La Familia

Son varios los aspectos a los que debemos de prestar atención durante el desarrollo lingüístico de los niños, pues de estos dependerán la facilidad con la cual logre el aprendizaje de la lectura y la escritura.

Si algo he aprendido, es que las palabras son la pieza clave para desarrollar el lenguaje. Desde que somos pequeños las personas que nos cuidan nos van aportando una gran cantidad de palabras – que pertenecen principalmente a nuestro entorno- y esto nos ayuda a extender nuestro vocabulario; pero no se trata simplemente de conocerlas, sino también es importante comprender su significado, entender que las palabras representan objetos u acciones y que en el momento que se escriben representan el lenguaje hablado. Pero para lograr que el niño aprenda nuevas palabras, cuando aun es de muy corta edad, podemos emplear un juego de señalización, preguntarle ¿dónde esta su pelota? O describiéndole las actividades que se realicen a su alrededor. De igual forma, conversar le ayudará a incrementar su vocabulario.

La conciencia fonológica, aunque muy pocas veces la ubicamos, es otro aspecto importante del lenguaje, y podemos observarla cuando el niño distingue palabras que riman por ejemplo “taza” y “casa”; esto pude notarlo con mi vecinita de 4 años, ella no podía pronunciar la “c” entonces ambas palabras sonaban igual, pero cuando ella se refería a la “casa” y yo le preguntaba “¿La taza?, ella muy segura me corrigió y me dijo: “No, la “taza (casa)”; entonces ahí pude observar que la niña si relacionaba la palabra con el objeto cuando escuchaba la palabra, sin embargo al pronunciarla no podía hacerlo de manera correcta. Otra manera de identificar la conciencia fonológica es cuando el niño logra pronunciar palabras que empiezan con el mismo sonido. Para poder favorecer este aspecto podemos apoyarnos en canciones, rimas, trabalenguas, jugar con las palabras, etc., de manera que el niño logre distinguir los diferentes sonidos de las letras y palabras.

Muy de la mano de la conciencia fonológica encontramos la discriminación de sonidos, que es cuando el niño percibe de manera precisa la diferencia entre palabras que suenan parecido. Para poder verificar si el niño cuenta con una buena discriminación en el habla podemos realizar un juego de ilustraciones, las cuales deben formar parte del entorno del niño, le pediremos al niño que señale el objeto conforme vayamos mencionando el nombre, esto podemos hacerlo con niños de 3 a 5 años pues va acorde a su edad, se pueden utilizar pares de palabras como por ejemplo: niña-piña o toro-loro. Si el niño no logra señalar correctamente las ilustraciones puede ser que tenga algún problema de audición o de percepción del sonido del habla.

Por su parte, la narrativa debe de formar parte de la vida cotidiana del niño desde muy temprana edad, leerle cuentos, platicar sobre lo que

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