LOS GÉNEROS RETÓRICOS TRADICIONALES

LOS GÉNEROS RETÓRICOS TRADICIONALES

(Resumen)

La retórica (Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover) nace en el siglo V antes de Cristo en Sicilia. Ocurre en el marco de una seria de juicios planteados por ciudadanos a quienes se les había robado sus tierras antes de la llegada de la democracia. En esos pleitos se desarrollo la importancia de la elocuencia y de la argumentación.

En el siglo V antes de Cristo Córax de Siracusa creó el primer tratado de retórica, incluyendo pautas para hablar ante la Asamblea política buscando persuadirles. Su discípulo Tisias (a quien se considera como el primer rétor) lo divulga en Grecia. Había entonces dos géneros retóricos: el judicial y el deliberativo; pronto se les une el epidíctico, en el cual se elogia al fallecido, pero luego se lo emplearía para cualquier tipo de elogio o reproche a una persona, un hecho o una situación.

El término retórica proviene del griego y se refiere a un conjunto de reglas y conocimientos que permiten realizar una exposición convincente buscando persuadir al receptor. Se transforma pues en el arte de la persuasión.

Isócrates (orador griego, creó una famosa escuela de oratoria que se hizo famosa por ir contra la ideología de los sofistas muy populares en Grecia en aquél entonces) es el primero que vincula la retórica con la literatura, la propaga como un arte de vivir y de hablar y como una forma de pensar.

La figura del orador ha sido vista de dos maneras: podía ser magnificado por sus conocimientos y por su buen habla haciéndolo ver como un hombre culto, y sino como un manipulador que quiere a toda costa convencer al receptor con su capacidad de hablar.

Platón (filósofo griego que popularizó ideas comunes a muchas personar, opuestas a las de los sofistas, hizo de la filosofía una disciplina gracias a sus escritos, fue fundador de la Academia de Atenas en la que estudió Aristóteles y el conjunto de sus obras se llama Diálogos por su estructura de debate) fue de los que más repudió la retórica ya que la acusaba de distorsionar la realidad para poder persuadir. Sin embargo, gracias a Isócrates y sus escritos contra los sofistas, ve en ella un poder necesario a la hora de defender una idea, esto fuera del marco de la enseñanza.

Los sofistas (en la antigua Grecia eran aquellos que enseñaban la sabiduría, los grandes filósofos de la época estaban en contra de las ideas de los sofistas que manipulaban a la población griega con fines de lucro) contribuyeron a la evolución de la retórica ya que el discurso era emitido en función del auditorio y no en función de la verdad, por ejemplo, decían que la tesis debía ser sostenida seleccionando pruebas adecuadamente y en las técnicas exigidas por la fundamentación y demonstración de una tesis verosímil.

El tratado más antiguo de retórica es La retórica de Alejandro de Anaxímenes de Lámpsaco (rétor, maestro de Alejandro Magno) que data del 340 antes de Cristo, y en el que se establece la división entre argumentos técnicos y no técnicos además de ofrecer una serie de fundamentos sobre cuestiones estilísticas.

Anaxímenes clasifica los géneros de discurso de tal forma: persuadir o disuadir, propias del género deliberativo; alabar o vituperar (criticar a alguien con dureza; reprenderlo o censurarlo), pertenecientes al género epidíctico; y acusar o defender, del género judicial. A estas seis añade una especie que es la indagatoria que, en

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