La Botica Del Desarraigado

LA BOTICA DEL DESARRAIGADO

Desarraigar: extinguir una pasión.// Desaparecer una costumbre.// Extirpar un vicio.// Convencer a otro de lo contrario.// Expulsar del domicilio.// Desterrar.

Luego de resumir las acepciones diversas, L. Alcalá Zamora las unifica por la violencia que caracteriza el desarraigo, la victoria de los valores en unos casos o la compulsión punitiva o persecutoria en otros aspectos.

Algunos pensaran al momento de leer este titulo, que se trata de un artículo de remedios caseros para el tratamiento de dolencias y enfermedades comunes a aquellas personas que se encuentran enfrentando semejante flagelo, como es el desarraigo, pero la verdad es que no es así. Sucede que en la “Botica de la Abuela” se encuentra la formula, sino para todo, al menos si para la mayoría de las dolencias que comúnmente afectan a las personas que conforman un núcleo familiar y que generalmente cultivan en sus huertas plantas medicinales. Pero para esa dolencia que cada vez toma más fuerza, hasta convertirse en algo semejante a una epidemia, como es el desarraigo, no se encuentra ni siquiera un emplasto que calme el profundo dolor que causa el tener que abandonar lo que tanto esfuerzo y lucha ha costado conseguir. La angustia y la zozobra que produce el sentir amenazada la vida de los seres más queridos y hasta la propia, no se calman con bebidas de manzanilla o toronjil; ni que decir de la tristeza que genera el pensar que a sus amigos y vecinos, con quienes tantos momentos gratos se pasaron, jamás se volverán a ver.

De continuar con esta analogía, se construiría una narración de nunca acabar, pero la finalidad no es esta, toda vez que la intención es reflexionar, aunque ya muchos lo han hecho, sobre la condición en que se encuentra el desarraigado, y se prefiere en este escrito emplear el término desarraigado, por lo peyorativo que en ocasiones suena el de desplazado, aunque al final de cuentas lo uno conduce a lo otro, pues una vez se desarraiga a un individuo, este obviamente se ve obligado a desplazarse del territorio expulsor al receptor.

Lo preocupante en todo este asunto, es el tratamiento que se le está dando, no solo al desarraigado sino a su condición, especialmente por parte de las personerías. Está claro que dentro de las funciones que cumplen las personerías están:

El ser organismos de control vigilante de la gestión administrativa:

• Para que las autoridades cumplan y hagan que se cumpla la constitución, las leyes, los decretos, las ordenanzas y los acuerdos.

• Para que no abusen del poder o de la autoridad en perjuicio del ciudadano o de la comunidad.

• Para sancionar a todo funcionario público municipal que en su cargo hace lo que se le prohíbe, o deja de hacer lo que está obligado a realizar.

El interrogante que surge después de conocer estas funciones es. ¿Para quiénes se crean las leyes, los decretos, las ordenanzas y los acuerdos? ¿Acaso no existen normas que están destinadas única y exclusivamente a este grupo de la población?

Esto parece ser ignorado por aquellos que ostentan el poder,

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