LA HISTORIA DE LOS VOLCANES

LA HISTORIA DE LOS VOLCANES

Antes de todo lo que conocemos cuando el dios del sol, Sunte, se sentía muy solo, quiso crear una nueva raza para estar más acompañado; entonces, cogió del árbol más grande de su jardín una rosa, hermosa pero también muy dolorosa, de esta rosa creó al hombre y a la mujer arequipeños, y los llamó Characato y Lechera respetivamente, pero aún después de esto se siguió sintiendo un poco solo así que decidió crear a más como él.

Creó a la diosa de la luna, llamada Moneza; que sería la persona que lo acompañaría en su reinado desde el cielo.

Creó al dios Mestiq que sería el mayor de sus tres hijos, dios del fuego.

También creo al dios Chacchanic el segundo de sus hijos, dios de las rocas.

Y por último al dios Pichucpichu, dios del calor.

Sunte les dijo al Characato y a Lechera cómo debían de desenvolverse en esta nueva tierra; al Characato le dijo que debía de sembrar sus alimentos en las chacras que debería de cuidar a su esposa la Lechera y también proteger al medio y animales que lo rodeaban. A la Lechera le dijo que debería de procrear a la tierra y que también sacar la leche de la vaca y que tomase de ella y que diera a su familia de beber de ella.

Un día el Characato, mientras sembraba, observó a una criatura un poco extraña, era una araña gigante; esta le dijo que si se había cansado de sembrar entonces debía de contaminar el ambiente para que las plantas no pudieran crecer y entonces Sunte les daría los alimentos fácilmente sin que ellos tengan que sembrarlos.

Entonces Characato le conto esto a su esposa la Lechera lo que le había dicho la araña y su esposa le dijo que era una buena idea; entonces empezaron a contaminar el aire arrojando y quemando la basura.

El dios Sunte al ver que estos dos estaban arruinando su creación les dio un castigo, su esposa la diosa Moneza no saldría por un mes y él junto con su hijo Pichucpichu harían que los días de ese mes sean los más calurosos y soleados que había habido hasta ahora.

Y les dijo ustedes creen que arruinando mi creación yo les puedo dar todavía facilidades para que puedan cosechar sus alimentos, sin que los hayan sembrado; uno no puede hacer eso, uno no puede cosechar algo que no ha sembrado; porque eso es como recibir algo sin haber hecho nada, sin haber puesto nada de esfuerzo.

El Characato junto con su esposa Lechera al sentirse sofocados por esos días tuvieron que crear objetos para que esta radiación no les quemara. Así que fabricaron un sombreo hecho de paja y como la lechera no tenía más fuerzas para caminar, entonces tubo que montarse encima de un burro para transportar la leche que extraía de las vacas.

Ya cumplido el castigo, dios los perdonó pero les advirtió que esa debería ser la última vez que hicieran algo contra de él o contra su creación porque sino ya no los volvería a perdonar.

Entonces la araña escucho esto y les dijo que siguieran contaminando, pero ahora debían hacerlo invocando a sus hijos: al calor al fuego y a las rocas, creando así la lava.

Con esta quemaron varias plantas y varios animales, así que Sunte no tuvo más remedio que castigarlos.

Puso alrededor de la ciudad a sus tres hijos convertidos en montañas y los llenó de lava, el líquido que ellos habían creado, puso al Mestiq al centro y le cambió de nombre a Misti

Puso al Chacchanic y al Pichucpichu, al costado del Misti y también les cambio de nombre; les puso Chachani y Pichupichu.

Y desde ahí les dio una misión que se quedarían convertidos en volcanes y que atormentarían a los Characatos y a las Lecheras que existirán y estos vivirían con temor que cada vez que hicieran algo malo; los volcanes erupcionarían la lava que ellos mismos habían creado. Y serían quemados al igual que como ellos quemaron a las plantas y a los animales

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