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La Amortajada


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2013  •  960 Palabras (4 Páginas)  •  367 Visitas

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I. LEA ATENTAMENTE LOS TEXTOS Y RESPONDA:

A) “Y es así como se ve inmóvil, tendida boca arriba en el amplio lecho revestido ahora de las sábanas bordadas, perfumadas de espliego -que se guardan siempre bajo llave- , y se ve envuelta en aquel batón de raso blanco que solía volverla tan grácil…

La invade una inmensa alegría, que puedan admirarla así, los que ya no la recordaban sino devorada por fútiles inquietudes, marchita por algunas penas y el aire cortante de la hacienda.

Ahora que la saben muerta, allí están rodeándola todos.

Está su hija, aquella muchacha dorada y elástica, orgullosa de sus veinte años, que sonreía burlona cuando su madre pretendía, mientras le enseñaba viejos retratos, que también ella había sido elegante y graciosa. Están sus hijos, que parecían no querer reconocerle ya ningún derecho a vivir, sus hijos, a quienes impacientaban sus caprichos, a quienes avergonzaba sorprenderla corriendo por el jardín asoleado; sus hijos ariscos al menor cumplido, aunque secretamente alagados cuando sus jóvenes camaradas fingían tomarla por una hermana mayor.

Está Zoila que la vio nacer y a quien la entregó su madre desde ese momento para que la criara. Zoila, que le acunaba la pena en los brazos cuando su madre lista para subir al coche, de viaje a la ciudad desprendíasela enérgicamente de las polleras a las que ella se aferraba llorando.

¡Zoila, antigua confidente en los días malos; dulce y discreta olvidada, en los de felicidad! Allí está canosa, pero todavía enjuta y sin edad discernible, como si la gota de sangre araucana que corriera por sus venas hubiera tenido el don de petrificar su altivo perfil.

Están algunos amigos, viejos amigos que parecían haber olvidado que un día fue esbelta y feliz.

Saboreando su pueril vanidad, largamente permanece rígida, sumisa a todas las miradas, como desnuda a fuerza de irresistencia.”

B) “- ‘Alicia, mi pobre hermana, ¡eres tú! ¡Rezas!’

¿Dónde creerás que estoy? ¿Rindiendo cuentas al Dios terrible a quien ofreces día a día la brutalidad de tu marido, el incendio de tus aserraderos, y hasta la pérdida de tu único hijo, aquel niño desobediente y risueño que un árbol arroyó al caer y cuyo cuerpo se dislocó entero cuando lo levantaron de entre el fango y la hojarasca?

Alicia, no. Estoy aquí, disgregándome bien apegada a la tierra. Y me pregunto si veré algún día la cara de tu Dios.”

* Vocabulario contextual: Encierre en un círculo la letra que corresponda al sinónimo de la palabra propuesta. NO se aceptan correcciones.

1.

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