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La Evaluacion


Enviado por   •  22 de Junio de 2013  •  2.505 Palabras (11 Páginas)  •  190 Visitas

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Abriendo Puertas en la Frontera

Los programas innovadores para estudiantes migrantes comprueban que el hacer que los padres sean partícipes del aprendizaje en el salón de clase vale la pena.

La choza gris de 10X10 de techo de lámina corrugada en el patio de Carmen DeLeon en la arenosa colonia de cinco cuadras (como se denomina a la mayoría de los asentamientos de viviendas de baja calidad para migrantes pobres en la frontera de Texas) no es mas grande que un cobertizo. Ni siquiera el peor de los salones de escuela pública en el valle densamente poblado de la parte baja del Río Grande, es tan pequeño, pero ni siquiera el mejor puede presumir tal dedicación y resolución. En los días más ocupados, cuando todos los padres del vecindario de Weslaco, conocido como Llano Grande, llegaban a la casita sin aire acondicionado, mas o menos unos 25 niños se amontonaban adentro para aprender inglés y practicar la lectura y escritura. Lo hacían, incluso cuando las temperaturas externas llegaban a los tres dígitos, porque DeLeon, una de las primeras participantes en la nueva iniciativa de extensión educativa para los migrantes, convenció a los padres de que era importante.

No es que ellos no lo pudieran ver por si mismos. In Weslaco, al igual que en cualquier lugar en la tumultuosa y con frecuencia peligrosa frontera entre Texas-México, las subdivisiones y autopistas están reemplazando a las terrenos de cosecha, se están construyendo edificios por todos lados, el trafico de drogas está descontrolado, las patrullas fronterizas y la seguridad nacional crean una sensación de militarización: la propia atmósfera está cargada con presagios de un cambio sin precedentes. Aquellos que sobrevivan deben estar preparados. DeLeon lo ha visto claramente y sabía que para los migrantes que toman refugio en el Valle, entre las cosechas, nada es más importante que encontrar una vida mejor y más segura para la próxima generación. Dichas evoluciones forman el tejido social y político del sur de Texas. DeLeon sabía que la educación era el eje de todo esto. No se podía haber sentido más feliz cuando su propia hija, Brenda, también lo comprendió: se postuló como voluntaria para enseñar a niños pequeños, mostrándoles cómo usar un diccionario para traducir palabras del español al inglés y cómo pronunciar en inglés las palabras difíciles.

Las recompensas modestas como fiesta de pizzas y tiempo libre para jugar al fútbol (soccer) en el patio, también ayudaron a que los niños continuaran regresando para aprender más. El mantener su interés y participación era especialmente importante dada la exigente naturaleza por temporada de la vida migratoria. Los horarios de la escuela y de la siembra, por lo general, no cuadran. Para las familias migrantes, trabajar los campos es la prioridad para sobrevivir. Por ello, muchos padres migrantes nunca pudieron terminar sus propios estudios. Pero la mayoría quiere algo mejor para sus hijos. Las clases básicas en la casita de DeLeon llego a hacer una forma de iniciarlos en ese camino. Pero el camino no terminó ahí. Los educadores en Weslaco aprendieron, al igual que DeLeon, que la clave para las mejoras de los niños migrantes en edad escolar no sólo yace dentro del aula, sino que también está fuera de ella: particularmente en la relación entre las escuelas y los padres.

Una idea que echa raíces

Aunque Leticia Martínez (coordinadora de participación de padres del Distrito Escolar Independiente de Weslaco) comenzó a trabajar con familias migrantes hace más de 14 años, sus esfuerzos fueron recompensados con una nueva herramienta importante en los últimos cinto años, Abriendo Puertas, un programa diseñado por la Universidad A&M de Texas específicamente para la educación de migrantes. Martínez vio inmediatamente el potencial en el énfasis que tiene el programa sobre la educación, el éxito académico y, fundamentalmente, la participación de los padres. Ella sabía que sin la participación de los padres, el progreso verdadero en la educación de los migrantes sería poco probable. Ese importante nexo había sido pasado por alto en la mayoría de las escuelas con altos números de estudiantes migrantes. A través de constantes visitas a las colonias (ahora con ayuda de padres voluntarios que trabajan a tiempo parcial y que viven entre las familias migrantes y facilitan la autosuficiencia), Martinez encontró padres como DeLeon para sembrar el programa. Se formaron vínculos de cada interacción de los padres con la escuela, que llegaron hasta el uso de los mismos libros de textos por parte de los padres, quienes, al igual que sus hijos podrían aprender inglés o matemática.

"Hacemos que jueguen juegos de mesa para reforzar la lectura y la matemática. Y pueden llevárselo a casa para sus hijos sin costo y enseñárselos", dijo Martinez de la estrategia. "Los padres tienen la sensación de propiedad y de ¡Lo logré!". Los resultados han sido sólidos. Entre los periodos escolares 2004-05 y 2006-07, la diferencia entre los resultados de las pruebas de estudiantes migrantes y no migrantes bajó de un 9 a un 4% tanto en lectura como escritura y del 9 al 1% en matemática y ciencias. En al menos un área, estudios sociales, las calificaciones de los estudiantes migrantes fueron mejores que las de los no migrantes.

Las escuelas participantes también se concentraron en cuestiones de vida, desde el transporte hasta la salud. Debido a que la obesidad y la diabetes son problemas serios entre la comunidad latina inmigrante (al igual que en la población latina en general), el distrito eliminó las freidoras de las cafeterías de las escuelas. Todo se cocina al horno. Se han dejado de vender bebidas gaseosas en el almuerzo y se le dio lugar al agua o a los jugos naturales. Las clases de nutrición enfatizan las porciones pequeñas y el uso de aceite de oliva para sustituir la manteca de cerdo que se utiliza para cocinar frijoles refritos. "No quiero decir: no coman arroz, ni frijoles ni tortillas", dice Martinez. "Lo que es difícil es que es lo único que pueden comprar. El arroz y los frijoles son baratos. Y esa comida ha pasado de generación en generación. Pero en vez de comer tortillas tres veces por día, coman sólo dos".

La reputación de Abriendo Puertas se ha expandido a través de todo el Valle de Río Grande a 37 distritos escolares diferentes. El programa, que pronto se transformará en un programa sin fines de lucro independiente de la Universidad A&M de Texas, también sirve como asesor para misiones similares en Houston, San Antonio y en un lugar tan lejano como el estado de Washington, donde se han instalado muchos migrantes del Valle. "El programa fue fundado sobre el principio de que todos los padres quieren una

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