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La Defensa De La Soberania


Enviado por   •  23 de Marzo de 2012  •  1.388 Palabras (6 Páginas)  •  531 Visitas

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La defensa de la soberanía venezolana

El imperialismo ha movido los hilos visibles e invisibles de su estrategia contrarrevolucionaria en América latina. La agresión a la soberanía territorial de la República Bolivariana de Venezuela, por parte del gobierno del Sr. Álvaro Uribe, y todos sus estamentos traseros que dependen de la estructuracreada y sostenida por el imperialismo en Colombia, no es casual sino directamente causal y afín a los intereses, no del pueblo colombiano, sino de la santa alianza de los sectores más retrógrados, fascistas oligárquicos, aliados y al servicio, por lo tanto, de la política global unipolar y de agresión a todanación o pueblo que desarrolle una política independiente al imperio norteamericano.

La agresión al Estado Nacional, al gobierno y pueblo de Venezuela, es lisa y llanamente una agresión directa de intromisión e invasión a otro país, bajo varias y diversas formas, utilizando para ello, tanto a mercenarios, agentes y tontos útiles, dentro y fuera de sus fronteras.

Nada, ni nadie, pueden justificar la política de intervención directa, o financiada, de un gobierno (Uribe) contra una nación, que además tiene lazos históricos de unión, desde la lucha del libertador Simón Bolívar, para la existencia de las repúblicas de Colombia y Venezuela, aquella que una vez soñó, como las partes de la gran nación latinoamericana.

La agresión a Venezuela bolivariana, a su pueblo y gobierno, tiene un objetivo claro y concreto, sembrar la división ante la Unión Sudamericana enconstrucción. Intentar frenar la Integración de Latinoamérica. Es la respuesta conservadora neoliberal e imperialista, nerviosa y criminal socialmente, al fracaso estruendoso del ALCA Imperialista, y el progreso del ALBA progresista y democrático. Es la clara definición de la función de gobiernos, partidos y organizaciones, que desde distintos puntos de partida, hoy tienen que sincerarse ante el progreso de los pueblos de esta parte del mundo, pero como parte de un todo continental.

El Plan Colombia, Patriota o como lo denominen su organizadores, necesitaba tener un punto de conflicto, un elemento práctico y afín a una acción terrorista del estado imperialista mundial que se intenta imponer. Y lo hace secuestrando un ciudadano colombiano, al que acusa de "terrorista" de su propia nación, como elemento motivador y disparador de la aplicación de una estrategia política internacional intervencionista contra los pueblos. Pero ahora, fundamental y directamente contra un proceso revolucionario ejemplo para los pueblos del mundo, del pensamiento y acción, con el que avanza y progresa VENEZUELA CON EL PRESIDENTE HUGO CHÁVEZ.

Esta situación creada por el gobierno colombiano, apunta a torpedear la integración, no solo económica, sino política y social de América latina, siendo un peligro a la integridad de todos los procesos progresistas, populares y democráticos. Esta situación de enfrentamiento diplomático entre dos naciones históricamente unidas, y hermanadas en millones de compatriotas de ambos márgenes de la frontera venezolana colombiana, también sincera las relaciones interiores y continentales de apoyo a los procesos de progreso social de los países. Del quién es quién, desde adentro y afuera, desde los que nos consideramos, y luchamos, en la defensa de Venezuela Bolivariana y Revolucionaria desde siempre, y los arribistas, oportunistas y finalmente políticamente débiles y genuflexos que no saben, además, distinguir la paja del trigo. Por eso, nuestros Círculos Bolivarianos de Brasil, Uruguay, Argentina y Grecia, repudiamos, en su oportunidad, las cartas de "intelectuales, periodistas, y organizaciones sociales, culturales, políticas, etc." (cuyos documentos y firmas guardamos) que salieron a "exigir" hasta dónde "el gobierno venezolano era bolivariano…etc.", ante el secuestro en Caracas del ciudadano Rodrigo Granda, y su posterior entrega a la dictadura, formalmente democrática, que impera en Colombia. Poniendo el centro, en el mejor de los casos, en la ingenuidad de un ciudadano colombiano, por sobre los intereses del pueblo y gobierno Venezolano, como de toda América Latina.

Hoy, esa "duda" debe pesarle como plomo en la cabeza de estos compatriotas, a quienes respetamos, pero no podíamos, ni podremos jamás acompañar en su fragilidad social y política. No podemos acompañar los errores organizativos de reuniones que son una necesidad de la organización de los pueblos para su progreso social, pero que se han realizado con superficialidad y cuanto menos, "inocencia revolucionaria", combinando el buen impulso en una perspectiva correcta, pero políticamente con fallas procesales. Y que hoy están siendo, macabramente utilizados por el sistema imperialista y sus lacayos, contra el pueblo, el gobierno revolucionario de Venezuela.

Un árbol nunca debe tapar la visión del bosque que está detrás, a ningún revolucionario, para

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