LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA EN LA FAMILIA Y EN LA ESCUELA

TEMA 8. ORIENTACIÓN FAMILIAR

1. LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA EN LA FAMILIA Y EN LA ESCUELA

La orientación educativa se desarrolla tanto en la familia como en la escuela y necesita la colaboración de ambos ámbitos para lograr el desarrollo integral de cada uno de los alumnos.

Los principales objetivos de la orientación educativa en la familia y en la escuela son (Almirall, 2011):

• Promoción de la colaboración entre la familia y escuela desde la orientación y el asesoramiento psicopedagógico. Ello implica una buena formación del profesorado. Tener en cuenta a las familias idealizadas y las familias reales, formar a los profesores en el lenguaje y las actitudes correctas para favorecer un clima adecuado, contribuir a que el profesorado establezca los canales de comunicación necesarios con las familias (entrevista).
• Atender a la diversidad de familias.  El modelo de familia tradicional ha cambiado. Desde la orientación educativa se ha de formar al profesorado en esta realidad para propiciar un buen clima y un trato libre de prejuicios. Es necesario recordar que hay diversas estructuras familiares muy diferentes en la sociedad actual: padre y madre en convivencia, monoparentales, homoparentales, reconstituidas, etc. Saber si las familias están atravesando problemas.
• Abordar la relación con las familias desde una actitud colaborativa para crear un clima de confianza mutua.
• Contribuir al establecimiento de canales funcionales de comunicación y facilitar la participación por parte de las familias en el centro educativo. Estos canales pueden ser tanto reuniones, como entrevistas y mensajes de correo electrónico.

Para facilitar esta relación hay que cultivar actitudes como la genuidad, la empatía y la aceptación del otro, sobre todo del orientador hacia el orientando. (Repetto, 1977).

Ríos (1994) Define orientación familiar como: “ El conjunto de técnicas encaminadas a fortalecer las capacidades evidentes y latentes que tienen como objetivo el fortalecimiento de los vínculos que unen a los miembros de un mismo sistema familiar con el fin de que resulten sanos, eficaces y capaces de estimular el progreso personal de los miembros y de todo el contexto social que los acoge”.

NIVELES DE INTERVENCIÓN DE LA ORIENTACIÓN FAMILIAR (Cargigal 2009, Ríos (2003):

1. Nivel educativo: Extensivo a todas las familias con independencia de si tienen dificultades o no. Se trata de ofertar a todos los padres los instrumentos mínimos para llevar a cabo de manera adecuada su función educativa.
2. Nivel de orientación: Enfocada a las familias que tienen dificultades o problemas. En los centros educativos debería de haber un SERVICIO DE ORIENTACIÓN FAMILIAR.
3. Nivel terapéutico: “El orientador desarrolla una función “correctiva”, no se limita a diagnosticar y pronosticar, sino que interviene con técnicas existentes”.

1. FAMILIA, FROMACIÓN Y VALORES La familia es el ámbito ideal para la educación en valores y donde desarrollamos las actitudes básicas ante la vida. Es el primer núcleo vital y donde tiene lugar la primera socialización. En ella se aprenden valores básicos. Los valores necesitan de modelos para ser transmitidos y esto se realiza a través de pequeños y grandes gestos, de conversaciones. Esto no quiere decir que desde la escuela no se pueda educar en valores. Es más, será imprescindible la colaboración del centro escolar. El valor se puede enseñar y hay que establecer bien la escala de valores que se quiere transmitir al niño desde las dos instancias

En cuanto a los tipos de valores, Rokeach (1973) distingue tres tipos:

• Fundamentales o primordiales: fines a los que aspira el hombre.
• Instrumentales: nos ayudan a llegar a los anteriores.
• Los relacionados con la vida sociocultural

Por su parte, Marín (1976) habla de tres tipos de actitudes hacia los valores: los intelectuales (como el aprender a aprender), los morales sociales (respeto a los demás, por ejemplo) y la moral individual (como el respeto a uno mismo).

Aunque los valores tienen origen en la propia naturaleza del hombre y podamos hablar de valores finalistas universales, no debemos olvidar que la mayoría responden a un contexto social, cultural y también a la edad. En el siglo XXI, cuando se perciben que algunos valores ya no ocupan un primer plano y surgen nuevos valores emergentes, se hace más necesaria que nunca la definición de los valores educativos que se quiere transmitir.

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