de preponderancia económica a nivel mundial. Cayendo todo tipo de barreras y obstáculos entre países y abriendo abismos entre sus pueblos habitantes, y México no ha sido ajeno a dicha transformación.
La activa población urbana, conducto de los nuevos sistemas de producción a quienes a través del aparato ideológico mercadotécnico propiciador de necesidades de consumo en su mayoría superfluas, le entrañan hoy por hoy, menoscabar su propia condición humana para convertirse en un consumible más del sistema, dirigiéndose a sí misma hacia formas de interacción, comunicación, lenguaje, educación, vestimenta, homogenizadas y estandarizadas de acuerdo a las características de una aldea global.
“Las naciones, no atacan la verdadera causa de la crisis, que es el modelo económico, un consumismo implantado en una sociedad globalizada que no cuida del ser humano” (Mujica J. Discurso en la ONU 2013). La pobreza de los aún sobrevivientes grupos étnicos, se difuminan, no figuran, son ajenos o simplemente no son prioridad para los gestores y conductores de estas transformaciones económicas, sociales y culturales, esto en contraste con la lectura que sostiene que: “las identidades nacionalistas, étnicas y culturales se refuerzan por doquier frente a la globalización” (Dehesa, 2007, p. 335), basta con dar una mirada a estos pueblos cuya preocupación principal es la de sobrevivir a sus condiciones miserables, insalubres, inseguras, sin servicios de ningún tipo e invisibles al mundo global, colocando en segundo lugar la premisa de sus usos y costumbres, lejanas ya del mundo paralelo en el que habitan. Y la población que tiene mejores oportunidades y acceso al virtual universo del internet y a las demás tecnologías informáticas, desarrollan una transculturación, negación y menosprecio por sus raíces culturales (no es común vestir un atuendo tzotzil o aprender una canción en zapoteco), imitan y se apropian de las tendencias globales: el idioma inglés, música, vestimenta y apariencia de moda, películas, tipo de alimentación, conductas, actividades recreativas, etcétera, que lo único que provocan es exacerbar las desigualdades sociales principalmente con dichos grupos étnicos nacionales.
Las cúpulas económicas del poder, con miras de ambición y egoísmo, permite que se lesionen y deterioren de forma incontenible nuestros recursos naturales, en pro del progreso, un sistema político que gobierna con una actitud infame desprovista de humanidad y responsabilidad ambiental. Esta reforma energética nos lleva a cuestionarnos: ¿Realmente es necesario extraer más petróleo cuando empresas extranjeras se quedarían con el 60 por ciento de las ganancias dejando al país solo el 40 por ciento de ganancia que se obtiene por barril actualmente? Es decir, produciremos el doble pero ganaremos solo el 80 por ciento de lo que ganamos actualmente y a cambio ocasionaremos daños ecológicos irreversibles.
La globalización repercute también en nuestro propio sistema educativo, a través de organismos internacionales que en la búsqueda de la superación económica que reduzca la pobreza y marginación social en México, evalúa, da recomendaciones, invierte grandes sumas de dinero y ejerce presión e influencia en sus políticas y agendas públicas, para que puedan alcanzar estándares internacionales (completamente descontextualizados a nuestras propias necesidades) y nos permitan competir y participar en economías de todo el mundo. Hoy en día la escuela formal tiene como encomienda principal; la de formar “productos competentes” la sociedad actual, pretende que esta preparación educativa, le permita tener una mejor remuneración económica dejando el objetivo principal, que es la de acceder al conocimiento para ser mejores humanos, mejores personas, con mejores decisiones, y que éstas pretendan, busquen y alcancen el bienestar común y no sólo el propio.
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