LA IMPORTANTE LABOR DEL REVISOR FISCAL EN EL EJERCICIO DE LA AUDITORÍA

LA IMPORTANTE LABOR DEL REVISOR FISCAL EN EL EJERCICIO DE LA AUDITORÍA

En razón de su naturaleza, es un hecho incuestionable que el Revisor Fiscal ha sido investido por la ley y la tradición contable como depositario de la confianza colectiva, delegatario de la fe pública y guardián del bien común. Este rol múltiple consignado en un amplio contexto de responsabilidades, está llamado a cumplir, entre otros propósitos, con la salvaguarda de la normatividad y las condiciones de supervivencia de las organizaciones empresariales, porque se convierte en agente esencial en la utilización responsable de los recursos humanos, técnicos, económicos e incluso, naturales. Por la gravedad de sus obligaciones, siempre ha sido deseable que el Revisor Fiscal proceda de manera independiente, objetiva, transparente, preventiva, y de forma prioritaria, en obediencia a los mandatos constitucionales trazados en 1991.

Es así como el Revisor Fiscal utiliza la auditoría como una de sus técnicas para diagnosticar el estado general de un ente económico y para desentramar aquellas prácticas que atenten contra la seguridad y el bienestar de toda la organización. Para ello, el Estado colombiano le ha conferido a los profesionales de la Contaduría Pública la idoneidad para ejecutar esta importante labor en el ámbito empresarial y estatal, de forma que mediante la facultad de la Fé Pública pueda utilizar la técnica de la auditoría de forma razonable y lógica, que lleve a un dictamen lógico y razonable una vez se haya examinado la totalidad de los procesos bajo el cumplimiento de las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas. Es en estos aspectos en los cuales se fundamenta la importante labor del Revisor Fiscal al momento de ejercer su rol a través de la auditoría.

Fé Pública:

Según Lozano (2009), la fé pública es la garantía que el Estado da en el sentido que los hechos que interesan al derecho son verdaderos, auténticos. Lo anterior porque en la realidad social existen una serie de hechos y actos con relevancia jurídica que si bien todos los ciudadanos no pueden presenciar, deben ser creídos y aceptados como verdad oficial.

En otras palabras, es aquella investidura que entrega el Estado a sus órganos o a ciertas personas para que establezcan la veracidad de los hechos y comunicarlos con convencimiento, por razones del orden social.

Ya entrando al plano de la persona a la que le es entregada la función de dar fe pública, es decir, de convertirse en un fedatario, debe permitirle que en el ejercicio de tal labor tenga la plena seguridad de que el hecho del cual da fe es verdadero, ajustado a la realidad y que sea comprobable por medio de las evidencias y conocimiento que en virtud de su profesión deba poseer. Una persona que tenga un verdadero compromiso con la función entregada y que asuma de manera fiel la carga que la misma representa, debe actuar como un profesional honesto, de principios, ético y poseer una solidez en sus valores tal , que no le permita caer en la trampa de la ligereza, de la irresponsabilidad, del miedo o de la ambición.

Debido a la relevancia que tiene la facultad de la fé pública en el ejercicio de la Revisoría Fiscal, una inadecuada labor del profesional contable es penalizada bajo la ley. Es así como el Consejo Técnico de la Contaduría Pública, señala que:

“(…) los delitos más cercanos al ejercicio de la Revisoría Fiscal, son los tipificados bajo el objeto jurídico de falsedad, el encubrimiento, el fraude procesal, el uso indebido de información privilegiada y la receptación, esto es, el ocultamiento o disposición de bienes obtenidos de actividades ilícitas” .

Aquí entra en juego el profesionalismo y la ética del Contador para ejecutar su labor de una manera inteligente y como es debido.

Actuación racional:

La Revisoría Fiscal sustenta su ejercicio en un criterio racional y en un conocimiento basado en la lógica, para lo cual se nutre de diferentes técnicas de control, de amplio espectro, de carácter integral, en donde el juicio profesional tiene como base la evidencia obtenida de manera técnico-científica y la conciencia social.

“La actuación racional de la Revisoría Fiscal supone un sano escepticismo frente a las aserciones que debe comprobar, así como la ponderación de riesgos en determinación de niveles de seguridad o precisión, criterios de

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