La Formación Y El Aprendizaje De La Profesión Mediante La Revisión De La Práctica

El curriculum y sus referentes normativos merecen ser continuamente reconstruidos a través de actividades y procesos de deliberación y decisión colegiada centrados en las prácticas de enseñanza. Reelaborar el curriculum significa, revisarlo en la acción, activa y críticamente poniendo en práctica la reflexión y el análisis personal-cooperativo, con el propósito de mejorar. Llevar a cabo el diseño, desarrollo y evaluación del curriculum significa, ir reconstruyendo en base a la renovación pedagógica como un asunto de centros y departamentos como comunidades también renovadoras. La renovación pedagógica es una característica propia de la profesión docente y los centros escolares. El desarrollo y mejora de la personalidad docente, y con ello del propio centro, pasa inexcusablemente también por lo que hagamos para aprender juntos de la práctica, una de las claves de la mejora escolar, y también del desarrollo profesional, es la capacidad de observar y analizar las consecuencias para los alumnos de las diferentes conductas y materiales, y aprender a hacer modificaciones continuas de la enseñanza sobre la base de tener en cuenta las indicaciones de los alumnos. Los profesores necesitan también ser capaces de relacionar su actuación en clase con lo que los otros profesores están haciendo en las suyas. La planificación y desarrollo compartido posibilita coherencia en la acción educativa contribuyendo al desarrollo profesional y a la renovación educativa, ya que se comparten puntos de vista y se intercambian experiencias y materiales.

La revisión de la práctica debe realizarse en un contexto de colaboración con los colegas ya que facilitará la discusión de las necesidades, problemas y éxitos descubiertos en la práctica y, probablemente, la derivación de las lecciones oportunas de cara al futuro.

Aprender es generar un conocimiento del que carecíamos mediante la reconstrucción de la experiencia, que posibilite actuar de modo más ajustado a las situaciones.

Reconstruir la experiencia de la práctica docente significa captar problemáticas o aspectos positivos, sacar a la luz lógicas implícitas, hasta entonces inadvertidas, confrontarlas con las de otros, y reconstruir a través de ese proceso, que y como se podrían hacer de otro modo más deseable y legítimo.

El ciclo reflexivo de Smyth, parte de una descripción e información de la práctica docente a nivel de aula/departamento, y una vez confrontada con la de los colegas, dicho proceso culmina en una fase de articulación y reconstrucción de nuevos y más adecuados modos de ver y hacer. Consiste en primer lugar, en un autodiagnóstico de la propia practica de enseñanza para llegar a compartir una percepción común de las cosas que van bien, problemas o necesidades y poder así abordar una perspectiva de mejora.

Los momentos del ciclo son los siguientes:

a) Descripción: relatos narrativos de los acontecimientos e incidentes críticos de la enseñanza. Esta descripción pretende darle significado, captar supuestos explícitos o subyacentes. Algunos medios de descripción pueden ser: diarios, relatos narrativos e incidentes críticos como las viñetas narrativas o los videos.

b) Explicación: hacer explícitos los principios que informan o inspiran lo que se hace, lo que supone elaborar una cierta teoría y descubrir las razones profundas que subyacen y justifican las acciones. Buscar en colegiado principios teóricos que sustenten la práctica y, a partir de ahí, iniciar un movimiento de cambio orientado hacia la mejora. Si los problemas de la enseñanza son esencialmente prácticos, pueden reconstruirse mediante procesos metacongnitivos de resolución de problemas, análisis de la realidad, representación del conocimiento, etc. Contrastar y movilizar las ideas es fundamental, esta dinámica sin contenidos y valores aceptables va poco lejos, la autorrevisión de la práctica

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