La Globalización Una Perspectiva Crítica

La globalización: una perspectiva crítica

Generalidades

En el año 2000, la Asamblea del Milenio de las Naciones Unidas publicó los Objetivos de Desarrollo del Milenio (MDGs), una declaración extremadamente ambiciosa para combatir la pobreza. Los objetivos para alcanzar antes del año 2015 son: reducir a la mitad el número de personas viviendo en pobreza, lograr educación primaria universal, promover igualdad entre los géneros, reducir por 2/3 la tasa de mortalidad infantil, reducir por 3/4 la tasa de mortalidad maternal, parar y dar marcha atrás la propagación de HIV/AIDS y la malaria, asegurar la protección del medio ambiente, y formar una sociedad para el desarrollo global. Este año es el 2010, y ninguno de los objetivos está cerca de finalizarlo, y para muchos, en vez de avances sólo ha sido un fracaso miserable (2). Claramente, el proyecto de desarrollo global, en su forma actual, no está funcionando.

El fracaso de realizar los MDGs muestra que necesitamos cambiar las estrategias de dirigir la globalización: la desigualdad de poder en las instituciones significa que los intereses de los países más pobres no son representados, y, como resultado, el neoliberalismo, una política que ha perjudicado mucho a los países del “Tercer Mundo,” se ha convertido en la política dominante de la economía mundial. Pero el fracaso de los MDGs también muestra la necesidad para un paradigma diferente: un nuevo sistema de valores en que podemos basar el proyecto de desarrollo global, que valora la preservación cultural y al medio ambiente.

La globalización liberal

La definición clásica de la globalización es la integración del mercado mundial, el movimiento libre de productos, servicios, trabajo, y capital. Se puede describir el fenómeno en relación a las barreras para el libre comercio: las “artificiales,” que son impuestas por gobiernos, y las “naturales,” causadas por la distancia y costos de transportación. La integración de mercados es asociado con dos cambios importantes: la caída de las barreras artificiales, cuando los gobiernos del mundo empiezan a seguir políticas más abiertas al comercio; y la caída de las barreras naturales, cuando los costos de transportación y comunicación bajan, impulsados por avances en la tecnología (4).

Los beneficios de la globalización

¿Cuáles son los beneficios de la globalización? Para los proponentes de la globalización liberal, éstos son obvios: la integración de mercados estimula el crecimiento económico, y provee oportunidades y trabajos a las personas que antes no tenían acceso. Para mí, con mis intereses en la ciencia y la medicina, es fácil ver como el desarrollo económico convencional mejora la vida humana. Ambas necesitan ser apoyadas por un sistema de actividad económica viva: las investigaciones en la ciencia básica necesitan recibir fondos para continuar, y los tratamientos de la medicina moderna, que han salvado y mejorado innumerables vidas, generalmente son caros. Desde la perspectiva de salud mundial, la pobreza está tan asociada con enfermedades infecciosas que algunos la describen como un factor causativo. Por encima de este criterio, estas razones presentan un argumento fuerte para la globalización, definida así.

La falta de la democracia

Pero la descripción de la globalización todavía está incompleta. En realidad, el proceso ha sido mucho más complejo, y los países del mundo “ en vías de desarrollo” no han recibido los beneficios prometidos. En muchos casos, el único resultado de la globalización ha sido que los ricos han aumentado su riqueza, mientras los pobres continúan luchando solamente para sobrevivir (3). La causa de este fracaso de la globalización es la manera en que ha sido dirigida. De esta manera, la globalización desde arribtáa, es caracterizada por el poder de las instituciones financieras elitistas: el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Es muy importante observar que estas instituciones, que son grandes participantes en el proyecto de desarrollo, son muy influidas por los EEUU y Europa (1). La voz del resto del mundo es muy débil, y muchas veces las decisiones de las instituciones están basadas en la política estadounidense en vez de la teoría económia (3). Con una estructura de poder así, el potencial para la manipulación de la economía mundial de intereses estadounidenses y europeos a costa del resto del mundo es enorme. Y en la época moderna, en una continuación del colonialismo, esta manipulación ha ocurrido, seguramente (1).

La desigualdad de poder es particularmente visible en la condicionalidad de la ayuda económica enviada a los países pobres, especialmente en el África. Para recibir un paquete de ayuda, un país necesita someter a varias condiciones que determinan como puede usarse el dinero. Ma s, muchas veces las condiciones exigen que el gobierno receptor imponga políticas específicas de ajuste estructural, socavando el proceso democrático y la soberanía del receptor (1). La condicionalidad puede ser destructiva también, si las decisiones son hechas por personas que no son familiares

con la complejidad del país receptor,

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