La Educación Contemporánea Y El Pensamiento Innovador

La Educación Contemporánea Y El Pensamiento Innovador

La creciente dependencia a la comunicación y tecnología, ha dado como resultado individuos ausentes de su entorno e inmersos en una zona de confort, lo que genera la imperante necesidad de recuperar la creatividad y el pensamiento innovador, haciéndolo parte de los distintos niveles educativos, lo que permitirá, podamos identificar y comprender las necesidades presentes, conservar o desarrollar nuestra calidad de vida, o conservar el medio ambiente.

Estudios realizados durante tres décadas (1968 - 1985), señalan que los infantes poseen una creatividad e innovación nata, que comienzan a perder al ingresar al sistema educativo. Esto es una realidad, pues con cinta adhesiva, cajas, latas, sabanas, cordones, tijeras, pegamento… pueden crear cohetes, carrozas, vestidos, carruajes, castillo, fortalezas… todo lo que sea posible y en donde el límite, es la imaginación ( Steinbeck, 2011). Aunque este estudio, se publicó hace más de 20 años, sus resultados, no están alejados de nuestra realidad.

Como sociedad, requerimos rediseñar y crear entornos de aprendizaje que permitan desarrollar conocimiento, habilidades y herramientas, que brinden oportunidades para generar ideas y soluciones revolucionarias e innovadoras y que impacten económica, social o ambientalmente, permitiendo enfrentar retos complejos de un mundo cambiante y globalizado.

Al ir avanzando en el sistema educativo, vamos perdiendo la capacidad de crear y pensar de manera divergente, pero ¿esa pérdida de pensamiento creativo, se genera dentro de las instituciones educativas o dentro del entorno social y familiar?. Hay que reconocer que muchas veces, es el núcleo familiar, quien comienza a limitar a los niños, con reglas rígidas para no dañar los muebles, la casa, los juguetes… o no alterar a papá, a mamá o los hermanos, con ruido, o cosas tiradas; aunado a lo anterior, están las normas en los espacios formativos, en donde los pequeños requieren alinearse a las indicaciones y/o concepciones del docente o de la propia institución.

Una propuesta para el desarrollo del pensamiento divergente en la sociedad, es el design thinking, proceso multidisciplinario, que permite observar los retos y aportar distintos métodos para la resolución de problemas, derivados de la sensibilidad, percepción y experiencia de los involucrados, satisfaciendo necesidades de un modo factible y comerciable. Así también, “es el resultado de un trabajo arduo aumentado por un proceso creativo de descubrimiento centrado en las personas, y seguido por ciclos iterativos de creación de prototipos, pruebas y perfeccionamiento” (Brown, 2008, p. 6).  

Este proceso, puede ser aplicable en los distintos niveles formativos, ya que sus principios pueden flexibilizarse a cada entorno particular:

• Identificar y comprender las necesidades o requerimientos de los usuarios.

• Empatizar con los usuarios, observándoles y conociéndoles.
• Definir el punto de vista de un usuario y diseñando una solución partiendo de su opinión.
• Generar la mayor lluvia ideas posible y construir prototipos prometedores.

• Aprender de las reacciones de los usuarios a los distintos prototipos.
• Aplicar las opiniones y desarrollar prototipos más ventajosos.
• Múltiples canales de interacción internos y externos a la institución académica.
• Trabajo colaborativo de los estudiantes, permitiendo aportaciones técnicas y disciplinares
• Un equipo de docentes, instructores, coaches y empresarios, para brindar su experiencia y perspectiva.
• Entornos virtuales y físicos de innovación y aprendizaje enriquecidos, en donde el trabajo, colaboración, comunicación y aprendizaje influyen en la creatividad y la innovación

Para su ejecución, se desarrollan proyectos transversales o multidisciplinares, participando estudiantes de distintos niveles académicos o áreas técnicas y profesionales, donde se aportarán conocimientos previos y se aprenderá de los demás, construyendo, nuevas experiencias.

El Design Thinking, aplicado en un nivel prescolar, podría estar encausado a solucionar situaciones o problemas cotidianos en su entorno académico y a su nivel cognitivo; mientras que, a nivel básico, podría encausarse a problemas de su propio entorno social (escuela, barrio, comunidad); mientras que, a nivel profesional, se les vincularía con el sector empresarial   gubernamental, y así brindar soluciones reales a necesidades tangibles en la sociedad. En este nivel académico, asignaturas como emprendedores, creación de una empresa o pensamiento innovador, tendrían un mejor y mayor resultado, pues el pensamiento divergente, innovador, creativo y revolucionario, estaría potencializado, pues ya se ha aprendido a observar, identificar y reconocer necesidades o problemas; proponer posibles soluciones; comunicar ideas con confianza; trabajar en equipo y colaborativamente; respetar opiniones y puntos de vista; aceptar críticas, observaciones y aportaciones, y sobre todo, a actuar en búsqueda del bien común.

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